Los contrincantes no eran Manuel Rosales ni Pablo Pérez ni Eveling Trejo

Luego de los resultados de los comicios marabinos, -marcados por una abstención, que generalmente ocurre en elecciones de esta categoría y porque no a todos les entraron por el oído las promesas de dos candidatos a quienes se les conoce de sobra su trayectoria en la política-, hay que seguir advirtiendo en cuanto al proceso se refiere, que “tropezamos de nuevo y con la misma piedra”, como dice una famosa canción de Julio Iglesias.

Desde que comenzaron los reveses electorales de la revolución en Maracaibo, se alerta sobre la conveniencia de rescatar del proceso en este municipio, donde se desarrollaron 8 años de gobierno rojito desde la Alcaldía. Muchos asumen que en ese período se hizo una gran gestión y se les respeta, pero se debe tener claro que las comunidades organizadas no se identificaron con esa administración y he allí donde radica el problema. Esto hay que decirlo, sería un error no admitirlo por el bien del proyecto socialista.

Ahora bien, ¿por qué las comunidades organizadas no se identificaron con esa gestión?, porque no se hizo bajo los parámetros del proceso que plantea y pregona el presidente Hugo Chávez. Fue un mandato ejecutado a la usanza de la IV República, en el que entre otros aspectos, siempre se contrataron empresas explotadoras para realizar las obras municipales y la gente en los barrios se sintió burlada. A los marabinos esto no les hubiese extrañado de un gobierno puntofijista pero, por supuesto, no esperaban esa acción de una gerencia revolucionaria. De allí estimo que esta es una de las causas del descontento de la gente y la respuesta es el rechazo.

Además, contamos con un líder como Chávez hablando de empoderar a los más desposeídos, de crear empresas socialistas, mientras que contrariamente en Maracaibo los trabajos los hacían las clásicas contratistas privadas con el pueblo de obrero, ganando un sueldo que apenas le alcanzaría para sobrevivir. Y por supuesto, ante esta contradicción, es natural cualquier desconfianza y desmotivación.

Teníamos una ciudad con el rostro limpio y bonito, -que es lo que más se alaba y se reconoce de esos 8 años de gobierno municipal-, sólo que todo indica que con el alma hecha pedazos. Los vecinos de los sectores más humildes pasaban necesidades y esperaban que los rescataran los revolucionarios. La gente sólo contaba con las misiones y la gestión que nuestro comandante ordenaba y ordena desarrollar a favor de los más pobres en el país.

Creo consecuentemente, que en Maracaibo tenemos una comunidad que se siente defraudada, no por la revolución, sino por los dirigentes que han llevado las riendas del proceso. Y no pretendo descubrir el agua tibia, eso lo revelan los resultados desfavorecedores de las más recientes elecciones en esta jurisdicción. Eso está de anteojito. Seguir buscando causas de los fracasos en otro lado, sería arar en el mar, retardar más el proceso de rectificación.

No podemos cerrar los ojos ni ponernos de espaldas a esta realidad. Perder en medio de un desastre de gestión como la de Daniel Ponne y una candidata como Eveling Trejo, cuyo aval principal es ser la esposa de un prófugo de la justicia y a quien los asesores le recomendaron en la campaña abrir la boca lo menos posible, es realmente preocupante. Era para ganar sobrado, para dar tremenda paliza, pero no fue así porque, repito, no se rectifica y se acata la voluntad popular que rehusa apoyar a los candidatos de siempre.

Urge en tal sentido, promover a nuevos líderes, darle muestras de rectificación al pueblo y regresar con todas las fuerzas revolucionarias a las comunidades para rescatarlas, entendiendo que en estas elecciones los contrincantes no fueron ni Manuel Rosales, ni Pablo Pérez ni Eveling Trejo y mucho menos Daniel Ponne, sino el rechazo político del candidato rojito en los barrios de Maracaibo, que en las últimas elecciones no ha podido sostener los continuos triunfos de Chávez, porque ¡ojo! el máximo líder venezolano cuando le ha correspondido medirse como candidato en este municipio, se ha caracterizado por la victoria.

Recordemos que el 6 de diciembre de 1998 nuestro líder bolivariano coronó en todos los estados del país.

Y en el Referéndum Presidencial del 15 de agosto de 2004, cuando le preguntaron al pueblo ¿Está usted de acuerdo con dejar sin efecto el mandato popular otorgado mediante elecciones democráticas legítimas al ciudadano Hugo Rafael Chávez Frías, como presidente de la República Bolivariana de Venezuela para el actual periodo presidencial? se impuso el NO sobre el SI en la región y el municipio.

Igualmente, en las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006, ganó Zulia y en Maracaibo obtuvo 724.254 votos contra 682.992 de los adversarios.

La única vez que el Comandante-Presidente perdió en la región zuliana siendo candidato, fue durante la mega elección del 30 de julio de 2000, porque de resto, como dicen por ahí: aquí lo que ha hecho es repartir palo parejo.

(*)Periodista

albemor60@hotmail.com


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Alberto Morán


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