El chiste más grande sin fin

Se la comió el Comité Noruego Nobel con su cuento, aunque en el siglo pasado contaron otros más morbosos. ¿Recuerdan? Roosevelt en 1906 y Kissinger en 1973, “dos tipos de cuidado”, pues sus historias sanguinarias fueron muy parecidas a las del pacifista Obama, con la única diferencia que éste tiene un poco menos de tiempo en el poder.

Este premio Nobel de la Paz para el presidente de Estados Unidos, Obama, sin duda bochornosa, es una burla a los derechos humanos, a las naciones que buscan independizarse del colonialismo que hoy lideriza este afroamericano, que ha mentido descaradamente incumpliendo todo lo que prometió en su campaña electoral.

Recordemos aquel celebre discurso belicista lleno de crueldad y de brutal acción, refiriéndose a la guerra de Afganistán: “Soy el Comandante en Jefe de un país que…trabaja para enfrentar a un adversario implacable que amenaza directamente al pueblo estadounidense y a sus aliados”. (Ya aquí aseguraba por lo menos el Nobel a la osadía). En otro discurso manifestó que esa guerra era de “necesidad” y por eso enviaba a decenas de miles de soldados más, para reforzar y reducir al enemigo.

Según los noruegos otorgaron el galardón de la paz al presidente Obama, por sus esfuerzos en el desarme nuclear y por sus políticas en beneficio del ambiente, esto resulta el chiste más grande, en su país se construye la bomba nuclear atómica más voraz del mundo, por otra parte, Obama ha reactivado la cuarta flota en las fronteras con Venezuela y está instalando 7 bases militares en Colombia, que afectan la soberanía y la paz del Sur, las promesas con Honduras y lo prometido con Guantánamo.

Es un chiste porque es algo así, como si el premio de lo hubiesen otorgado a Hitler, al Generalísimo Franco, o a Mussolini, pero de seguro que estos también estuvieron es estas listas. El mundo creía que el premio Nobel de la Paz se lo ganaba simbólicamente quien trabaja por la paz, por lo que no puede obtener un premio de la paz el principal representante de una potencia bélica.

Monitoreando al Pew Global Attitudes encontramos que en Junio de 2009 en una encuesta realizada en 25 países, la mayoría se opusieron rotundamente al aumento de tropas en Afganistán y el pueblo Paquistaní clamaba por el cese de los ataques lanzados por el “pacifista” Obama, lo que también estaba apoyado por la mayoría de los estadounidenses que se oponen a esta guerra.

Debe señalarse que Obama no puede ser débil ante el imperio que lo eligió, analícense sus discursos, es un chachareo de cotorra enferma, sus acciones es todo lo contrario a lo que dice o promete. ¿Acaso estas malas intenciones y acciones, no son malas noticias para naciones que buscan la paz? Obama no escucha al mundo que le pide respeto y paz a su imperio, él persigue a muerte la paloma blanca a donde quiera que esta se anide y su paz es sacrificarla. ¿Cómo comandante en jefe, no marcha adelante con sus asesinatos, no es él principal intelectual de todo Esto? No nos explicamos como rey de la violencia, el comité Nobel se haya burlado del mundo.

Los comités originales de este galardón en los primeros cinco años fueron razonables, lo otorgaron a personas que nunca habíamos escuchado, pero personas que luchaban de una u otra forma por la paz. Noruega para ese entonces era parte de Suecia, Nobel, traficaba con armas y como inventor de la dinamita levantó su enorme fortuna, a su muerte él encargo a Noruega de escoger y entregar este premio, se dice que estos carecían de relaciones exteriores y que para el comité era fácil comportarse neutralmente, pero cuando Noruega logró su independencia, al año siguiente compra a un gran amigo otorgándole el premio, ese amigo fue Teddy Roosevelt, lo que limpiamente dejo de ser premio de la paz para convertirse en puerta política y no de la paz.

Ahora bien, lo mas gracioso del chiste es que Obama aseguró que donará los 1,4 millones de dólares a obras benéficas. Su gobierno da un pago de condolencia de 2.000 dólares a las familias de cada civil que matan en Afganistán, ese premio alcanzará para 700 vidas.

Quizás el carisma de Obama, su sonrisa cínica de amabilidad, su identificación con la mentira y el engaño, su elocuencia para volverse un ser humano –capacidades sobre el color de piel– ser el primer presidente negro, le merecen otras cosas . Pero, ¿el Nobel? Ese es el chiste sin fin más grande contado al mundo.

vrodriguez297@hotmail.com




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Víctor J. Rodríguez Calderón


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