El 2022: Por el derecho al pataleo

Voy a un ajuste de cuentas con Chico. Como ya le había contado en otras ocasiones, Chico es el capataz o gerente de mi pequeño fundo familiar en plena mesa de Guanipa. Después de más de dos años en el conuco de Nango Marin, tomo  camino para meterme de otra manera con el monte, las vacas, mi gallinas y todo lo que dejé allí bajo el control de Chico. 

Pero no quisiera abandonar este conuco,  como si nada hubiese pasado durante el 2020 y el 2021. Muchas cosas se han ido y una de ellas es el salario. Es el único país del mundo que tiene muchas cosas grandes y una cosa vital como el salario; la tiene chiquita y prácticamente pulverizado. Curiosamente, muchos "revolucionarios" que durante la IV "peleaban" por escala móvil, hoy viven en su paraísos   y los trabajadores, mordiendo un cable. 

Tenemos la reserva de petróleo más grande del mundo, tenemos también, la reserva de oro casi más grande del mundo y reunimos muchos de los minerales estratégicos más importantes en abundancia. Recientemente, se hizo un gran esfuerzo por conquistar el récord Guinness y tener la orquesta más grande del mundo. En otras palabras, estamos animados por tener y querer cosas grandes. 

Tenemos la pobreza más grande del mundo  y el salario más chiquito. O sea, como país, somos un verdadero espectáculo y lo más importante o preocupante de esto, es que nos sentimos bien con todo esto. Justo en este  punto, tengo una duda muy grande. ¿Seremos los pendejos más pendejos del mundo?  

Esa es una duda que me aturde y varía, dependiendo de cómo decida observarla. Si  capto esta realudad desde la derecha, no no son dudas porque desde esa óptica, todos somos iguales pero con destino distintos. Si me coloco del lado de la izquierda no trasnochada, no entiendo, como mucha gente vive feliz en esta "revolución". Vive contenta y motivada. A veces creo, que hay una nómina especial o nómina mayor. Los izquierdusta no trasnochados viven feliz y tranquilo en una condiciones donde la desigualdad social parece (parece) que se agranda muy rápidamente.

Cuando me coloco en el lugar de la izquierda trasnochada, veo que es necesario revisar a fondo  eso de las condiciones objetivas y subjetivas o lo que Ludovico denominó como plusvalía ideológica. Necesitamos rescatar a ese Marx, que fue certero cuando afirmo algo que yo lo traduzco ahora en esto:  el ser social impone una manera de hacernos unos grandes pendejos. 

Mi deseo entonces para el 2022, es que suceda un milagro y dejemos de ser grandes pendejos. Pendejo al creer, que toda esta pobreza (tan grande) es toda una fabricación del imperialismo. Pendejo al creer, que si vamos a un ambulatorio a buscar atención médica y no la tenemos, esto es también culpa del imperialismo. Si el agua no llega, la responsabilidad es del imperialismo y si Cantv, no nos une en comunicación, esto también tiene que ver con el imperialismo. 

También necesitamos un milagro del otro lado de la política. No todo lo que nos sucede, es culpa de Maduro. Alguna responsabilidad hay en la otra vía . Uno y otro, tenemos una responsabilidad. 

Muchas cosas grandes que emocionan con una pobreza requete grande y un salario chiquito. Mientras esto anda así, vemos como ejemplo, "lindos" contrastes. Vemos caras muy satisfechas, que no tienen razón para ir a un hospital porque sus necesidades las tienen muy resueltas.

Necesitamos el milagro de enterarnos que tenemos derechos suspendidos. Necesitamos rescatar el derecho al pataleo, que es tan universal. Necesitamos salir del hueco de intentar sobrevivir para entrar al huequito de poder vivir un día y el otro también. Necesitamos, que nos devuelva la Constitución Bolivariana de Venezuela, muy bonita pero que está como suspendida en los derechos. 



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Amaranta Rojas


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