Homenaje a Livia Gouverneur

Quiero expresar nuestro amor, nuestra devoción, nuestro culto por Livia Margarita Gouverneur Camero heroína venezolana, militante de la juventud comunista y símbolo de esa organización quien a los 20 años ofrendó su vida en solidaridad con la gloriosa Revolución Cubana, el primero de noviembre del año 61 del siglo pasado. 

Quiero recordar también a sus padres, Doña Lola Camero de Gouverneur y César Humberto Gouverneur, hoy también fallecidos. Saludar a sus hermanos y hermanas y a todos sus familiares, ratificándole como lo hemos hecho cada día en este medio siglo que nuestro homenaje es permanente porque hemos interpretado que honrar a nuestros héroes y heroínas consiste en mantener el ideal y las banderas por las que ellas y ellos entregaron sus vidas.  

Por eso, en los cincuenta años transcurridos, nunca faltamos a la solidaridad con el heroico pueblo cubano, a la lucha contra el enemigo principal de los pueblos: el imperialismo y a la defensa del pueblo trabajador. 

Hemos mantenido en alto el nombre de las y los caídos, en los diferentes combates de los años 60, quiero nombrar a algunas y algunos, ante todo a ti Livia Gouverneur, ejemplo del coraje de las juventudes comunistas del mundo, a nuestra Lídice Álvarez, a Dora Elena González, a Trina Urbina, a Héctor Rodríguez Armas, a Alberto Lovera, Jorge Rodríguez y a millones más que desde el día que el invasor español clavó su espada cruz en esta tierra vienen viviendo y muriendo, para verla libre, soberana, independiente y feliz. 

Cuando repaso las cinco décadas que transcurrieron pareciera que desde el cielo nos preguntas “yo entregué mi vida joven y ¿ustedes qué hicieron? Me apresuro a contestarte: 

Al cerrar la década de los años 50 la Revolución Cubana desmoronó la tesis del fatalismo geográfico, según la cual en nuestra América no se podían hacer revoluciones porque el poder del imperio no lo permitiría. 

Toda la década del 60 fue inspirada por el triunfo de Fidel y sus barbudos. El Partido Comunista de Venezuela, el MIR y otras agrupaciones revolucionarias, sembraron el país de frentes guerrilleros en las montañas y de unidades tácticas de combate en las ciudades, las trabajadoras y los trabajadores sindicalizados multiplicaron los paros y las huelgas, las y los estudiantes ofrendaron sus vidas en las montañas y en las calles, los militares patriotas se rebelaron una y otra vez, el pueblo venezolano mostró su estirpe revolucionaria y al finalizar la década de los 60 las fuerzas insurrectas acusaron cansancio, confusión, falta de dirección única. Los partidos y sindicatos revolucionarios se dividieron, las masas populares también. El liderazgo estaba en La Habana, pero una vez más se confirmó que “ante el nacionalismo hasta las mentes más lúcidas se oscurecen” no pudimos anteponer el proceso de toda nuestra América a los intereses de nuestras repúblicas, esta situación permitió que triunfaran las oligarquías, nuestros enemigos históricos, los mismos que causaron el fracaso del Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826, convocado por Simón Bolívar. 

El imperio logró frenar el movimiento liberador. Al comenzar la década del 70 habíamos decretado la Paz Democrática y volvíamos a la vía electoral. Cuántas muertes, cuánta tortura, cuánto dolor nos dejó la terrible década del 60, pero no es fácil apagar el fuego cuando se ha “incendiado la pradera”. 

Aparecieron en el continente otras luces de esperanza con la elección de Allende en Chile, asesinado luego en 1973, en Venezuela surgía la candidatura de José Vicente Rangel, crecía la canción necesaria con nuestro Alí Primera y, a pesar de los retrocesos, cerramos la década de los 70 con el triunfo de la Revolución Nicaragüense, donde nuevamente era derrotada en nuestra América la tesis del “fatalismo geográfico” y los Nicas cantaban “FSLN, F de fuerza insobornable, S de sol de libertad, L de lucha inclaudicable, N de no retroceder” 

