Vamos a tratar un tema histórico poco contado, casi desconocido: es la historia que nos recuerda el día en que la Segunda Guerra Mundial tocó a Venezuela, (hasta entonces neutral ante la conflagración mundial del momento), cuando submarinos nazis torpedearon buques petroleros en aguas venezolanas en 1942; con ataques que generaron personas fallecidas, paralización de las actividades comerciales petroleras y convirtiendo a Venezuela, en parte activa del conflicto más desbastador del siglo XX. En las aguas de nuestras costas, miles de hombres de mar, de distintas banderas, protagonizaron hechos de heroísmo y sacrificio que hoy son muy poco recordados.
En el mes de enero del año 1942, el comandante de la fuerza submarina alemana, Almirante Karl Dönitz, ordenó el inicio de las operaciones de interdicción de tráfico marítimo, en las aguas del Caribe venezolano. Esta operación fue denominada "Neuland" (Tierra Nueva en español), la cual sería el mayor despliegue de submarinos alemanes (U-Boote) en el contexto de lo que se conoce como la Batalla del Atlántico. Este Almirante es el mismo que en 1945, ordenó firmar la rendición de Alemania ante los Aliados el 8 de mayo de 1945, el acuerdo que determinó el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Venezuela para entonces, estaba gobernada por el Presidente Isaías Medina Angarita; aunque el gobierno mantenía un ambiente de neutralidad, ante el conflicto mundial, se consideraba involucrado en el mismo, debido a la importancia como país proveedor de petróleo, para los Países Aliados; ante esa situación, submarinos alemanes, atacaron y afectaron varios barcos en el espacio marítimo venezolano, lo que generó tensión y debate sobre la neutralidad del gobierno venezolano. Revisemos algunos de los sucesos, causas y las consecuencias de estos ataques.
Venezuela para el momento de la Segunda Guerra Mundial, era un proveedor clave de petróleo para los Países Aliados, especialmente para Estados Unidos y Gran Bretaña cuyas economías se encontraba en situaciones desfavorables para el momento y necesitaban el petróleo venezolano, que era esencial para mantener en funcionamiento de la maquinaria de guerra de estas potencias. Al comienzo de la guerra, Venezuela mantuvo una postura de neutralidad formal, pero con el avance del conflicto y la creciente presión de Estados Unidos, el gobierno venezolano se inclinó hacia la postura de los Aliados, especialmente después del ataque a Pearl Harbor, en diciembre de 1941.
Los submarinos alemanes, conocidos como U-Boote, que libraron una intensa campaña en el Atlántico, para interrumpir el suministro de recursos petroleros a los Aliados; atacaban barcos mercantes y petroleros que transportaban materiales esenciales, desde América hacia Europa; entre estos ataques fueron afectados siete barcos, en aguas venezolanas, incluyendo tres tanqueros petroleros. Estos ataques ocurrieron en el Golfo de Venezuela y costas del Caribe, provocaron la pérdida de 47 vidas. El primer ataque alemán en territorio marítimo del Caribe, sorprendió a los habitantes de las costas paraguaneras, en la madrugada del 16 de febrero de 1942, cuando submarinos nazis, atacaron a siete buques tanqueros petroleros nombrados: "Monagas", "San Nicolás", "Tía Juana", "Pedernales", "San Rafael", "Orajestad" y "Arkansas", ubicados entre Paraguaná y las Antillas holandesas, de ellos solo los primeros tres fueron efectivamente torpedeados, y los otros barcos, también fueron atacados, pero causándoles menos daños.
El Almirante Dönitz, a través de la orden de operaciones denominada "West Indien" (Indias Occidentales) No 515, emanada el 17 de enero de 1942, desde su cuartel general ubicado en el castillete de Les Sardines en la villa Kerneval, en la costa Atlántica Francesa, destacó a cinco submarinos para atacar por sorpresa al tráfico marítimo, que transitaba por el Golfo de Venezuela y las rutas de navegación, con destino a Aruba-Curazao-Trinidad. En tal sentido, Dönitz, apuntó en sus memorias: "…Cada uno de los submarinos debía operar delante de Aruba, Curazao y en la costa oeste de la península de Paraguaná (…) En consecuencia fijé el 16 de febrero como día de ataque…". En la noche del 15 de febrero, el U-502, al mando del teniente de navío Jürgen Von Rósensele, penetró las aguas del Golfo de Venezuela.
Esa misma noche, un convoy de seis buques tanqueros ligeros de la llamada "flota mosquito" que habían zarpado del puerto de Las Salinas, navegaba por la Barra de Maracaibo con destino a las refinerías de Aruba y Curazao. A las 02:44 horas de la madrugada del 16 de febrero, el U-502 inició el ataque. El primer buque en ser alcanzado fue el "Tía Juana", aproximadamente, a 25 millas al suroeste de Punta Macolla. Era un tanquero de bandera británica perteneciente a la "Lago Shipping Co. Ltd"; con una tripulación de 25 marineros, de los cuales perecieron 17. El segundo barco en ser atacado fue el tanquero "Monagas", propiedad de la "Mene Grande Oil Company", y estaba al mando del capitán margariteño Luis Marcano Gutiérrez.
