La constituyente, asunto de cúpulas y sus clientes que no le interesa a nadie

No pretendo en estos establecer ningún tipo de criterio respecto al problema constituyente planteado en estos momentos o al menos ya lo establecí en un artículo anterior. Largos diez años desde el 89 hasta el 99 trajeron consigo una de las historias en ese sentido mas interesantes de nuestro dentro de nuestro país y continente. La constituyente era una fuerza refundadora, nada que ver con formalismos normativos ajenos a todo vocablo emancipador, era un concepto materializado que llenó a ciudades y pueblos de instancias deliberantes, fuera de toda lógica representativa, que aunque no hablaran de constituyente, comenzaron a crear un alma colectiva con capacidad constitutiva de organizaciones y referentes normativos (de facto inmediato, propios de toda democracia directa) para el ejecútese de la voluntad popular (recuerdo en el barrio Manicomio Caracas donde una a asamblea parroquial constituyente obligó a todos los comercios a contratar gentes de la zona, a quienes se dio la lista, para lo que necesiten en términos de plomería, electricidad, albañilería, etc; esto se impuso como una obligación ética y de fuerza no un chantaje mafioso) . En definitiva era una revolución que no necesitaba mostrarle al mundo como "derribó al tirano", simplemente empezó a manifestarse desde lugares desde donde la rondalera de la habladuría iletrada del pueblo le iba dando su propia fuerza.

Como buenos hijos de una modernidad perdida, buscamos sus mejores fuentes y argumentos, y entre ellos, algo que jamás había sido centro del debate político en nuestro país, la figura del poder constituyente como fuerza popular, masiva, asamblearia y decisiva, apareció dentro del vocablo político posible para los momentos. El poder popular no era solo un poder paralelo –y por lo general instrumentado desde la burocracia- como en general lo han establecido las izquierdas revisionsitas, era un poder con capacidad de romper las formas de soberanía representativa liberal y establecer un nuevo ideario popular hasta concretarlo en las formas mas inmediatas: el trabajo, la luz, el agua, la propiedad urbana y rural (nada mas genial que Lenin cuando afirmó que la revolución soviética eran más que "soviets y electricidad", allí sintetizó todo el drama de las revoluciones de las naciones que apenas comenzaban la revolución industrial). Ciertamente no existía un norte claro en términos nacionales ya que el movimiento bolivariano estaba cruzado por demasiadas corrientes de izquierda y derecha nacionalista que lo impedía, pero al menos se entendió y se acató que cualquier proceso habría de comenzar desde la base y en ese sentido se comenzó a actuar hasta crear una fuerza nacional que logró hacerse con el poder de Estado. Aunque Chávez poco haya entendido lo que él mismo significó desde aquel entonces sino mucho mas tarde. Por demasiado tiempo siguió entendiendo que él era un jefe de grupo cívico-militar que se tomó el poder y un líder nacional que tenía que dirigir a una "nación" con un proyecto "revolucionario", pero muy tarde se dio cuenta que esa nación ya tenía sujetos, espacios, idearios, mucho más allá de él y el grupo que lo ayudó a hacerse del poder de Estado. Pero esta es otra historia. Lo cierto es que por más de diez años se fueron configurando las bases de un poder constituyente pleno de vitalidad, creador de ideas y sobretodo cada vez mas masivo y participante. Esa era en definitiva "la revolución".

Hoy en día hablar de constituyente no tiene el más mínimo sentido al menos para esa aurea libertaria desde la cual se forjó las bases de la constituyente del 99 y el proceso popular constituyente que lo precedió y vino a continuación (que de todas formas aunque muchos la aclamen pero en realidad a la hora de la constituyente como tal son demasiadas las concesiones que se hicieron hasta convertirla en un mezclote liberal-justiciero-democrático; aunque suficiente, al fin y al cabo no son más que normas y palabras que la heurística cristiana siempre vuelve un trapo al servicio del poder cuando le da la gana, para eso está hecho el derecho burgués).

Hoy en día y de acuerdo a la despolitización del movimiento popular capturado por el hecho, el dinero, las prevendas y el lenguaje burocrático y una oposición anclada en las iglesias del opus dei guiado desde las oficinas de dirección dividas entre demócratas y halcones republicanos gringos (hasta Rómulo Betancourt le daría vergüenza verse reivindicado por una Tintori, Leopoldo López o un Capriles y sus leguajes propios de la gusanera mayamera) ese llamado a constituyente no es más que una jugada táctica que torpemente la oposición enfrenta y el gobierno trata de convertir en su salvación democrática para eternizarse en el poder.

