La aparición de un Cisne Negro en Venezuela

Todo lo que se escuche de trump, del madurismo y de la ultraderecha, es para colocar al pueblo venezolano lo más lejos del conocimiento real de lo que está pasando a su alrededor y mantenerlo aherrojados en la angustia impedido de pensar con claridad. Los análisis que dejan correr estos bandos burgueses, tienen tanto valor como el de los pitonisos y el de la astrología. Las clases dominantes siempre buscan intoxicar el entendimiento popular con basura mediática, porque saben que el aumento de conocimiento en el pueblo provoca el replanteamiento de las ideas sobre la realidad y modifica el cuerpo de conceptos preestablecidos. Por eso, las revoluciones sociales verdaderas, son el resultado básicamente de revoluciones mentales y morales en el alma de los pueblos que terminan transformando la realidad.

Aunque sabemos que bastante cojones y ovarios hay aquí y una geografía de selvas, de cordillera andina, de llanos y del laberinto de barrios que albergaría a un pueblo en armas e insurreccionado, sin embargo, ojalá nunca llegue a cristalizarse, quiera dios que nunca se dé la amenaza de invasión por parte del imperialismo norteamericano a la patria de Bolívar y Chávez, invasión, que por cierto, tanto desean los esquizofrénicos de la ultraderecha. Pero de concretarse tal demencia, el imperialismo norteamericano y las oligarquías latinoamericanas tendrán a muy corto plazo que lidiar con un continente envuelto en las llamas de la revolución socialista y el presente equilibrio capitalista del mundo entraría en peligro . Es nuestra humilde opinión.

Prefiguremos el futuro. Si ya hoy, el gobierno de maduro nos tiene sufriendo el calvario en uno de este círculo dantesco neoliberal, con un salario pulverizado, una inflación que no deja de crecer en dólares, a lo que se suma; un desempleo masivo más la precariedad de los servicios de la salud, la educación, escases de agua potable, energía eléctrica y eso si, abundantes políticos mediocres y corruptos (gobernadores, alcaldes, diputados y concejales) vampiros que chupan la sangre del pueblo, en consecuencia, no sabemos con que cuenta este pueblo maltratado por los usurpadores maduristas y si en tales condiciones de abandono y vejaciones, verdaderamente tendriamos la capacidad necesaria para enfrentar patrióticamente y exitosamente una invasión del imperialismo norteamericano.

Tratemos por el bien del país de ser lo más sinceros que podamos ser. El madurismo no tiene la autoridad moral ni política, para poder liderizar al pueblo venezolano en una guerra patriótica que derrote al imperialismo norteamericano. Tal hazaña sería posible que sucediera, qué duda cabe, si el pueblo venezolano estuviera seguro que al frente del país haya un gobierno genuinamente suyo que esté bajo su control y dirección, que gobierne obedeciendo la voluntad popular, que velara por el bienestar y los intereses del colectivo nacional y por la integridad de toda la nación. Pero, ese gobierno no es precisamente el madurismo, lo cual nos hace pensar, que una invasión norteamericana a Venezuela contiene altas probalidades de hacer despertar políticamente a las clases trabajadoras y que estas aprovechen la coyuntura para transformar la invasión en una revolución popular con una clara proyección continental. En este sentido, alguien señaló una vez que la necesidad crea el órgano. Lo más seguro es que el imperialismo, el madurismo y la ultraderecha no ignoren lo que estamos diciendo y tengan ya esos cálculos sacados y estén buscando la forma de evitarlo.

Por consiguiente, nuestra propuesta para conseguir salir de este desastroso laberinto, donde nos amenazan tres minotaurios; el madurismo, la ultraderecha y el imperialismo norteamericano, verdaderos enemigos de clase del pueblo venezolano, sigue siendo la misma que hemos venido proponiendo desde hace tiempo, es decir, estamos convencidos por estar lidiando con esta cotidiana incertidumbre, que se ha configurado una situación donde podría darse una insurrección popular contra el capitalismo, una revuelta contra los cimientos de esta civilización de desigualdad, explotación y enajenación.

En tal sentido, hemos podido identificar, a diferencia de la corriente del pesimismo y de los espíritus encapsulados o moralmente cansados y desmantelados que predominan en el seno del movimiento popular, que en el seno de la sociedad venezolana están coincidiendo relaciones materiales y espirituales, que promueven la cristalización de lo que el griego Agato planteaba: que lo improbable sea probable que se dé, en el caso venezolano, la aparición de un maravilloso CISNE NEGRO del que nos habla Nassin Nisholas Taleb.

