Reducción de la jornada laboral es igual a efectividad y eficiencia...

Siglos después del nacimiento de la revolución industrial y sus efectos en los modos de producción y en el incremento de la explotación del hombre por el hombre. Luego, unos años mas tarde, la exposición en los conceptos de la doctrina del “capital” de Carlos Marx, quien en un análisis de socialismo científico determinó: “que los trabajadores agrupados y organizados se apoderarán en una sociedad colectivista, para asumir los medios de producción y cambio, que se encuentren concentrados en pocas manos”.

Aparecen en los tiempos modernos, desde hace unos cincuentas años aproximadamente hasta fechas recientes, conceptos capitalistas que se manejaron principalmente en Japón y Estados Unidos, y posteriormente en otros países del mundo, en cuanto a la medición, en los procesos de productividad y calidad, términos como el de la “efectividad y eficiencia”, como índice final en la meta de cada trabajador, que forma parte de un conjunto, perteneciente a una empresa con visión de calidad total.

En Venezuela y probablemente en diferentes partes del mundo, este proceso conceptual capitalista, se ha medido de manera equivocada, al olvidar al individuo como ser humano, como ser espiritual y social, para convertirlo en el complemento multifuncional de la tecnología y el avance de una empresa determinada, disminuyendo en sí, la mano de obra y fuerza laboral que paradójicamente, incrementan en mayores horas extraordinarias de jornada laboral, a cada trabajador, y el que, disminuye en si mismo, su capacidad productiva frente al agotamiento físico y convierte este principio capitalista en un círculo vicioso.

Si revisamos el término de eficiencia, nos daremos cuenta que es hacer todas las cosas, que implican un trabajo de manera adecuada y oportunamente profesional, y sin pérdida de tiempo.

La efectividad pasar a ser entonces el logro y la eficacia. Desde el punto de vista capitalista, se determina este concepto de medición en cálculos de horas-hombre. Analógicamente y ubicándonos en el contexto de Venezuela, que según sus propias necesidades, implica un cambio conceptual y radical en este aspecto, podemos darnos cuenta que la propuesta de disminución de dos horas diarias en la jornada laboral, encaja acertadamente en el nuevo modelo social y dentro del marco productivo que exigen los nuevos tiempos.

Actualmente un trabajador venezolano cumple largas jornadas de tiempo en lo referido a su traslado, tanto de ida como de vuelta, diferentes circunstancias conspiran contra esto, tales como: distancias acentuadas de hogares apartados al trabajo, carencias de transporte, tráfico y congestionamientos, compromisos en las escuelas de los hijos (y que implica además, en sacrificio de poco descanso a los niños madrugadores), etc.

Lo que a su vez, atenta cuando el compromiso laboral, exige mayor preparación profesional o crecimiento, aumentando en mayor agotamiento físico en cada retorno al hogar, luego de una jornada mayor a 8 horas de trabajo, y creando incluso mala alimentación en el individuo, sedentarismo, stress, frialdad y descuido en el hogar.

La visión socialista de una jornada laboral de 6 horas diarias, reduce el agotamiento acumulado, en una real eficiencia y efectividad que conduce a mayor productividad, ya que todo lo que implique felicidad y mejora al individuo, impacta directamente en la producción y la calidad que requiere el empleador, sin la necesidad de la mal concebida explotación del hombre. Si los empresarios visualizan esta situación desde esa perspectiva, podrán crear adicionalmente nuevos puestos de trabajo, en la rotación del horario a convenir e incluso utilizar la tecnología como medio y herramienta para el trabajo desde el hogar en algunos casos.

Mas allá del cálculo que se han anticipado a determinar los empresarios en 25% de inflación de aprobarse la propuesta de reforma laboral, por el costo de la mano de obra, deberían sentarse a determinar, la bondad de esta productividad, que redundaría a favor de todos, al aplicar incluso dos turnos de 6 horas y el impacto positivo que esto pudiera generar en la economía nacional.

En cuanto a la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), es insólito pensar, que sigan pensando y proponiendo tripartitas de negociación, al diferir de esta iniciativa, justamente por ser ellos, quienes marchan cada 1 de mayo, en conmemoración de los mártires de Chicago por la lucha de la disminución de la jornada laboral a 8 horas diarias, o es que acaso, ¡temen marchar a partir del 1 de mayo del 2008, en honor a la disminución a 6 horas propuestas en el modelo socialista de Venezuela!....

28.08.07 – larryubv2004@hotmail.com


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Larry Márquez Peralta


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