Por la discusiòn necesaria; lo que ahora pasa y por Chávez. Caso General Müller Rojas (I)

Los conceptos de partido, liderazgo, las formas de relacionarse la dirigencia de distinto nivel hasta llegar a las bases y las de estas con aquella, son temas que suelen evadirse, porque, usualmente se impone la vertical, personalista, la vieja idea del llamado centralismo democrático, la que secuestra y enmudece todo debate. El mismo concepto que determina la pràctica de casi todos los partidos existentes en Venezuela, desde los llamados de izquierda hasta la derecha; aunque sin temor de exagerar, se podría decir que todos. De esos partidos y hasta individualidades que hasta se entrematan sin percatarse cuànto se parecen. Eso es de vieja data y ha afectado muchos procesos; no sólo a la revolución rusa y las formas estructuradas en toda Europa, alrededor de ella, sino también en muchas otras partes del mundo. En veces, hasta parece curioso, como quienes de ella discrepan o dicen discrepar, llegado al control, optan por imponer sus concepciones haciendo lo que antes criticaron; pues es como más fácil, expedito y personalmente ventajoso de aquello imponer antes que convencer, cambiar, en favor de las prácticas democráticas e inherentes a lo participativo y protagónico; pues lo de mandar y obedecer es lo ancestral, acostumbrado y cada quien lo asume casi mecánicamente.

Y también es verdad, que quienes discrepan y hasta se distancian por algunas cosas, en la práctica, pese en algún momento pudieran decir lo contrario, suelen asumir las mismas concepciones de sus oponentes. Pues la discrepancia pudiera abarcar algunas pocas y hasta insustanciales cosas, pero no todo el universo necesario. El oportunismo es un cáncer que controla y diezma hasta de manera silenciosa.

Lo participativo y protagónico, previsto en la constitución vigente en Venezuela, no ha pasado de ser una consigna, tanto que quienes por ella han luchado y hasta lograron insertarlo en la Carta Magna, lo ignoran en la práctica, pese forme parte de su discurso habitual. La escogencia de los candidatos para las elecciones venideras, ahora el 6D, es una evidente muestra de lo que decimos. Todos ellos, en todos los partidos, fueron escogidos en conciliábulos y acuerdos en el absoluto interés de grupos e individualidades. Y lo triste, para decirlo con un lugar común, es que poca gente presta interés a estos asuntos que, son como el comienzo del diseño de una política global que afecta a toda la comunidad y todo asunto que se aborde, incluyendo lo económico.

 Este trabajo que toma como centro al General Alberto Müller Rojas, tiene la intención, quizás quijotesca o una manera de perder el tiempo, de interesar a la gente por el debate de estos temas. En la discusión habitual, en el universo de la izquierda venezolana y hasta latinoamericana, estos temas parecieran no tener interés, dado el enorme peso de lo económico, por el estado de satisfacción o angustia que ello representa o genera en la vida cotidiana. Los congresos o eventos internacionales prestan poco interés a esos temas y se concentran fundamentalmente en lo relacionado con el imperialismo, aunque siempre bajo la ancestral concepción, de más que identificarle con el capital y sus tendencias, con una determinada zona geográfica.

Solemos pasar por alto que la negación de la democracia, el secuestro de los debates y las imposiciones tácticas, estratégicas de los pequeños grupos dirigentes que arrastran viejas y muy extendidas ideas, terminan teniendo mucho peso en la toma de decisiones y esto incluye a todo lo que tiene que ver con las relaciones internacionales, la economía y la cotidianidad de la gente. De manera que discutir esos asuntos tiene tanta pertinencia como lo otro, pues pese no lo parezca, están íntimamente relacionados.

Creo pertinente, al iniciar este parte que incluye al General Alberto Müller Rojas, con la intención de despejar lo relativo al liderazgo dentro del PSUV, reiterar que trabajo de memoria; pero también, como se trata de hechos bastante conocidos por la gente, intento poner de bulto que trato ordenar las ideas para explicar el porqué de aquella decisión trascendente que llevó a Chávez, en aquella dramática comparecencia televisiva, a dictar su testamento político.

