Apuntes para una discusión académica o política

El presidente Maduro y la Universidad Venezolana

I

En tanto puedo en el espacio de la cotidianidad, escucho las intervenciones del ciudadano presidente Nicolás Maduro, más aún si vengo caminando y oyendo con los audífonos enchufados a la radio del teléfono; aunque a veces como un ruido de fondo, la verdad sea dicha, o mientras hago lo que tenga que hacer: leer, hacer o corregir tareas escolares, hablar con algún allegado en casa… Pero espabilo cuando alude a la educación. Y la universidad en particular. Suspendo todo y presto toda la atención posible a la alocución presidencial.

Sin embargo, inmediatamente después, al parar mientes, me suele suceder que no alcanzo a comprender los alcances e implicaciones de muchos de los anuncios del presidente, acerca del tema educativo, que es el caso que nos ocupa. Obviamente, no dispongo de información suficiente, privilegiada, ni marginal si quiera; al modo de una sala situacional que maneja un cuadro de mando central, (con la planeación, los objetivos estratégicos, metas, organización y programas de acción, recursos…); bueno como no sea el Plan de la Patria 2013-2019, cuyos grandes objetivos estratégicos tienen a la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura, como elementos y factores fundamentales para el desarrollo económico, social y político ecológicamente sustentable; de allí que respingue y pele el ojo cuando el presidente obrero, Nicolás Maduro, anuncia planes en ese sentido. Me digo, el hombre está bien asesorado. No comprendemos bien pero nos alegra, porque entendemos que van en la línea del Plan de la Patria… Que no es poca cosa y recordamos a Chávez: Patria, patria, patria querida…

II

Sin embargo, asumiendo la responsabilidad de expresar cómo me afectan tales emisiones del presidente que habla al país, más que análisis prospectivo y respuestas tengo más bien expectativas y ciertas interrogantes; y las comento entre mis habituales contertulios de café, libros y periódicos, ahora más que físicos, digitales, tres o cuatro amigos de formación universitaria alcanzada en Venezuela y alguno en el exterior.

Y escribo, aunque sea malamente. Intento reflexionar. No para complacer ni molestar a nadie, sino por la pasión de comprender, recordando en esto la prosa traviesa del historiador larense Dr. Manuel Caballero (en Historia de los venezolanos. Alfa. Caracas. 2009), a quien admiramos siempre, aunque en los últimos años no compartíamos su postura política y nos costaba tanto asumir que éramos sus más rendidos admiradores y tenemos casi todas sus obras, incluyendo aquella titulada Por qué no soy bolivariano, (Alfadil. Caracas. 2006) y La peste militar (Alfadil. Caracas. 2007) Ocioso que es uno, su buena prosa superaba su sesgo.

Aunque seguimos siendo sus desocupados lectores dominicales, hasta su último artículo. Pero eso es otra cosa. Pudiéramos decir también que estas reflexiones se hacen siguiendo a Marc Bloch, quien habla de que el investigador social y el historiador en particular debe tener la pasión de comprender, (en Apología para la historia o el oficio de historiador. Edición anotada por Etienne Bloch. Fondo de Cultura Económica. Efe. México. 2006), es lo que intentamos hacer.

Discípulo, a la distancia de tan conocido maestro, tampoco soy imparcial en el análisis de lo político y la política y de los delicados asuntos humanos, como la educación universitaria en Venezuela. Cuyas debilidades obligan al gobierno revolucionario a diseñar políticas públicas que han marcado profundamente la vida nacional en las últimas décadas, como lo señala Luís Bravo Jáuregui, (en La educación en tiempos de Chávez. Libros El Nacional. Caracas. 2006); pero en eso el citado autor tampoco es complaciente y nosotros tampoco, ya que en el método crítico exige una cierta distancia y conservar una actitud de atenerse a lo que hay.

Frente a los hechos uno siempre asume una postura, una perspectiva o un punto de vista personal, guste o no. Eso que en ciertas clases de maestría y doctorado en Ciencias Sociales y Educación, (donde hemos asistido por mera curiosidad), se denomina posicionamiento ontológico, epistemológico y axiológico; esto es, una visión de la realidad, uso de cierta teoría del conocimiento científico y determinada teoría de los valores, bajo cuyas coordenadas se actúa o se presume que se debería actuar.

