La diferencia entre ganancia y plusvalía

“...una explicación que no de cómo resultado la differentia specifica, no es una explicación.”
Crítica de la filosofía del Estado de Hegel . Karl Marx

 

En estos días se ha puesto a circular la palabra “plusvalía”, debido a las medidas económicas que modificaron el tipo de cambio del dólar con respecto al bolívar, a lo cual reaccionó el comercio con la remarcación de precios, incurriendo en especulación. El presidente llamó “pluscuálidos” a los especuladores, combinando las palabras plusvalía y escuálidos. Sin embargo, el término plusvalía tiene una connotación muy precisa, dentro de la magnífica construcción teórica de El capital [1] , obra en la cual Marx desnuda el sistema capitalista y describe las leyes que presiden su funcionamiento. Siendo la plusvalía el corazón de esa teoría, es importante tener muy clara su definición.

Una buena definición no debe dejar cabida para ninguna confusión. Si se define de forma clara y precisa lo que es la plusvalía, no se puede confundir con la ganancia o la especulación. Para Karl Marx, la diferencia entre ganancia y plusvalía se expresa incluso matemáticamente: La tasa o cuota de plusvalía se obtiene dividiendo el plusvalor entre el capital variable (p/v), mientras que la tasa o cuota de ganancia se obtiene dividiendo el plusvalor entre el capital total, es decir, la suma del capital constante más el capital variable (p/c+v). Cabe recordar aquí que el capital que Marx denomina constante, no es el mismo que la contabilidad convencional identifica como capital fijo.

Marx se opuso en esto, como en muchas otras cosas, a las ideas comunes y corrientes, por lo cual no ha sido fácil que se comprendan sus conceptos, especialmente éste de plusvalía, que exige una lectura concienzuda y desprejuiciada de El capital.

Es recomendable leer y releer los capítulos dedicados por Marx en El capital a explicar la plusvalía, así como otros textos en los que se ocupa del tema, pero, además, leer y releer también a los detractores de Marx, para hacer contrastes y poder llegar al corazón de la idea de plusvalía. No se está aplicando correctamente el concepto de plusvalía, cuando se lo usa para explicar la especulación o la sobreganancia capitalista. El capitalismo puede operar dentro de márgenes de ganancia no especulativos y sigue siendo capitalismo y sigue generando plusvalía y sigue explotando a la fuerza de trabajo.

Casualmente, un artículo publicado en Aporrea [2] por estos mismos días trata de explicar el concepto de plusvalía, al decir que plusvalía se puede entender “como equivalente a beneficio o especulación”, para apuntar seguidamente que esta definición es “correcta pero insuficiente”. Pero, si una definición es insuficiente no puede ser correcta. El propio Marx decía que una explicación que no diera por resultado la diferencia específica, no era una explicación. Entonces, la correcta definición de plusvalía debe permitir que se distinga este concepto del de ganancia y del de especulación. Si no se puede hacer esa distinción, porque la definición es insuficiente, no sirve de mayor cosa, pues se va a confundir plusvalía con ganancia y con especulación.

En el mismo artículo de Aporrea se dice que plusvalía es “el tiempo de trabajo que el obrero realiza, más allá del tiempo de trabajo que el capitalista le remunera”. Pero, el capitalista remunera al obrero con el salario vigente en el mercado de trabajo. Posteriormente, cuando el capitalista hace uso de la fuerza de trabajo, es decir, del obrero que ha comprado en dicho mercado, éste produce el equivalente a su salario en un determinado tiempo, menor a la jornada laboral para la cual se ha vendido, el resto de jornada que sigue trabajando, produce un valor que se apropia el capitalista, eso es la plusvalía: El valor que produce el obrero después de producir el equivalente de su salario.

Para simplificar, se ha tomado un día de trabajo y un obrero, así como un capitalista y un proceso de producción con unos productos obtenidos al final de la jornada, pero no se debe olvidar que se trata de procesos sociales, que envuelven a millones de obreros, miles de capitalistas, miles de fábricas y cientos de millones de mercancías producidas a lo largo del año.

Veámoslo de otra manera. En las primeras horas de su jornada, el obrero produce lo que recibió como salario, el resto de la jornada produce plusvalía. El capitalista se la apropia, porque él compró la fuerza de trabajo del obrero por la jornada completa y pagó por ello el jornal normal, el que están pagando en ese momento todos los capitalistas. No se trata de un robo. Esta idea del robo es una idea proudhoniana, es decir, parecida a las de Proudhon, a quien Marx fustigó implacablemente, en una de sus más brillantes obras polémicas, Miseria de la filosofía.

Si el capitalista le devuelve al obrero todo el valor que produzca en la jornada, no obtiene plusvalía, ni ganancia, de modo que no estaría interesado en la negociación, aun más, no existiría el capitalismo, porque no puede existir capitalismo si no hay ganancia y, por supuesto, si no hay plusvalía. Y con esto no estamos justificando el sistema capitalista, sino explicando cómo funciona, para comprenderlo y orientar correctamente las luchas para erradicarlo.