Si mal no recuerdo, Müller Rojas se suma al chavismo como integrante del Partido Causa R, aquel fundado por Alfredo Maneiro, que en las elecciones ganadas por el Dr. Caldera, con posterioridad a los alzamientos militares de 1992, presentó la candidatura del entonces joven dirigente sindical Andrés Velásquez. La relación con el chavismo produjo un rompimiento que dio origen al Partido Patria Para Todos o PPT, del cual pasaron a formar parte Pablo Medina, Aristóbulo Istúriz y Müller Rojas. Posteriormente, cuando Chávez llamó a formar al PSUV, estos dos dirigentes estuvieron entre quienes optaron por atender al llamado del presidente y comandante. El hecho de venir de aquellas agrupaciones por su cuenta, pues el PPT continuó existiendo, como todavía existe, formando parte del GPP ( ahora participa en las elecciones convocadas para el 6D en la alianza APR-PCV), pese al valor de la participación de ambos en las luchas populares, pero ante la existencia de grupos muy robustos, activos, disciplinados, organizados y por largo tiempo identificados plenamente con eso que se llama el chavismo, sin discrepar, les hace como individualidades brillantes, con audiencia, pero sin mucho sostén.

Después de un tiempo relativamente largo de estar en los altos mandos del chavismo o para decirlo mejor del nuevo movimiento revolucionario venezolano en el poder, Alberto Rojas Müller, ex general del ejército, quien se autocalificó como socialista de los viejos tiempos, desde hacía cincuenta años, lo que obviamente significa casi acabando de ingresar a la Escuela Militar, entró en una confrontación pública y puntual con el presidente acerca de la definición del ejército en tormo la política. Es conocida pues la confrontación que tuvieron al respecto. Para Müller el derecho a deliberar de los militares no significaba sujetarlos a una definición que los identificase con una opción particular. Fue ese un choque conceptual de mucha importancia, útil para definir que, si bien entre ellos pudiera haber coincidencias estratégicas, no las había suficientemente en lo táctico. Lo que pudiera sugerir que, uno y otro, no sólo tuvieran diferencias, sino que estuvieran ubicados en grupos o anillos distintos. Müller Rojas no vino de los alzados el 4f, ni siquiera del golpe de noviembre del 92, aquel que lideró Grúber Odremán, su militancia política es anterior, como ya dijimos, formó parte de la Causa R y pudo haber tenido contactos de alguna manera con Alfredo Maneiro y el pensamiento partidista de éste. Tampoco es de los hombres que se sumaron estando Chàvez detenido en Yare y desde ese momento comenzaron a accionar bajo su comando o por lo menos en una relativa sintonía con él. El Chávez preso en Yare y, aún cierto tiempo después de haber salido de prisión, estaba ganado para la vieja y derrotada idea de “la lucha armada”. Müller como Aristóbulo y los dos bajo las mismas banderas, participaban en la lucha que tenía la opción electoral como privilegiada.

Por aquella confrontación presentó su renuncia a la comisión promotora del PSUV. El día 5 de julio del 2007 lo hizo, mientras agregó a la prensa que “el presidente hasta ahora no me ha llamado; él lanzó su regaño público, imagino que leyó mi respuesta, no me ha tomado en cuenta así que no creo que deba seguir trabajando en una “Comisión Presidencial”. Pero según la versión periodística que manejamos agregó: “Creo que ese tratamiento público que me dio es injusto……y producto de presiones de intrigantes a su alrededor”. Se lamentó que “siendo su asesor y Jefe del Estado mayor Presidencial no haya podido conversar en un año con Chávez, más allá de los encuentros ocasionales”. “Es muy difícil tener acceso al Presidente”.

 Interrogado acerca de si creía que el presidente había cambiado, respondió creer se haya dejado “cercar”. Aunque negó saber a ciencia cierta “quién le calienta los oídos”. Fuente: Blog Oficial del Movimiento Loyoliano de Liberación Cultural. -M.L. L.C



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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