III

En fin, me sucedió días atrás en la transmisión del acto de graduación de las misiones educativas y de celebración por la declaratoria de Venezuela como territorio libre de analfabetismo, que por más que espabilé no comprendí, oí pero no comprendí mayor cosa; el día siguiente en Correo del Orinoco pude confirmar que, según reseña de Vanessa Davies:

“Maduro anunció que aprobó los recursos para enviar 50 mil estudiantes y profesionales venezolanas y venezolanos a estudiar en las mejores universidades del mundo para preparar los científicos, los profesionales y los expertos en todas las materias del desarrollo actual del mundo. Se van a elegir los mejores promedios de la Misión Sucre para que vayan 5 mil graduandos en ese plan”, (Correo del Orinoco, Caracas, miércoles, 29 de octubre de 2014, p. 3).

Más adelante agrega la nota de la Davies que harán control y evaluación (¿?) en el sector de las universidades privadas, reafirmando el principio del Estado Docente, véase: “El Mandatario informó anoche que las universidades privadas deberán cobrar lo que corresponde. Durante un acto de graduación de las misiones sociales educativas (…) el Jefe de Estado dijo que ordenó a los ministros Ricardo Menéndez y Manuel Fernández que convoquen a las universidades privadas, les pongan los puntos sobre las íes y les obliguen, de acuerdo a la ley, (a cobrar) lo que corresponde. Ya basta de abusos. Para eso hay gobierno, para eso hay leyes, para eso hay un Estado, para eso hay una revolución (…)”, (ídem).

IV

A caramba presidente, Ud. se está metiendo en lo hondo. Como debe ser, me dije y ahora es cuando hay que hacer por la educación universitaria venezolana, como por ejemplo, elaborar un plan de acción que corra paralelo a ese de enviar 50 mil becarios al exterior. No se moleste mi presidente y ciertos seguidores suyos particularmente obtusos, pero: ¿por qué no se potencia la infraestructura física universitaria en el país y se construyen nuevos módulos en las universidades autónomas y experimentales; o aún en las llamadas popularmente universidades experimentales de nuevo tipo, territoriales, alma mater y demás dispositivos municipalizadas de Misión Sucre? ¿O ya estará eso contemplado? (Porque el Coordinador de la REDI Centro occidental recientemente, señaló que en Lara se ha rehabilitado 139 obras en los planteles educativos, dizque representa el 60 % , en El Impulso, Barquisimeto, 28 de octubre de 2014; pero aun es cuando falta, ya que en lo concreto en UPEL-IPB hay unos edificios ya viejos y enmontados sin concluir, además de que los edificios tradicionales de clases, oficinas y laboratorios presentan un grave deterioro, se ve a simple vista)

Nuestra propuesta, si cabe hablar así, es que nuestras instituciones universitarias posean laboratorios, bibliotecas bien dotadas y actualizadas, con centros de investigación en ciencias básicas y aplicadas de gran tronío, de acuerdo al estado del arte de los últimos desarrollos científicos, técnicos y humanísticos. Ciencia de punta, pues. Sería un homenaje óptimo a propósito de los 150 años del natalicio del Dr. José Gregorio Hernández, dice uno.

¿Ah, que el alto gobierno no puede consensuar con los científicos y las autoridades de las universidades venezolanas porque la mayoría son adherentes a la oposición política? ¿Mismos académicos y autoridades que consideran que estas casas de estudio deben ser dirigidas por su vanguardia política y el gobierno dice que es por los consejos de trabajadores académicos, estudiantes, obreros y administrativos, quienes ejercerían la democracia directa en unas hipotéticas elecciones con votos uno a uno pero que en la práctica no se atreve a implantar?… Son asuntos a reflexionar. Sin embargo, es curioso porque cuando han tenido que reunirse rectores y ministros se han reunido, eso nos dice la crónica periodística de estos últimos años…

V

Así, con excelente dotación y buena disponibilidad presupuestaria nuestras universidades venezolanas podrían ser más competitivas y hacer parte de los denominados rankings de las mejores universidades de América Latina y el mundo, ya de hecho alguna tiene cabida allí. Pero son cada vez menos, de entre las de más larga trayectoria en investigación, innovación, publicación y número de investigadores pero sobre todo esos son los indicadores; se entiende que con sus aportes en ciencia, tecnología humanidades estas puedan contribuir (y lo están haciendo en lo que pueden en su sobrevivencia, que parecen fantasmas y campos de guerra real y simbólicas) al desarrollo del país. ¿Será mucho pedir? ¿O es que, como dijeron algunos por ahí en que estamos con unos articulitos en aporrea de un discurso crítico con tendencia a ser filo-opositor, hijo de la madre mía y otras lindezas por el estilo? Pero como canta Silvio Rodríguez: “Yo vine para preguntar, flujo y reflujo…/ Si el saber no es un derecho, seguro será un izquierdo”… no se escribe para complacer ni molestar a nadie, ¿pero qué podemos hacer? Ocultar el sol con un dedo, no se puede.