Un capitalista que invierta su capital en establecer una fábrica, comprar unas materias primas y contratar unos obreros, pero que al vender los productos del proceso de trabajo no realice ganancia y plusvalía, queda fuera del juego competitivo capitalista. Entonces, ubicados en el contexto del sistema capitalista, no se puede ser obrero sin vender la fuerza de trabajo por un salario y no se puede trabajar como obrero sin producir un plusvalor, es decir, más valor del que se recibió como salario; ni se puede ser capitalista sin pagar a los obreros el salario normal y sin obtener de ellos plusvalía y posteriormente vender las mercancías producidas a un precio que permita realizar la plusvalía y la ganancia. Las excepciones, que seguramente existen, deben analizarse caso por caso, pero es importante tener clara la regla general.

El desarrollo argumental de Marx en El capital ofrece una explicación crítica del proceso capitalista, en lugar de una explicación moral, como la que se deriva de decir que el capitalista “roba” al obrero. Es bueno recordar que Marx decía, en La ideología alemana, “los comunistas no predican ninguna moral, en absoluto”. Él no andaba en busca de calificativos para desacreditar a los capitalistas, lo que quería era explicar críticamente, no ideológicamente ni moralmente, el proceso capitalista, para crear conciencia entre los trabajadores e impulsarlos a liquidar el sistema de explotación capitalista. Para ello, se esmeró en desmontar las explicaciones falsas o aparentes que elaboraban los economistas políticos y lo logró tan plenamente, que todavía lo odian furiosamente los burgueses y los ideólogos modernos siguen haciendo esfuerzos por desvirtuar sus ideas. Lo grave es que desde el campo revolucionario contribuyamos a ese proceso de distorsión de su pensamiento.

Las ideas erróneas pueden llevar a la conclusión de que la lucha del obrero es por no dejarse “robar” del capitalista y que eso se resuelve exigiendo un aumento de salario, para anular la plusvalía y la ganancia. Pero, los obreros de los países industrializados tienen salarios muy superiores a los de los no industrializados y no por ello dejan de ser explotados. Y lo mismo se puede decir de los obreros que dentro de un país ganan salarios más altos que otros. La diferencia de salarios no es lo que determina si los obreros son explotados o no. Todos los obreros son explotados en el sistema capitalista, porque es un sistema organizado para producir plusvalía a partir del trabajo asalariado. Lo que Marx buscaba era fundamentar sólidamente las razones para abolir el sistema de trabajo asalariado.

Para ver un ejemplo, un dirigente sindical, seguramente haciéndose eco del tema que está en la mesa de debate ahora, declaró recientemente que “con o sin especulación, los capitalistas nos roban, porque la plusvalía es simplemente el trabajo que nosotros, los trabajadores, hacemos, pero que no es remunerado.” Y agrega más adelante: “Si queremos luchar contra la plusvalía, entonces que los capitalistas nos paguen lo que debidamente es de nosotros. Un aumento general de salario será una manera de hacer esto, como también imponer un límite a la ganancia” [3] . Pero se extiende sobre el aumento salarial y no toca lo del límite a la ganancia, porque debe saber que no es posible hacerlo mientras se esté dentro de una economía capitalista, cuyo motor es precisamente la ganancia. Y se plantea luchar contra la plusvalía, que equivale a luchar contra el capitalismo, pero contando con que los capitalistas les paguen “debidamente”. A estas contradicciones se llega cuando no se cuenta con definiciones claras.

En Salario, precio y ganancia, una conferencia preparada por Marx para trabajadores, se desmonta la idea de que la lucha por los aumentos de salarios tenga contenido revolucionario, porque la revolución consiste en liquidar el sistema del trabajo asalariado y con ello el capitalismo. Pero tampoco puede decirse que la liquidación de la producción y apropiación de la plusvalía por terceros distintos a los trabajadores, se logra con “la propiedad social de los medios de producción, administrados por el Estado” [4] , porque en la Unión Soviética se abolió la propiedad privada de los medios de producción, que pasaron a ser administrados por el Estado, pero, entonces, una tecnoburocracia se enquistó en el Estado y siguió extrayéndole plusvalía a los trabajadores y beneficiándose particularmente de ello. La verdadera solución la resume Mészáros: el control social de la producción. Pero ese tema merece un tratamiento aparte.

Finiquitemos este aporte al debate, con la frase final de Marx en su “Salario, precio y ganancia”, cuya lectura es fundamental en relación al tema: Dice Marx, refiriéndose a la organizaciones de los trabajadores, que “en general, son deficientes por limitarse a una guerra de guerrillas contra los efectos del sistema existente, en vez de esforzarse, al mismo tiempo, por cambiarlo, en vez de emplear sus fuerzas organizadas como palanca para la emancipación definitiva de la clase obrera; es decir, para la abolición definitiva del sistema de trabajo asalariado”. [5]

SC200110


[1] Marx, Carlos. El capital. Crítica de la economía política . México, FCE, 1975. Tres tomos.

[2] Aponte, Antonio. “Plusvalía y productivo”. www.aporrea.org. 15-01-10.

[3] Prensa Marea Socialista. “Faltan mejores instrumentos para luchar contra la especulación y un aumento general de sueldos y salarios”. (Entrevista a Stalin Pérez Borges, dirigente sindical de UNETE). www.aporrea.org. 18-01-10.

[4] Aponte, Antonio. Lugar citado.

[5] [5] Marx, K., Engels, F. Obras escogidas. T. II. Progreso, Moscú, 1976. p. 76.



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Luis Vargas


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