La revolución viene con todo

Hasta hace poco los comentaristas u opinadores profesionales más
presuntuosos no lo pensaban dos veces para tildar al régimen que preside
Hugo Chávez de improvisado, inepto e incapaz de ejecutar proyectos
elementales.

A pesar de los pronósticos agoreros, de alguna manera misteriosa
Pdvsa se las ingenió para seguir exportando petróleo, sin que la deserción
de los meritócratas de mayor peso y el saboteo u operación morrocoy de otros
funcionarios pudieran descalabrar las operaciones del consorcio.

Lo del holding petrolero representó una estocada mortal para los
adversarios de la revolución, que llevaban su fanatismo al extremo de
preferir un golpe de Estado antes que realizar un programa de contenido
social importante. No solo funcionó Pdvsa, sino que el propio Chávez inició
una diplomacia petrolera que compactó los intereses de la OPEP y contribuyó
a fijar los precios en niveles rentables. El petróleo rebasó con creces los
siete dólares por barril, forma mal disimulada de regalar nuestro producto a
los compradores transnacionales.

Para colmo una institución prácticamente decorativa, que durante
los 40 años de conchupancia jamás funcionó como la ley manda, empezó a
rendir frutos, incrementando a niveles nunca vistos la recaudación del
Impuesto Sobre la Renta. El Seniat cobró vida y además cobró impuestos que
los ricos y poderosos jamás habían tenido que pagar. O sea, otro punto a
favor del régimen bolivariano.

Ciertamente no somos suizos, como exclamó alguna vez cierto líder
adeco, pero en materia electoral la eficiencia del CNE no se puede poner en
duda y para muestra bastan las numerosas elecciones realizadas en los
últimos años, casi todas bajo el escrutinio implacable de observadores
extranjeros que las declararon exentas de presunciones de fraude.

Supongamos, a estas alturas, que las pregonadas ³misiones² no son
dechados de eficiencia y que, en efecto, el derroche ha sido grande con
resultados poco dignos de alabanzas. Aún así, bastaría con que un modesto
porcentaje de las metas se haya logrado, para justificar la inversión del
presupuesto en programas populares. Tal vez la contraloría social no
funcione como debe ser, pero a la larga las propias comunidades aprenderán a
defender sus intereses y no habrá quien pueda birlarles las partidas
asignadas para sus proyectos.

Con todas sus fallas la salud, educación, deporte y cultura han
recibido estímulos suficientes para presentar realizaciones concretas, en
especial a nivel de los barrios y pequeñas poblaciones. Miles de venezolanos
que no conocían el placer de la sana lectura ahora disponen de textos
clásicos, que, como El Quijote, se han repartido gratuitamente en cada
rincón de la patria.

Como es natural, también hay desaciertos. La formación del PSUV
desde el gobierno le ha enredado el papagayo a la plana mayor del antiguo
MVR. A estas alturas no se sabe si la reelección indefinida creará problemas
imprevistos o será aprobada mediante referendo..

Por lo pronto lo del nuevo viaducto Caracas-La Guaira les quedó de
maravilla, demostrando capacidad para cumplir a tiempo con el esquema de
construcción previsto.

Mientras tanto los estudiantes resteados con RCTV están cansados de
protestar y cuando lleguen las vacaciones partirán hacia Miami para sacarse
el estrés.


augusther@cantv.net


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Augusto Hernández


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