VI

Volviendo a la nota periodística a la que recurrimos para confirmar lo que oímos y vimos en la TV el día 28 del corriente, y siempre según Davies en Correo del Orinoco: “Esas y esos profesionales (de los 50 mil que se irían becados al exterior, agregado nuestro) van a especializarse en ciencias de la salud, en robótica, nonalogía, (sic), telecomunicaciones, ingeniería, producción de alimentos, desarrollo industrial, economía …; _Tenemos que alinear la formación de ustedes con la formación de pinta al más alto nivel del mundo”…,(ídem).

Como dice mi compadre Jorge: “Muy bien”… está bien que así sea. Ese plan es magnífico, pero tenemos entendido que en nuestro suelo larense la UNEXPO, la UFT y la UCLA forman ingenieros en telecomunicaciones, ¿por qué no se potenciar también esos laboratorios? Igualmente, sabemos por informaciones de la prensa local que las carreras en ingeniería en agroalimentaria e industrial de la UCLA no tiene sede propia y carece de la dotación suficiente para una mejor educación; la sala de hemeroteca de la Biblioteca Pública Pío Tamayo de Barquisimeto es muy prolija en este aspecto. Las denuncias se multiplican sobre las carencias y déficit presupuestario, sin embargo uno se pregunta quién miente y quien dice la verdad acerca de ese polémico aspecto del presupuesto universitario, si los decanos y rectores que anuncian frecuentemente cierre técnico de sus universidades y el alto gobierno revolucionario, cuyos funcionarios aseguran que el presupuesto asignado es el adecuado, que en los últimos años ha observado una curva ascendente entre el 40 o 50 por ciento y que si hiciera falta más plata que el gobierno asignará créditos adicionales; es lo que está en las hemerotecas.

VII

Retomando lo de las carencias de nuestras universidades y otros dispositivos alternos de educación, se tienen testimonios que Misión Sucre intenta formar especialistas en la carrera agroalimentaria y tienen un espacio en las instalaciones del tradicionalmente llamado Instituto Básico Superior, y el profesor-cooperador cubano que coordina esa área ha tenido que hacer un convenio con la Escuela de Agronomía de la UCLA para poder desarrollar sus actividades de laboratorio y otras prácticas con un mínimo de decencia, ya que no cuentan con la dotación suficiente para educar con la calidad suficiente; ¿será que es más fácil y barato enviar al exterior a 50 mil becarios que formarles aquí con universidades bien dotadas? Pregunta que no quisiera hacer pero ya lo escribí y como dijo aquel: lo escrito, escrito está… aguantaremos el chaparrón de los áulicos del camarada Maduro, que además carecen de pensamiento crítico.

Como decía al principio alguno de mis habituales contertulios estudio fuera, en Inglaterra, para ser más exactos. Y la verdad su formación es impresionante y no solo en su área de una ciencia básica como la matemática, en la que se formó sino en literatura, filosofía y artes plásticas… ¿Por qué no adoptamos el modelo de educación inglesa para Venezuela, cuyo centro es la ciencia y la investigación? ¿Qué no era el Libertador Simón Bolívar que admiraba mucho el sistema inglés? No estoy muy seguro, pero creo que sí.

Viajar, compartir otras culturas enriquece, dicen. Pero uno de mis más respetados docentes de pregrado en ciencias sociales, cuya amistad ahora disfruto y visito en su inmensa biblioteca de vez en cuando, nos contó hace poco que él prefirió hacer toda su formación, desde su grado universitario, especialización, maestría y doctorado aquí en Venezuela; así no se pierde el contacto con la realidad nacional, los becarios suelen regresar descontextualizados, alumbrados, como se dice, acoto yo, será por pura envidia, pero a mí el gobierno me negó una beca de Misión Ciencia para terminar mi doctorado en educación en la UFT-Cabudare, que no clasificaba, me dijeron por correo; les dije: - muy bien, con su pan se lo coman…