En otras palabras, que se haga presente una revolución democrática socialista liderada por las mismas clases trabajadoras, una transformación social llevada a cabo por el pueblo venezolano mismo, muy improbable para algunas mentes newtonianas, pero para nosotros, es una hipótesis aunque no sabemos explicarla por ser un fenómeno de tan complejidad, pero intuimos que es probable que pueda darse lo que nadie espera que se dé.

De lo que si estamos completamente seguros, es que la emergencia de una fuerza política popular por muy pequeña que esta fuera pero que sea portadora de vientos frescos que todos puedan disfrutar, modificaría todo el escenario político nacional y esta aparición cambiaría la correlación de fuerzas en favor de un movimiento revolucionario, porque el pueblo lo que está esperando es eso, un referente político serio y con comprobadas credenciales de decencia y honestidad para otorgarle el permiso de ser su propia vanguardia.

Por consiguiente, hoy más que nunca continuamos sosteniendo la misma opinión, seguimos aferrados a las mismas convicciones que hemos asumido en soledad todos estos últimos tiempos, atacados por la derecha y la pseuizquierda, pero eso no nos hace mella.

Estamos convencidos de que en la historia de la Venezuela profunda yace la clave política organizativa con la que el pueblo venezolano siempre ha contado en las luchas por su propia liberación, es el más correcto y pertinente de los caminos para superar este desastre histórico y construir un país con justicia social y libertad y levantar las mejores defensas contra cualquier agresión imperialista, y ese camino hoy, es el de la articulación, coordinación y organización de lo más sano y lo más pensante de los empobrecidos del chavismo como de los empobrecidos de la oposición, para que pasen a ser una fuerza politica revolucionaria, un solo sujeto histórico-social transformador organizado en el instrumento que históricamente encaja en nuestra realidad, la Junta Patriótica de Salvación con una dirección colectiva y un programa común.

Hasta ahora no vemos otro camino para liberarnos, lo demás es seguir parcelados y dividiendo al pueblo y cada fracción creyéndose dueños de no se sabe qué verdad, porque lo único verdadero es todo aquello que contribuye al bienestar de todo el pueblo. Seguir divididos es hacerle el juego a las clases dominantes.

Así que de momento, las clases trabajadoras tienen que sobreponerse a su propia debilidad orgánica e ideológica, abandonar la condicion de ser meros establos de ovejas; deben volver a sentirse la clase sepulturera del capitalismo en Venezuela y asi estar en condiciones verdaderas de derrotar la represión, al miedo y la manipulación que el madurismo ejerce sobre ellas como la forma de poder mantenerse usurpando el poder, no obstante, este es precisamente el talón de aquiles de la estrategia madurista, ir contra el pueblo y a favor de la nueva y vieja burguesía. Por eso, el madurismo ya no cuenta con el apoyo del pueblo.

Al mismo tiempo, el pueblo trabajador está obligado de quitarse de encima la otra amenaza que se cierne sobre ellas, los partidos de la ultraderecha. Estos utilizando el descontento que ha provocado en el pueblo el madurismo, se presentan como los salvadores, cuando es bien conocido que las riqueza que ostentan las familias que dirigen estos partidos fue el resultado delictivo de la expoliación de las riquezas del país dejando al pueblo en la mas espantosa de las miseria. Ningún venezolano adulto debería de olvidar este pasado y siempre explicárselo a las nuevas generaciones.

Las clases trabajadoras, unidas orgánica y programáticamente, sí pueden romper el cerco que ambas bandas burguesas nos tienen montado. Pero, todo pasa, en las actuales circuntancias, porque se logre juntar una pequeña vanguardia que defina y se decida dar el primer paso en esa dirección para ponerse a trabajar en la gestación de condiciones políticas que propicie el encuentro de los sectores populares para construir el espacio adecuado y necesario para que el pueblo emerja transformado en una fuerza alternativa y desplegándose con dos consigna:

! Si hay invasión aprovechar para transformarla en una revolución anticapitalista y socialista !

! ni gringos, ni madurismo ni ultraderecha, solo el pueblo salva al pueblo ¡



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Arnaldo Aguilar Dorta


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