El PSUV no puede tener una estructura Estalinista

Para decirlo con las palabras de Tomas Borges “Hacerlo equivaldría a seguir tomando, como obligatorios patrones de referencia, los procesos y valores europeos. De esto ya estamos aburridos los latinoamericanos” (1).

Tanta tinta y papel gastado en contra de la Democracia Representativa para que ahora estemos organizando el Partido de la revolución de la misma manera que lo hicieron las organizaciones políticas del Siglo XX. Es decir: se reúne la base y nombra un representante (llámese vocero o contacto como se decía en la clandestinidad), el vocero o vocera, la mayoría de las veces será vocero, lleva lo que quiere y trae lo que le conviene, como lo han hecho tradicionalmente todos Secretarios generales, de todos los comités de base, de todos los partidos políticos.

¿Dios mío, para que existen las computadoras? ¿Acaso no puede un Batallón tomar sus decisiones en una Asamblea Soberana, levantar Acta y mandarla a la Comisión Organizadora del PSUV? y ¿Será muy difícil que esta Comisión envíe a través del correo electrónico del Batallón, las directrices de manera que estas no sean distorsionadas?

En relación con el Congreso fundacional, si empezamos a elegir Delegados y Delegadas repetiremos la triste historia: Primero la lucha a muerte por quienes serán los y las delegadas, de esa contienda los batallones quedarán heridos, los y las mejores aspirantes, quienes tienen mayor capacidad de rebeldía se apartarán frustrados y frustradas. Quedarán en el Batallón los militantes de las tendencias, es decir La Clientela.

Durante el proceso Las Tendencias internas se harán toda clase de triquiñuelas y trampas para obtener el mayor número de Delegados y Delegadas y por lo tanto el control del Congreso. ¿Qué pasará en el Congreso? Lo que ha pasado en todos los congresos partidistas y sindicales del Siglo XX. Pasará lo mismo que en los célebres congresos de la CTV.

Recuerdo hace muchos años que un señor de mi barrio decía que si las ideas muertas en las cabezas de algunas personas despidieran mal olor estaríamos asfixiados. Ahora digo yo: ¡Esas formas Estalinistas de organización apestan!.

Dejemos que se cocinen en esas formas los viejos partidos políticos. Nosotros y nosotras, los constructores y constructoras del ALBA, las y los chavistas, inventemos nuestra propia organización, ejerzamos directamente la Soberanía Popular consagrada en el Artículo 5 de nuestro proyecto de futuro, La Constitución de la República bolivariana de Venezuela. Si aún no comprendemos a Simón Rodríguez, hagamos una plana de mil líneas, como en la escuela, hasta que forme parte de de nuestra conciencia “O inventamos o erramos”.

(1)Tomado del libro “Fidel Castro, Un Grano de Maíz” pagina 60.

victorjhernandezl@gmail.com


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María León

Actual diputada a la Asamblea Nacional por el PSUV. Ex-Ministra de Estado para Asuntos de la Mujer. Ex-guerrillera marxista, ex-militante del PCV. Feminista.


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