VIII

En fin, soy chavista por gusto y sensibilidad, no porque me haya beneficiado de la revolución bolivariana, ya que Chávez podía decir como el poeta Víctor Vásquez: “Vengo de los cielos a buscar siderales/ a buscar una imagen/ reminicente/ y tengo el aroma de las Hespérides/ (en: Historia de la Infidelidad. Universidad de los Andes. Vicerrectorado Administrativo. Mérida. 2012. P. 11). Esto de Hespérides creo se refiere al cuidador o vigilante de los jardines en un lejano rincón de la patria o algo así…

El referido amigo, ya como profesor titular de una conocida universidad, es cuando viaja al exterior como profesor visitante a Francia y otras partes, pero no antes. Son opciones… y que siga el debate, porque faltaría definir a dónde van a ir esos 50 mil becarios, ¿a Cuba, Chile, Argentina, China, Rusia, España, Ecuador, Bielorrusia, Inglaterra, Estados Unidos? ¿Hacia dónde está mirando Venezuela en el asunto de la formación de su talento humano y hacer que su juventud vaya dibujando un horizonte de futuro? Al respecto es útil leer a Orlando Albornoz, (en: La universidad latinoamericana entre Davos y Porto Alegre. 2006. www.worldca.org/universidad-...; también: Albornoz, O. Cuba y China. ¿Son opciones académicas para Venezuela? Un ejercicio de educación superior comparada internacional. UCV: Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. Caracas. 2000).

Así como hay gente que se iría demasiado, otros preferirían hacer toda su formación en Venezuela, a condición de que nuestras universidades se les dotara adecuadamente y todas fueran como dicen en la UNEFA, con su lema formal de “Excelencia educativa”, o dizque también lo era, hasta no hace mucho, dicen las lenguas, la Universidad Simón Bolívar, (con una sede hermosa sede rectoral, jardín, biblioteca, laboratorios y una selección de ingreso estricta, así como procesos de educación de alta calidad, según es fama; lo cual no puede existir sin disciplina. Calidad y masificación)

Algo que cuesta mucho entender, es eso de la disciplina, calidad y selección en los mecanismos de ingreso universitaria; yo nunca he viajado a grandes centros académicos del exterior pero un compañero, que además es mi compadre, me dijo una vez algo impresionante: en la biblioteca de la Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia, todo es silencia y calma, orden y pulcritud; un espectáculo similar dizque se observa en Inglaterra, nos cuanta otro colega, que habla inglés perfecto y de vez en cuando nos cuenta de su experiencia en la Universidad de Oxford como becario Ayacucho, orden y disciplina sólo en salones y bibliotecas, porque ya fuera de estas la cosa era siempre muy movida…

IX

¿No pudiéramos empezar por casa, digo, por nuestras casas de estudio y convertirlas en la mejores universidades del mundo? Es por una duda que tengo, como dice en otro contexto Roberto Hernández Montoya. Y para no dejar de meter la cuñita, ello supondría también, me imagino yo, que los docentes universitarios disfruten en Venezuela de unos sueldos competitivos a nivel internacional, como dicen sea una característica en Perú y Ecuador, para no ir muy lejos como Canadá, Inglaterra o Finlandia…

Como sea, y para cerrar, valoramos que un presidente como Maduro ponga en el debate estos temas universitarios, paradójicamente cuando él es el presidente obrero, falta que uno y otro sector, oposición y revolucionarios puedan dar un debate acerca de la calidad de la educación universitaria en Venezuela; por cierto, vamos a cerrar con lo dicho inicialmente, casi no comprendemos los anuncios de Maduro. Una vez que teníamos casi listo todo este escrito una notica nueva nos aclara algo, dice así:

“Funadayacucho otorgará becas para el exterior”, (Diario 2001. Caracas. 31 de octubre de 2014, p. 05), en efecto comprendemos que no es que van a agarrar ese pelotón de estudiantes y enviarlos en cambote al exterior sino granueditos, como dicen en mi pueblo; reza la nota periodística que: “La Fundación Gran Mariscal de Ayacucho (Fundayacucho) aprobó los recursos para el Programa Becas Internacional Jacinto Convit, informó el presidente de la fundación, César Trompiz. Indicó que se tiene previsto que para 2015, 10.000 venezolanos obtengan su beca para cursar estudios en el exterior, proceso que se mantendrá hasta 2019 para formar 50.000 profesionales en cinco años”, (ídem).

