Con Pedro Castillo, EEUU, cual cowboy de pistola y garrote por delante, se desborda en “sutilezas”

Tres veces dijo aquello el intermediario o intérprete del gringo por la línea telefónico; descendiente de los mercaderes y de los "farmer" ingleses, cowboy americanos, los mismos que exterminaron, hasta más intensa y cruelmente a los originarios habitantes del norte, pues de allí viene la poca estimación que nos tienen y la disposición a garrotearnos, lo que al sur hicieron antes los españoles, cuando le fue ordenado trasmitiese a Pedro Castillo, no sólo indígena o cholo, que en la Casa Blanca habían decidido "darle el visto bueno", porque por ahora, no les quedaba otra vaina qué hacer, pero que supiera, aunque no se lo dijesen públicamente, que eso no era de su gusto y, en consecuencia, cogiese mínimo y no se pusiese a creer que era libre de hacer lo que le dictaba su deber y demandaba el pueblo de Perú.

Antes de eso, le mantuvieron en blanco durante varios días, no tanto por las diligencias y exigencias de la señora Fujimori, sino dándole cuerda al volador a espera se presentase una contingencia, algo "sobrevenido", como gustaba decir a Chávez, para desconocer su triunfo, pero al mismo tiempo, para ablandarle y percibiese lo que pudiera caerle encima si "se pone pepito" e intenta hacer cosas que a los cowboy y sus socios de Perú no le agraden, que pudieran ser sólo simples cosas como esas que sueña un simple maestro de escuela.

No le llamó Biden, porque un presidente de este lado del mundo y para más vainas, casi indio, maestro de escuela rural y calificado por ellos como ñángara, no está para que el presidente de EEUU se rebaje y le trate de tú a tú y aquél se crea que es algo importante. Puede que Castillo, es lo más probable, tenga un nivel intelectual muy por encima del jefe de ahora en la Casa Blanca, donde no suelen llegar tipos que pierden el tiempo en la lectura, y menos de aquella que enriquece el alma y sensibiliza a la fieras, como Bush o Reagan, porque dos ejemplos bastan, sin necesidad de llegar hasta George Washington, salvo lo indispensable para aprobar los pensum de las carreras que hacen por cumplir un rito y formalidad y además porque entre ellos, para las funciones que habrán de desempeñar, mientras más rudos e insensibles mejor, con el alma y espíritu de piratas y corsarios; Biden es el presidente de EEUU y aquel indio sólo lo es de una sus colonias y, entonces, Castillo un simple subalterno, hasta inferior a quien habrá de llamarle, porque alguien tiene que hacerlo "para amarrar la perra".

Los gringos creen que no somos solamente colonias o del "patio trasero", eso forma parte de su abecedario, eso se los confirmó Pedro Pablo kuczynski, cuando dijo que él y los presidentes de la América nuestra no eran más que "perritos falderos", sino que por eso mismo estamos obligados a servirles.

Le llamó un cowboy de la manada, quien, mientras con la mano derecha acariciaba la cacha de la pistola del mismo lado, le dictaba en inglés a un simple secretario, las "ordenes" que este debía traducir al castellano al nuevo presidente "por ahora", si es que coge la línea.

Anthony Blinken, que así se llama el jefe de la diplomacia del gobierno de Biden, o el cowboy a cargo, a manera de advertirle que ya sobre él pesa una orden, agradeció a Perú, por intermedio de su traductor, "su apoyo para enfrentar la crisis en Venezuela".

https://www.aporrea.org/internacionales/n366495.html

Como es obvio que EEUU y tampoco los gobiernos de Perú, nada han hecho por resolver "la crisis en Venezuela", se sobreentiende que le está poniendo ya como tarea, para que pueda sentirse seguro en su gobierno, se disponga a prestarse para reactivar el "Grupo de Lima" y de plataforma para lanzarnos todo lo que sea menester para cambiar al nuestro por el método que ellos prefieren y está de primero en la mesa, pues es el que cuadra a sus fines, el de la violencia, la guerra y la invasión, empezando por ayudar a estrechar el cerco económico que ya nos agobia y corta la respiración más que el Covid.

