Las personalidades en la política i su calidad humana (II)

                                                                                     II

 Expuestas ciertas consideraciones necesarias en mi anterior artículo, paso a hacer las mismas consideraciones respecto a los políticos venezolanos, con referencias mui breves hacia algunos para ejemplificar mis impresiones o experiencias personales i, luego referirme con más amplitud a dos o tres ejemplos de los más “notables” por sus características de desequilibrados, mentirosos o corruptos morales i materiales en la vida política del país. Desde mui joven e iniciándome en la vida profesional en medicina a los 23 años (llegué al 6° año de 22 años) i observando a los partidos políticos existentes para entonces, jamás sentí inclinación hacia ninguno i hasta un rechazo íntimo, sin razonar mucho, por los dos “grandes” partidos, Acción Democrática i Copei, pese a tener en profesores, colegas i amigos, muchas personas decentes, i valiosas, en el primero de los partido mencionados, que me insistían en pertenecer a su tolda política. Sin embargo, cuando caído Pérez Jiménez i comenzada “la era o los tiempos bethancurianos” llevado por varios amigos, entre ellos mi gran amigo i colega David Chumaceiro (para mí un hombre ejemplar como médico i ciudadano), otro colega, Abigail Romero Medina i un entusiasta de Bethancourt que lamentablemente no recuerdo el nombre i que fue delegado anticorrupción en la IV República, conocí de cerca al antiguo comunista i luego lacayo del imperio a quien se ha pretendido llamar “el padre de la democracia” en Venezuela: Rómulo Bethancourt. Me encontré un hombre rudo, de aspecto vulgar (calzaba mocasines sin medias i con las patas sobre una mesita redonda), pantalones de lino arrugado i medio sucio, con una pipa en la boca o con petulancia en la mano, mirada burlona i voz chillona, que creo no miraba a los presentes, sino que mentalmente se miraba a sí mismo. Decepción total, pero no es personaje a tratar aquí. Eso, sin embargo, afinó la captación de los personajes i enriqueció la experiencia; así, de primera intención, me percaté del  poco valor de muchos, apenas los veía o los escuchara hablar. Me sucedió cuando Petkoff –ese aventurero europeo bandido, falso i corrupto− cuando fue candidato presidencial i me invitaron a una de sus presentaciones en el Hotel del Lago. Intuí qué bandido era i ni más me acerqué a su campaña i menos a darle un voto o apoyo para nada. Su partido el MAS (fundado por él), fue una esporulación de busca-puestos, del PC. Me sucedió igual, con Andrés Velázquez, a quien ni siquiera me acerqué o conocí, pues desde lejos por los medios de comunicación, intuí era un mediocre, inculto i hasta un familiar mío en Ciudad Bolívar me había dicho que era un borracho que orinaba en las aceras como Lusinchi. Además un cerebrito oligofrénico, apto sólo para buscar dinero i oportunidades viciosas. Empero, el mayor impacto de estar ante un hombre que valía mui poco (para mi misteriosa intuición, que percibía i se percataba) fue cuando llegué a Caracas elegido Constituyente por el Zulia, i en Parque Central, en un gran salón, me sorprendió que aquel viejo desgarbado, con cara de poca capacidad intelectual i que me dijeron era ya un sindicalista rico, fuese elegido como Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente: el mediocre personaje inculto de Luis Miquelena; i que posteriormente el presidente Chávez le dispensara especial deferencia hasta que, tiempo después, referirse a él como un padre i atribuirle condiciones de estar en los predios de una nueva i brillante juventud. La historia posterior, no es necesario narrarla por bien conocida i ser en el presente un acérrimo opositor i detractor de la Revolución Bolivariana, de la Constitución, de su “hijo” presidente i de los progresos i sueños de un pueblo comprometido con su historia libertaria i presto a defender su soberanía. Yo le describí en un largo artículo titulado EL TRAIDOR MAYOR. Se puede conseguir en los archivos de APORREA, en la sección de mis escritos que deben ser alrededor de 500 o más, después de la Constituyente. En la Constituyente, en mi caso personal, fue inconsecuente, mediocre i cómplice de Monseñor Velasco, el Cardenal Zamuro. Me negó la palabra cuando defendía los derechos de la mujer i hablaba con criterio científico i médico, sobre el Aborto, refutando los disparates de Jorge Olvarría, lo que ocasionó un impase en una de las sesiones de la Asamblea. El Cardenal Zamuro me hizo descubrir su complicidad con Miquelena i éste, por su misma incultura, llegó a decir que quienes hablábamos con firme criterios intelectuales i científicos  o citábamos autores (posiblemente no sabía nada de Kant, de Russell, de Marx, de Fidel o del Ché, de Sagan, de Hawking, etc.) sobre lo que exponíamos, eran personas que deseaban solamente hacer “discursitos”. Su incultura contrastaba con la cultura, decencia, conocimientos i honorabilidad del primer Vicepresidente de la ANC, el Dr. Isaías Rodríguez, años luz por delante de las “capacidades” del Presidente Miquelena.

