La locura de Aristóbulo

A pesar de que en estos días me he dedicado casi exclusivamente a escribir una novela, no he cesado de leer Aporrea. Había decidido no escribir, pero lo que pasa con Aristóbulo Istúriz me interesa, y mucho, porque, de la manera directa y sencilla que caracteriza a este camarada, ha puesto el dedo en la llaga, llamando las cosas por su nombre, aunque eso le ha traído insultos directos e indirectos de quienes no comprenden por dónde vienen los tiros. 

Antes que nada: Mis respetos, camarada Aristóbulo. 

EL EFECTO SAMÁN 

El mundo necesita unos cuantos “locos” como Aristóbulo, que se atreven a especificar, más allá de las generalidades, de qué se trata el socialismo, y se trata de un sistema social que no tiene nada que ver con las estructuras del Estado que padecemos, que, pese a estar dirigido por un gobierno progresista, tiene de socialista lo que tengo yo de rubia escandinava. Y es que el Estado no ha cambiado. Por eso fueron necesarias las misiones, para comenzar a incluir a mucha gente que antes estuvo como la guayabera: Por fuera, excluida. Y por eso es que no funcionan las cosas como quisiéramos. Los funcionarios, por muy buenas intenciones que tengan, están atrapados en una alcantarilla de concreto de donde no hay salida, y aunque sacaran las aguas podridas y regaran creosota, es todo lo que pueden hacer antes de que el aparato ideológico y burocrático del capitalismo, o los corrompa con sus deposiciones, o los ahogue. En el mejor de los casos, padecerían el efecto Samán.  

Es que el capitalismo hizo esas estructuras para que le sirvieran, y eso es lo que hay. 

LAS ESTRUCTURAS Y LA SOCIEDAD 

Las estructuras sociales funcionan como la superficie terrestre. Igual que las lluvias en la tierra han erosionado formando cauces, la burguesía ha producido estas estructuras, preparadas para que todo lo que pase por ellas sea formateado a imagen y semejanza de sus creadores. Diez años de experiencia, y el retroceso que estamos presenciando, nos demuestran este aserto. Cristo decía que no se puede echar vino nuevo en odres viejos y el Che, más claro, dijo que no se puede construir el socialismo con las armas melladas del capitalismo. Y de eso se trata. El Estado burgués, basado en la “democracia” representativa, sirve para actuar dentro del Estado burgués, y para nada más. Lo demás son pañitos calientes que a la larga producen frustración en el pueblo, en nosotros, quienes  sabemos que si esto sigue así, este proceso terminará como otros procesos. Con buenas intenciones, heroísmo, sacrificio, luchas, pero que fueron derrotados por los mismos de siempre. 

LAS INUNDACIONES Y LAS INFECCIONES 

Cuando llueve, las aguas siempre fluirán por los cauces ya establecidos, ampliándolos y profundizándolos en cada chaparrón. Si se pone un relleno, con el tiempo, como los cauces están ahí todavía, la lluvia se llevará el relleno y se perderá todo lo que se ha construido. Es necesario un movimiento de tierra de grandes proporciones que elimine los cauces viejos y toda posibilidad de que se vuelvan a abrir, para poder construir algo firme y duradero.  

Es lo mismo que pasa cuando se va a hacer una operación, en un lugar en donde hubo un basurero de larga data. Aunque se limpie y se riegue desinfectante, las primeras operaciones, con muchos antibióticos, pueden salir bien, pero en poco tiempo las cepas de microorganismos patógenos se reproducen, y en esas condiciones, seguir operando significa correr el riesgo de una septicemia segura para el paciente. 

Y el paciente es nuestro país. Nuestra revolución. Que no solo tiene vida propia, sino que irradia a todo el mundo. Si nosotros permitimos que esto se caiga, estaremos perjudicando a todos aquellos que, estimulados por los triunfos obtenidos en algunos países de Latinoamérica, siguen la pelea, por transformaciones más profundas. Históricamente, no es ese el papel que nos ha tocado. 

El octubre francés, los movimientos populares en todo el mundo, no son ajenos a nosotros. 

LOS DOS CAMINOS DEL CAPITALISMO 

El capitalismo mundial, en una crisis terminal, está frente a un cruce de caminos. Por un lado, está el endurecimiento con el control total del imperio sobre todos los países del mundo, bien por medio de lacayos que traicionen a sus pueblos, o por medio de la fuerza de las armas “de destrucción masiva” que el imperialismo no tiene ningún escrúpulo en utilizar, como lo hizo en Hiroshima y Nagasaki hace más de medio siglo. Sólo que ahora son más sofisticadas. 

El otro camino es su propia muerte, en manos de los pueblos, si éstos se alzan para lograr, por medio de una transformación estructural, la mejora de su existencia. Y para salvar la vida humana sobre el planeta, en peligro por la depredación irrespetuosa y voraz que el capitalismo ha propinado a la superficie, a las aguas y al aire de nuestro Planeta, contraviniendo todas las leyes divinas y humanas. 

LOS AMIGOS Y EL ESCÁNDALO 

Lo que escandaliza a los críticos de Aristóbulo, que le hablan como si fuera un loco, es que tienen amigos en gobernaciones, alcaldías y otras instituciones burguesas. Pero no se trata de acabar con los gobernadores, los alcaldes y las juntas parroquiales. Hay muchos camaradas alcaldes y gobernadores que, si no estuvieran amarrados por una estructura burocrática burguesa, con toda seguridad serían más eficientes en la satisfacción de las necesidades del pueblo. No se trata de cambiar las personas, sino las estructuras. Es como hacer un gran movimiento de tierra, estableciendo nuevos canales de flujo de la actividad institucional, dirigidos a una economía planificada, a una superestructura que favorezca a la gente y a la Naturaleza, y en fin, a la Revolución. 

Socialismo con Estado burgués no es socialismo. Para instaurarlo es necesario, por un lado, no hacer ninguna componenda con el enemigo histórico, la burguesía, sino confrontarla victoriosamente (como ha indicado el Presidente Chávez) y por el otro, desmantelar todo el Estado burgués, institución por institución, para crear la nueva institucionalidad socialista. Y tanto las misiones, como las instituciones que están naciendo, del poder popular, son los gérmenes de la nueva institucionalidad que necesitan, para desarrollarse, el abono producido por la defunción de las estructuras del Estado burgués. 

¡BRAVO, CAMARADA ARISTÓBULO! 

Por sus palabras, y su comprensión, Aristóbulo es ya parte de un movimiento socialista radical dentro del PSUV.

andrea.coa@gmail.com



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Andrea Coa


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