Pero el cowboy sabe que las hordas de indios salvajes son más de una, en el territorio por ellos ocupados hubo bastantes, pues además de Cherokees, Sioux, apaches, navajos; y aquí también hubo bastantes y restos de ellos gobiernan en algunos países de América nuestra, como el mismo Castillo, por eso le advierte que, nada de llegarse llevar por el llamado de la sangre y más bien le ordeno, dijo el cowboy en inglés a su mensajero para que lo dijese en Castellano a Castillo, "que el Perú siga desempeñando un papel constructivo para abordar las situaciones de deterioro en Cuba y Nicaragua".

https://www.aporrea.org/internacionales/n366495.html

Como dije antes, a Castillo no le habló Biden, pues según los cumaneses, "eso es mucho camisón pa` Petra", sino el cowboy a cargo de tareas menores de la diplomacia. Quien tampoco habló directamente con Castillo, sino por intermedio de un subalterno que chapucea la lengua de Cervantes y Andrés Bello. Y como muestra de lo que de nosotros piensan, el bajo concepto que les merecemos, en su "ordenamiento" le recordó, como advertencia, manifestación de buen gusto y delicadeza "la donación por parte de Estados Unidos a Perú de dos millones de dosis de la vacuna contra la covid-19 y le ofreció el «apoyo continuo» de Washington para seguir haciendo frente a la pandemia."

https://www.aporrea.org/internacionales/n366495.html

Es decir, el cowboy, le dijo a Castillo, a través de un subalterno suyo que chapucea el castellano y por eso se le sale lo que no debería decir, que se atenga a las consecuencias si no coge la línea y se pone como trompo carretero.

Uno imagina que antes le han venido diciendo otras cosas. Aunque eso de tanto retardar en reconocerle el triunfo fue un discurso largo y elocuente y Castillo ha sentido y escuchado. Por eso, se ha excedido en decir cosas a las que no estaba obligado y tampoco debía decir porque es como una manifestación de miedo y hasta de rendimiento antes de tiempo a quien está dispuesto a confrontarlo y hasta sacarlo del poder, en un país donde las Fuerzas Armadas son de esas están de "a toque" para alzarse contra la soberanía popular y en favor de los dictados de la oligarquía peruana y la Casa Blanca y, para completar el cuadro, la mayoría del poder legislativo está en su contra.

Y esas "sutilezas" públicas" y las rudas expresadas en la intimidad, han puesto a Castillo a declararse casi enemigo o por lo menos distanciarse justamente de quienes desde un principio le apoyaron y hasta festejaron ganase. Ha dicho Castillo, "no soy chavista ni comunista". No teniendo por qué decir eso, más si nadie se lo está preguntando y en todo caso no obligado a responder esa pregunta, aunque se la hiciesen, uno concluye dos cosas. La primera, estaría como diciéndole a la Casa Blanca que con él cuente, pese su discurso en favor del pueblo y contrario a lo que con Perú han hecho. No habrá motivos para que allá se incomoden, una cosa es parecerlo y otra serlo.

La segunda es que, de hecho, Castillo está lanzando al mundo y sobre todo a la conciencia popular que ser "Chavista o comunista", es muy malo, tanto como agente de lucifer, como la derecha la ha hecho creer a más de media humanidad, aunque sería más justo decir a casi toda. Y comunistas y Chavistas o malos, son todos aquellos que luchan por la independencia de sus países y los derechos de la gente toda, sobre todo de los trabajadores. Bueno es el modelo que nos imponen desde EEUU, que ni siquiera es como el de allá, sino uno donde las deficiencias y las crueldades, como desigualdad y las carencias, están repotenciadas. Y que quienes estorban e impiden los procesos de cambio y superación de la pobreza de los pueblos nuestros, no son el capital y Estado del gran país del norte, sino el comunismo. Es triste que Castillo, de entrada, ya esté en eso. Debe verse en el espejo de Ollanta Humala que llegó al gobierno con la fama de chavista y hasta del Cholo Toledo, ufanado de su humilde origen y terminaron dando lástima por lo mediocre y entreguista que fueron.

Algo parece indicar que Castillo "cogió piedra". Y en la jerga nacional, eso es una manifestación de miedo.

Cuando terminaba esto, ahorita mismo, Castillo hace su discurso de toma de posesión, donde hasta ahora no hay nada que indique que los gringos le tirarían encima sus cowboys con sus pistolas.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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