El 13 de abril del 2002: una reflexión ética y política

El 22 de diciembre del año 2002, en el Aló Presidente N° 132, el Presidente Hugo Chávez, sentenció: "Este año ha servido para muchas cosas, pero, entre otras, la más importante desde mi punto de vista, para demostrar que está revolución bolivariana, demostrar que este pueblo bolivariano, demostrar que esta patria bolivariana es definitivamente invencible, convénzase el mundo, Venezuela es invencible, no podrán con Venezuela". Y es que, la gesta heroica protagonizada por el pueblo y la Fuerza Armada venezolana el 13 de abril de 2002 fue, sigue siendo y será, un ejemplo de dignidad para el mundo.

Fecha en la cual quedó demostrado que, la alianza cívico-militar, es el resultado del surgimiento de un nuevo ethos social y político en la vida de la nación. Asimismo, tiene la importancia de haberle presentado -a las fuerzas revolucionarias- la realidad acerca de las dificultades y obstáculos que la Revolución Bolivariana tendría que sortear para su consolidación. Por tanto, el 13 de abril del 2002, debe ser analizado como el resultado de la emergencia de una conciencia histórica sobre el tiempo vivido y el tiempo por vivir.

Veintiún años después, su legado nos sigue llamando a la reflexión. Necesario es recordar que, con la Revolución Bolivariana, se dio inició en nuestro país a una nueva manera de hacer política; que ella expresa el conjunto de reflexiones que precedieron el fraguado del proceso de transformación revolucionaria, para la edificación del nuevo Proyecto Nacional Socialista, que se edifica a partir de una lógica opuesta a la establecida por los dueños del mundo; una nueva forma de vivir, pensada desde Venezuela y para otra Venezuela, una forma de sociedad que trasciende la modernidad occidental, que supera la modernidad capitalista neoliberal.

Necesario es recordar, asimismo, que la Revolución Bolivariana es la formulación de un proyecto social para el presente; que para su consolidación es necesario crear una nueva fuerza social; es la construcción de una sociedad guiada por el principio de la solidaridad humana, antes que por el lucro individualista; sociedad en la cual, los grupos sociales al unirse y funcionar como pueblo, puedan modificar la estructura política de la sociedad.

Necesario es recordar, por tanto, que el Socialismo debe ser entendido como un proceso de rupturas, no sólo con el sistema capitalista, sino con quienes se han creído dueños de ese pensamiento. Se trata, para decirlo con Gramsci, de hacer coincidir a la "sociedad civil" con la "sociedad política", para la conformación de una nueva "alianza social", para crear un nuevo "bloque histórico" que se desplace al "terreno de lo ético y lo cultural".

Veintiún años después de aquel heroico 13 de abril del 2002, estamos obligados a concebir la edificación del socialismo venezolano como un nuevo proyecto social, cuya posibilidad de hacerlo realidad está determinada por entender que este es un permanente estar haciéndose.

Reflexiones que nos lleven a entender que el socialismo es un proyecto de vida. Que el socialismo es la conformación de un nuevo ethos cultural venezolano. Es el empoderamiento del venezolano como sujeto fundamental de la sociedad. La edificación de una sociedad profundamente humanista. Que la democracia socialista es un "proyecto de identidad ética". Y que, lo planteado, en definitiva, es la emancipación del venezolano como ser social.

Necesario es entender, entonces, que, para superar una depresión económica, es esencial adoptar medidas concretas capaces de generar empleo e ingresos para el pueblo; que, lo planteado políticamente, es como impedir que la lucha social sea superior a la económica; que es necesario reducir significativamente las desigualdades económicas y sociales de la población; alcanzar la justicia social; que el pueblo viva una vida digna; donde pueda hacer realidad las expectativas que, como ser social, tiene planteadas, resulta necesario –casi imprescindible- para alcanzar la estabilidad de la nación. De allí, las medidas que el Presidente Nicolás Maduro ha venido adoptando con el propósito de hacer viable la consolidación del Socialismo Bolivariano.

Es la hora de nuestro pueblo. Es un futuro lleno de esperanza. Su esbelta figura está plasmada en el Plan de la Patria: Es el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI, cuya edificación el Presidente Nicolás Maduro, siguiendo el legado de nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez, está empeñado en hacer realidad.



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Nelson Pineda Prada

*Profesor Titular de la Universidad de Los Andes. Historiador. Dr. en Estudios del Desarrollo. Ex-Embajador en Paraguay, la OEA y Costa Rica.

 npinedaprada@gmail.com

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