X

En fin, creemos que nuestro presidente Maduro y su alto gobierno debe mirar a la universidad venezolana, así como el comandante Chávez rompió ese nudo gordiano que era la contracción de la oferta educativa en Venezuela (tema al que el Dr. Tulio Ramírez, de la UCV, dedicó un libro con ese nombre) aplicando lo que el principio que el maestro Luís Beltrán Prieto Figueroa, a mediados del siglo XX diera en llamar en libro clásico suyo: “De una educación de castas a una educación de masas” y por ello fundó cerca de treinta nuevas universidades o al menos más de veinte (cito de memoria, como decía ese otro gran Maestro-historiador que fue el Dr. Federico Prieto Figueroa) ahora se requiere que la educación universitaria en Venezuela con suficientes estándares de calidad; porque aunque yo no llego ni a ser una académico de provincia, como dice Pierre Villar, no entiendo cómo es eso de que para aprender ciencia haya que ir necesariamente al exterior, a las mejores universidades del mundo y nuestras universidades se estén cayendo a pedazos.

O las nuevas universidades, que me perdonen, pero, yo personalmente, no veo que sean de primera línea en eso de la calidad en los procesos de enseñanza y aprendizaje, dotación e investigación, o que lo publiquen, cuando lo hacen, lo que sus pocos académicos elaboran. Aunque tengan equipos gerenciales empeñados en ello, no han podido, además tienen en general un clima organizacional no propicio y entorno institucional adverso.

De hecho, he podido leer y oír muchas críticas de colegas docentes al respecto, porque por razones estrictamente académicas he compartido las aulas de clases con compañeros estudios avanzados, viejos estudiantes, que no estudiantes viejos, je, je… Son colegas de Barquisimeto, Valera, Acarigua y San Cristóbal que hacemos un doctorado en gerencia, claro tienen el sesgo típico de los sectores de oposición política en Venezuela, que tiene gran respaldo de los sectores universitarios, sin embargo suelen reconocer las cosas buenas que el gobierno haga en educación.

Pero bueno, estas son cosas que uno dice y escribe pa’ conversá, como dice un poema de Aquiles Nazoa y que recita maravillosamente mi buen amigo, el poeta Miguel Ángel López, lo que no se puede negar es que la universidad venezolana podría ser mejor, en su conjunto si se alcanzaran acuerdos consensuados sobre cómo puede hacer esta corporación su mejor servicio al país, que oriente en sus grandes asuntos y reafirme los valores trascendentales del hombre, ¿dónde fue que leí eso? ¿No fue en una Ley de Universidades hace como treinta años y aún está vigente? Quiero una beca para el Instituto de Filosofía de la Universidad de las Villas de Santa Clara, Cuba, ¿será así que se llama?

Ah, perdón, verdad que yo no clasifico para becas, como me dijeron hace ya tiempo en Misión Ciencia, será por mi edad, no sé, aunque entonces tenía 43; menos mal que al ganar concurso de oposición por filosofía en la UPEL-IPB esta corporación y alma mater, puntal en el pensamiento crítico (¿e incómodo centro opositor o abierta a la discusión de todas las corrientes de pensamiento?), terminó de pagarme doctorado en la república de Cabudare, con una tesis sobre las teorías pedagógicas de Prieto Figueroa; casualmente muchos de mis profesores allí en la UFT fueron a estudiar en la Sorbona, Stanford u Oxford, por becas de Fundayacucho. Cosas de la vieja democracia venezolana o la nueva, cuyos líderes parecen creer siempre en la misión de enviar a estudiantes a capturar conocimientos fuera, hacer reingeniería de reversa, que dice Carlos Lanz; pero no se si eso reafirma en nuestro pueblo aquella vieja conseja de que lo de afuera siempre es mejor que lo se hace aquí, ¿será eso cierto en el campo de la ciencia, la técnica y las artes o las humanidades? A propósito de esto dicen en mi pueblo, Baragua, que quien no cuida lo que tiene a pedir se queda, ¿cuidaremos las universidades que tenemos? ¿Será que, como en aquella otra vieja sentencia, a la universidad sus mejores hijos se le mueren afuera y los menos les gustaría irse demasiado? E igualmente, ¿no se podrían hacer intercambios con estudiantes y profesores entre nuestras universidades y las tales mejores de todo el universo-mundo? ¿Será eso también mera ideología? ¿Habrá quien le entre a esta discusión?


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Luís Saavedra

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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