Es muy gracioso ver como un Elías Jaua demuestra que la constituyente tiene amplio respaldo porque hasta "empresarios de fedecámaras a asumido la constituyente". En otras palabras la "constituyente" es tan legítima que hasta el más "constituido" poder de la oligarquía lo asume; en otras palabras olvídense de constituir nada nuevo por más palabritas izquierdosas y "chats" entre corrientes de izquierda se maten tratando entre sus divisiones de hacer sobrevivir algo que una reunión chiquita en Miraflores decidió. De verdad compañeros que ustedes mas allá de todas la inmoralidades, defalcos y traiciones que han cometido dan lástima. No puede ser que el haber recibido el juguete del poder tan fácil de parte de un caudillo manipulado y moribundo los haya llevado al menos a tener un sentido de dolencia por el otrx (el hambre, el desamparo terrible que se vive), ética y responsabilidad con la nación frente a la cual son sus mandatarios y responsables. Que todo se juegue alrededor del "yo soy la revolución" y el "otro" (antes un escuálido, luego un fascista, ahora un terrorista) es decir, toda otra-eidad que los confronte, sin entender ni aceptar, ni reconocer, cualquier realidad que grita su rabia como trabajador y cuidadano harto de ser expoliado y explotado por las relaciones de fuerza militares-civiles-empresariales-burocráticas-delincuenciales que ustedes mismos han creado junto con sus amigazos del mafio-capitalismo, y hoy en día el imperialismo utiliza para sus apetencias estratégicas, estando a la espera de tragarse por entero este país hecho ruinas por completo.

Hay muchas maneras de matar un proceso pero las más perversas son las que se juegan desde adentro. Y la historia de la revolución bolivariana, luego del fracaso del golpe oligárquico del 2002, es un ejemplo como pocos de esta historia; ya hemos hecho muchos análisis al respecto aunque no sirvan para mucho. Lo cierto es que desde la "conexión española-francesa" de la socialdemocracia europea, hasta la "conexión Uribe" del paraestatismo que nació en Colombia han hecho desastres con nosotros. Pero en este caso cuando se apela de nuevo a la "constituyente" (recuerdo una conversación casi en el desespero con Nicolás en el Puente Jaguno en aquellos meses del 2002 donde él me pedía una alternativa a platearle a Chávez para esas horas y le dije "dile que decida reabrir el proceso constituyente de nuevo", tomó y la idea y se fue volando a Miraflores, se lo decía con el fin de radicalizar lo que estaba plenamente vivo en la calle y que no tenga prurito al respecto; hoy en día es el absoluto contrario) de alguna manera es una forma de cerrar finalmente este ejecútese conspirativo.

El problema 15 años después nada tiene que ver con constituyentes y nuevas normas. Gómez hizo él solo al menos tres constituyentes para legitimarse en el poder. Venezuela tiene no menos de 36 constituyentes desde que nació como república en 1830, cada una de ellas con el fin de legitimar un determinado status de poder circunstancial, salvo la constituyente del 99 que al menos responde al despliegue efectivo de un proceso que buscó replantearse por entero la norma republicana . La constituyente del 99 de alguna manera paro esta línea histórica, pero se hizo bajo el deseo y la ebullición colectiva donde nadie ni los más influyentes poderes del orden social y político pudieron oponerse. Hoy en día esa constituyente anunciada de un día a otro, y puesto todo un aparataje propagandístico y reunionista a funcionar para darle la legitimidad, pareciera un momento más de un esfuerzo monumental por hundir aún más a un pueblo tratando de sostenerlo sobre claves simbólicas y que ahora no corresponden más que a la confrontación superestructural (el quien se agarra el poder sobre la renta nacional sosteniéndose en una interpretación de la norma y la fuerza del Estado burocrático y militar) entre cúpulas políticas desgastadas y rechazadas.

La constituyente de hoy, si algo quiere atribuirse de "poder constituyente" ha de ser absolutamente material y en ese sentido plenamente "revolucionaria". Nada tiene que ver con 500, 1000 o lo que sean "constituyentes" ( y menos aún si la mitad no son mas que corporaciones que el mismo poder constituido tratando de darle un cuadro "popular" ha decidido quienes son y hasta donde llegan). Nada tiene que ver con propuestas de agenda demagógicas y en el fondo entreguistas, además de nuevas normas que constitucionalizan el estado social expuesto por el chavismo pero en nombre de "superar el rentismo" constitucionalizar la nueva economía monopólica y mixta capitalista, presentada por los mismos promotores de este mamotreto constitucional.

La constituyente de hoy necesita al menos de:

.Una cantidad indefinida la delegaciones electas por alcaldías y regiones que pongan a juicio a alcaldes, funcionarios, policías y empresarios locales, para que rindan cuentas de cuanto desastre, robo, asesinatos, complacencias, han hecho en sus localidades y decida lo que tienen que responder por ello.