La tripulación del "Monagas" estaba constituida por 31 hombres, de los cuales eran 19 venezolanos: Luis Marcano, Nolasco Zea, Melecio Machado, Eugenio Aldama, Casimiro Mata, José Asunción Rodríguez, Pedro Tenia, Nicolás Gutiérrez, Vicente Coello, Lázaro Colina (quien según testigos murió golpeado por la hélice al caer de la popa), Lázaro Leydenz, Manuel Padilla, Juan Colina, Fidel Fainetes, José Colina, Antonio Zavala, Miguel Silva, Pablo Cañas, Etanislao Marval y Francisco Marval; 3 noruegos: Oskar Aanensen, Ingvard Loland y Erlin Baadsen; 3 ingleses: Walter J. Buschell, Arthur Francis; y George Davidson; 3 chinos: José Mac, Kong Pow y Chong Leang; y 2 griegos: Aristides Samoilis y Elías Papaionnou.
También fue atacado el San Nicolás, propiedad de la "Lago Oil & Transport Co. Ltd.". De los 26 miembros de su tripulación, 7 fallecieron y 19 fueron rescatados del mar. Los tanqueros Sucre, Yamanota y Rosalía, los últimos de la formación corrieron con mejor suerte, llegando al puerto de San Nicolás, en la isla de Aruba a primeras horas de la mañana al no ser atacados por el submarino alemán. Tres horas duró el ataque y en total, Mientras eso ocurría en el Golfo de Venezuela, otros dos submarinos alemanes, el U- 156 y el U-67, cañonearon las refinerías de Aruba y Curazao, hundiendo varios buques anclados en aguas cercanas a esas islas. Para ese entonces las fuerzas navales venezolanas, solo disponían de dos buques de guerra considerados "modernos", para proteger nuestro mar territorial. Solo uno se encontraba en el lugar de estos acontecimientos: el Urdaneta.
Esa madrugada, El Urdaneta, rescató de las aguas, al Mayordomo del Monagas Pablo Canas y a su contramaestre Nolasco Zea, quienes fueron subidos a bordo y llevados al terminal de las piedras. En este ataque perdieron la vida, el capitán de línea del buque, el Ingles Walter J. Bushell y once de sus tripulantes, tres de ellos venezolanos. El capitán de bandera, el margariteño Luis Marcano Gutiérrez, sobrevivió al ataque, pero sufriendo heridas y quemaduras de consideración. Según señalaron posteriormente los sobrevivientes del Monagas, los marineros venezolanos, Lázaro Colina murió ahogado y Pedro Tenia, pereció al haber sido arrastrado por las propelas del buque. El timonel Lázaro Leydenz, murió instantáneamente a causa del impacto del primer torpedo que explotó a la altura de la timonera del tanquero. Otros diecisiete sobrevivientes del Monagas fueron rescatados esa madrugada por los tanqueros Rosalía, y Ramona, desembarcándolos al día siguiente en el puerto de Maracaibo.
Para la fecha del ataque alemán, en el Golfo de Venezuela, la tripulación del cañonero Urdaneta, estaba constituido por una dotación de diez oficiales y cincuenta y cuatro clases y marineros. Este insigne e histórico, buque perteneciente a las Fuerzas Navales Venezolanas, se encontraba al mando del entonces, teniente de navío Wolfgang Larrazábal Ugueto, quien años más tarde, en 1958 encabezó, como Presidente de la Junta de Gobierno de Venezuela, que se constituyó tras el derrocamiento del General Marcos Pérez Jiménez. El vicealmirante Larrazábal, en entrevista concedida, al capitán de navío Tomás Mariño Blanco, recordó lo sucedido a bordo del General Urdaneta, destacando el valiente y abnegado comportamiento de su tripulación:
"…Mi tripulación toda, entre ellos los Alféreces de Navío Jesús Castro Colón y Rubén Osío Navas, se comportaron gallardamente y con un gran espíritu naval durante el zafarrancho de combate. Nadie durmió ni dio muestras de cansancio. Al amanecer aviones de combate de la USAF (La Fuerza Aérea de los Estados) y de la US NAVY (La Armada de los Estados Unidos) sobrevolaron el Golfo de Venezuela, evaluando la situación y buscando algún submarino alemán que hubiera permanecido en el área…"
Ante aquel acto de guerra contra Venezuela, el presidente Isaías Medina Angarita, decretó el servicio en campaña para las tropas y se adoptaron severas medidas de seguridad interna. Sin embargo, la Operación Neuland apenas comenzaba, y pasó mucho tiempo para que el último submarino alemán abandonara el Caribe. Los U-Bootes continuaron incursionando a lo largo de la costa venezolana hasta el mes de agosto de 1944.
La Operación Neuland operó desde El Delta del Orinoco, el norte de las islas de Margarita y Los Testigos, las costas norte del estado Falcón y las aguas cercanas al puerto de La Guaira, fueron áreas donde la acción de los submarinos alemanes fue más devastadora contra el tráfico marítimo. Por otra parte, agentes y redes de espionaje alemán; E-Deinst y Abwher, (servicios de inteligencia militar de Alemania) establecidas en territorio venezolano, operaron intensamente, suministrando información de inteligencia y coordinando apoyo logístico para los U-Bootes, que operaban en las costas venezolanas. Estas operaciones fueron seguidas muy de cerca por agentes Británicos del MI5, servicio de inteligencia del Reino Unido y del FBI Norteamericano que también operaban en nuestro país.