 Ahora veamos un personaje mui singular que se mueve en la vida pública, la política acomodaticia, los medios de comunicación, los negocios del capitalismo salvaje i, consecuencia de un comportamiento sui generis, una presencia de maniquí del pasado i una ignorancia propuesta, de todo principio moral o ético. Eso parece a algunos que ofrece dividendos a ciertas personas.

 Se trata de “mesié” Marcel Granier. En mis primeros años de graduado, me apasionó la medicina i 7 años después los estudios de filosofía, por lo cual sabía poco de la personalidades en la política Por mi padre sí, de la gran persona que fue el presidente Isaías Medina Angarita. Cuando la televisión se fue metiendo en nuestras vidas (aunque yo la posponía ante el ajedrez o las lecturas literarias i artísticas o la pintura como esparcimientos; jamás he visto una novela televisada)  por eso cuando veía Valores Humanos de Uslar Pietri o Primer Plano de Marcel Granier, el personaje daba la impresión de un hombre serio, preparado (abogado), de buena cultura, de palabra reposada i léxico aceptable, con una presencia física de un intelectual o poeta del siglo XIX, peinado de partido a un lado, lentes redondeados i un gran bigote un tanto parecido al general Gómez, todo sumado a un vestir caro i elegante. Hacía entrevista a personas mui seleccionadas en distintas profesiones o artes i su rebuscada seriedad, amenizada a veces con sonrisas, lo hacía ver como un verdadero intelectual. Lo que no sabía era que su mentalidad, fuera del furor capitalista, era sí del siglo XIX, posiblemente de influencia religiosa i dogmática i el bigote lo asemejaba al personaje de gran bigote también, que hacía de su mente un hombre conservador, oligarca i cerrado a las nuevas ideas del mundo. Un joven viejo que su único ideal era el dinero i los negocios, hasta llegar al contrabando “legal”. Funge como el dueño de RCTV, aunque sus acciones parece vienen de su esposa i sus conexiones políticas i comerciales. Empecé a conocerlo por sus actuaciones en otros escenarios i especialmente en el Diario de Caracas i sus odios proletarios. Empero, donde demostró ser un personaje totalmente distinto a lo que creían hasta sus amigos i conocidos, fue durante el golpe de estado del abril 2002, i sus frecuentes mentiras, tratando de ocultar su completa participación previa al golpe de estado i durante el desarrollo del mismo No es necesario referirse a ello; incluso su entrada i estada en Miraflores, la observó todo el país; entra de chaqueta beige i hablando por un celular; i ya dentro, participa de las celebraciones opositoras, le retratan con amigos llenos de júbilo, con curas politiqueros, con gente importante en el triunfo conspirativo i la toma pasajera del poder por Pedro Carmona El Breve. Mas, eso sería lo de menos, puesto que un gentío de la oligarquía caraqueña i políticos mediocres que estaban allí; pero lo que es una muestra de su cinismo, de su inmoralidad a la hora de mentir, de mostrarse como un personaje carente de toda ética ciudadana, es cuando en una entrevista que dio no recuerdo exactamente la ocasión, una periodista revolucionaria le hace una pregunta sobre su estada en Miraflores, i el “señorito” del bigote gomecista, como sintiéndose inmerecidamente ofendido, le responde con inusitada energía que ¡no mienta!, que él no estuvo allí ¡qué cinismo, que desvergüenza, que falta de coraje i dignidad! Este es un “gran” personaje, empresario i abogado de la República (aunque creo que nunca ha ejercido) i emblema humano de la aristocracia capitalina. I si en vez de ser una dama, hubiese sido un hombre quien le entrevistó o le preguntó, debería haber recibido como Bush, unos zapatazos por descarado embustero. Ahora, sabiendo que no tiene nada de razón i que está incumpliendo las leyes del país con su televisora por cable calificada por él de “internacional”, mentira perfectamente aclarada por la intervención de Diosdado Cabello en la Asamblea Nacional, este energúmeno disfrazado de caballero, propicia que se utilicen estudiantes i muchachos menores de edad, para hacer protestas sin fundamento, buscando conflictos i lo que es peor aún: buscando muertos en las manifestaciones. ¿Es este un ciudadano que merece respeto i se le considere una persona decente e intelectual? Sus cualidades humanas i éticas están a la vista i el conocimientos de todos. Simplemente juzguen con suprema justicia.

robertojjm@hotmail.com



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Roberto Jiménez Maggiolo


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