.Igual delegaciones electas por gobernación, empresas de Estado para que hagan lo mismo a un nivel superior donde deberían rendir cuentas gobernadores y empresas de su contratación, agentes de misiones y responsables por proyectos establecidos por presupuestos y créditos adicionales, empresas públicas, sin dejar de poner sobre el pódium a policías regionales y delegaciones militares responsables de la expansión del poder delincuencial y paraestatal en todas estas regiones y gobernaciones.

. Votar una asamblea delegativa que este en capacidad de dirigir una auditoria pública a todas las instancias del poder central y extienda esta auditoria a todas las empresas importadoras, empresas bancarias, que han recibido por más de 15 años dólares regalados por medio del control de cambio, teniendo capacidad de juicio y castigo.

.Votar la conformación de una delegación de juicio a todos los ministrxos, viceministrxs, altos funcionarios, comandancias militares –y presidente- que han sido los responsables de gobierno con la quinta república con el fin de acabar de nueva vez con los responsables de la traición a la revolución popular bolivariana y los particulares proyectos establecidos en el Plan Simón Bolívar y el Plan de la Patria.

.Votar una asamblea constituyente que discuta los puntos de reforma constitucional que permitan sin trabas dar todos estos pasos y al mismo tiempo abrir los procesos populares necesarios de reestructuración de la propiedad urbana y rural, reconfiguración del sistema de producción y distribución alimentaria, restablecimiento del plan originario de industria y soberanía tecnológica, soberanía nacional y continental, siendo al mismo tiempo el portal para el inicio de las constituyentes populares a nivel sectorial, gremial, empresas públicas, petroleras, educación, salud, espacios obreros y comunales, penitenciarios, universidades, seguridad social, defensa ciudadana y estructura militar de defensa de la nación, poder judicial.

.Que se elija nacionalmente un gobierno colectivo de transición por al menos un año con plenos poderes que lleve adelante un plan inmediato de reconstrucción nacional en los puntos esenciales de alimentación, salud, seguridad y reorganización institucional y social.

Estamos hablando ya no de constituyentes decidiendo más y más normas, refrendadas o no. El poder constituyente de hoy de acuerdo al espíritu que se marcó desde la revolución bolivariana mas allá de constituciones ha de ser revolucionario y decisivo, nunca normativo, y mucho más en el estado de catástrofe nacional en que nos encontramos. Esto es perfectamente posible si hubiese una voluntad democrática y revolucionaria con decisión de reinventar y revitalizar la tan cacareada revolución, algo que no necesariamente tiene que venir del Estado, puede surgir de una auténtica insurgencia popular y ciudadana, hoy bloqueadas por las dirigencias chavistas y de oposición. Cualquier paso que se decidiera al respecto seguro que acabaría en horas con un conflicto de mas de un mes que ya ha llegado a los niveles de lo sangriento pero que de lado y lado lo único que ofrecen es la imposición bajo la utilización de las masas que manipulan de sus propias apetencias de poder. En todo caso, que no vaya a ser tan estúpido Nicolás y su partido como para reproducir los pasos de Al Assad en Siria que desesperado, inventando formalismo constituyentes y eleccionarios de última hora ya cuando tenía el agua al cuello, todos ellos fueron inútiles e inevitable la guerra civil que aún tiene encima.

Lo cierto para terminar, es que esta constituyente que han inventado no le interesa a nadie porque nada decide y en el fondo nada cambia, y mucho menos tiene que ver con la activación de un poder constituyente que insistimos ya no necesita de normas sino de voluntad política y transformadora. Sirve solo para las interminables diatribas de izquierdistas y derechistas a favor o en contra que nada tienen que ver con aquel hombre-obrero que vi llorar el año pasado, preguntándose porqué si trabajaba lo mismo, era igual el mismo obrero que nunca fallaba a su trabajo y hacía lo mismo, hace cuatros años alimentaba a su familia y hoy no le da ni para él mismo…que respondan Nicolás y Mendoza, mas todas las largas pandillas que rodean estos poderes capitalistas y burocráticos, que por allí están los responsables.

Roland Denis

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Roland Denis

Luchador popular revolucionario de larga trayectoria en la izquierda venezolana. Graduado en Filosofía en la UCV. Fue viceministro de Planificación y Desarrollo entre 2002 y 2003. En lo 80s militó en el movimiento La Desobediencia y luego en el Proyecto Nuestramerica / Movimiento 13 de Abril. Es autor de los libros Los Fabricantes de la Rebelión (2001) y Las Tres Repúblicas (2012).

 jansamcar@gmail.com

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