A propósito del discurso de Pérez Pirela

Escuché en gran parte el excelente discurso de “orden”, llaman así al que se pronuncia en esos actos solemnes, pronunciado por el joven zuliano Miguel Angel Pérez Pirela. Si como dije, me pareció excelente, sobre todo la sutil relación - creo que lo fue en buen equilibrio – entre el pasado y presente. La llamada al bolivarianismo contra las pretensiones imperiales, fue una muestra de esa sutileza. Pudo enlazar con habilidad, hasta elegancia y emotividad, pasado y presente.

Siempre digo, cuando se hace mención a la octava estrella de la bandera que todavía falta la novena que reconocería la contribución indiscutible de los patriotas zulianos, de la Provincia de Maracaibo, a la lucha por la independencia y la consolidación de la patria.

Quizás por eso mismo, no sería valedero que el juicio del orador, según el cual, de haberse perdido la batalla del lago, Bolívar hubiese tenido que regresar inmediatamente a Venezuela, pase desapercibido o se califique como una simple expresión del regionalismo de los zulianos. Fenómeno ese del regionalismo que podría explicarse en parte por esa tardía incorporación “oficial” a la República de Venezuela, que no a la lucha por la independencia, las posibilidades de autonomía que permitían el lago y el dinámico puerto de Maracaibo. Lo que pudo haberse profundizado, con la temprana importancia que alcanzó la tierra zuliana como productora de petróleo y por su aporte al ingreso nacional.

Ese regionalismo que llegó al máximo con el caudillo Venancio Pulgar, quien definió su concepción de Federación, diciendo palabras más palabras menos, “los caraqueños pueden irse mucho al carajo porque en el Zulia mandamos los zulianos”.

De manera que el haber dicho aquello por parte de Pérez Pirela, tiene su fundamento. Si bien, a nuestro parecer - lo digo así no porque sea oriental- la república, la pequeña de Venezuela y la grande de “La Gran Colombia”, toman vigor, arranque colosal a partir de la proeza de los orientales, con el general curazoleño, casi invencible – una sola derrota militar acuestas – Manuel Piar* al comando, de tomar Guayana, se fortalece con Carabobo y tuvo un cierre brillante con la batalla del lago.

Pero en el discurso excelente y muy bien gestualizado del joven “maracucho”, en quien vi, así se me antojó, un futuro candidato a Alcalde de Maracaibo, me llamó particularmente una expresión, que atribuyó a Fidel Castro.

Quizás por la edad, suelo olvidar algunos detalles. Digo esto para que el lector sea comprensivo. Según Pérez Pirela, el líder cubano le dijo, “mirándome de frente”, algo más o menos parecido a esto: “No desperdicien a Chávez”.

A los cumaneses, digo así porque cada pulpero alaba su queso, nos agrada decir en estos casos “no lo malbaraten”.

Es decir, no dejemos se pierda el inmenso legado de aquel muchacho barinés que la sabana aventó a Caracas, tal como hizo con casi todos nosotros, en la época -¿ya pasó?- en que “Caracas era Caracas y lo demás monte y culebra”.

¿Qué temor encerró aquel pedido de Castro al joven zuliano? ¿Qué encierra esa frase de Pérez Pirela traída a colación en ese acto solemne y en los umbrales del acto de escogencia de candidatos a la Alcaldía de Maracaibo, ahora en manos opositoras o de algo así como los hijos morganáticos del imperio que sigue siendo el mismo “que hasta al español jodió”, para decirlo como Alí Primera?

Recuerdo esa expresión de Pérez Pirela y la traduzco a una más usada y popular en Cumaná, la de “malbaratar”, pensando ahora en este pequeño asunto que a continuación refiero:

Mi nieta menor tiene apenas siete años. Es viernes 26 de julio y la hora 9.40 de la mañana. Desde las tres de la madrugada, en la vecina ciudad de Puerto La Cruz, en el monte de las culebras, está en una cola inmensa, en plena calle, con su madre, mi hija, esperando le llegue el turno para sacar la cédula de identidad que le solicitan para el siguiente año escolar.

Ese era el viejo proceder de la IV república, que Chávez resolvió porque entre otras cosas, es un atentado al derecho de los niños. Nuestro presidente eterno, logró que el organismo competente enviase a la escuela a cedular a los niños a quienes cada año le correspondía, porque es un derecho de ellos, es lo humano y pertinente con la infancia.

Mi hija me ha llamado a 11.45 a.m., acaba de cumplir el trámite; pero algo insólito, como en el pasado, le entregaron sólo un comprobante. Como que si de repente se nos hubiese regresado la IV república.

“No malbaratemos a Chávez”.

*Piar, muchos lo olvidan, perdió la batalla del “Salado”, en las afueras de Cumaná, intentando detener a Boves, quien llegó allí en persecución de los “emigrados de Caracas a oriente”. Las fuerzas del asturiano eran colosales en hombres y pertrechos.


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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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