Y nos sorprendieron los 80 con la imposición del tenebroso modelo neoliberal, como un proyecto aniquilador de nuestros pueblos por parte del imperio norteamericano. Comenzaron a desmontar los Estados nacionales y con ello a convertir en policías los ejércitos de nuestra América. Privatizaron todos los servicios y anularon las conquistas de las trabajadoras y los trabajadores, intensificaron la represión, las masacres, pero de la misma manera se agigantó la resistencia y la rebeldía de nuestro pueblo. Cerramos esa década con el gran alzamiento del 27 y 28 de febrero de 1989, allí entregó su vida otra joven como tú, Yulimar Reyes, no se sabe aún cuántas personas murieron, otra vez la tierra venezolana fue abonada con la sangre de su pueblo bravío y revolucionario. Todos y todas afirman que estos sucesos aceleraron la búsqueda de la libertad y la justicia en nuestro país. Y así se sucedieron el 4 de febrero de 1992 liderado por el Comandante Hugo Chávez, quien en un corto discurso televisivo, trazó el rumbo cuando dijo “por ahora no se han alcanzado los objetivos” y el alma de nuestro pueblo se identificó con esa esperanza, algún día alcanzaremos los objetivos. El 27 de noviembre de ese mismo año, volvió a manifestarse en alzamiento el pueblo militar. 

La rebelión del 4 de febrero tuvo un impacto imperecedero en el movimiento popular. Se encendió de nuevo el debate de las vías, pacíficas o armadas, de la revolución. Las masas populares volvieron a las calles desafiando el modelo neoliberal y su represión. Crecieron nuevas propuestas y organizaciones políticas. 

Se fraguó, en el país, un polo de fuerzas progresistas y populares que nos permitió, al finalizar la década de los 90, el triunfo del movimiento popular con el Comandante Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana. El canto de Alí Primera se ha convertido en el canto de la Revolución, la independencia nacional está defendida por la unidad cívico militar de un pueblo pacífico, pero no desarmado. Nuestras riquezas naturales han vuelto a ser propiedad del pueblo, no de la burguesía. Las mujeres constituimos la mayoría de los y las combatientes. Somos la referencia en el continente de la igualdad entre mujeres y hombres. Superamos el analfabetismo, la invidencia ve la luz con la misión milagro, el pueblo se yergue en las comunas y el Himno Nacional se convierte en profecía cumplida, los pueblos repiten “y si el despotismo levanta la voz seguid el ejemplo que Caracas dio”  

En el año 2001, Caracas volvió a dar el “ejemplo” cuando en la Cumbre de Quebec el Comandante Hugo Chávez es el único Presidente que rechaza el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) proyecto neoliberal de Estados Unidos para recolonizar a las naciones de América Latina y el Caribe, logrando con esta valiente posición un poderoso impacto en las fuerzas patrióticas del continente que contribuiría al triunfo en los procesos electorales de nuevos presidentes y presidentas con visión de soberanía en la mayoría de nuestros países. 

Ahora en el 2011, a cincuenta años de tu partida, queremos ofrecerte a ti y a todas y todos nuestro héroes y heroínas el más grande de todos los homenajes, nuestra patria Venezuela en Caracas, cuna de las tribus Toromaimas y de nuestro libertador Simón Bolívar, celebra con todos los pueblos de nuestra América el nacimiento de una Comunidad de Naciones como la soñaron nuestros libertadores y libertadoras: la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) 

Fuimos testigas y testigos de este formidable acontecimiento, en las voces de nuestro presidente Hugo Chávez, de las jefas y jefes de Estados, Ministras y Ministros, Cancilleras y Cancilleres. Oímos el eco de las y los millones que han entregado su vida, como tú, para ver nuestra América libre, soberana independiente y feliz. 

Hoy, mientras en el escenario mundial el imperio repica los tambores de la guerra, en Venezuela nuestro presidente el Comandante Hugo Chávez afirma “la CELAC servirá para conformar una zona de paz, de desarrollo, de vida y de felicidad en esta parte del mundo” 

mercedesa9@gmail.com

VIVA LIVIA, VIVA NUESTRA AMÉRICA, VIVA LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA Y VIVA CHÁVEZ.



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María León

Actual diputada a la Asamblea Nacional por el PSUV. Ex-Ministra de Estado para Asuntos de la Mujer. Ex-guerrillera marxista, ex-militante del PCV. Feminista.


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