22-11-25.-El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Gil, reiteró este jueves que el territorio del Esequibo pertenece «históricamente» al país, pese a que Guyana sostiene también su soberanía sobre esta zona de casi 160.000 kilómetros cuadrados, rica en minerales y recursos petroleros, y cuyo control ha sido motivo de una prolongada disputa bilateral.
A través de su canal en Telegram, Gil recordó que el 20 de noviembre de 1817 el Libertador Simón Bolívar «decretó la incorporación de la octava estrella en la bandera nacional, reconociendo a Guayana (Esequibo) como una provincia emblemática de la naciente república independiente y soberana».
Bolívar y el origen histórico del reclamo
El canciller subrayó que esta decisión no fue casual. Según afirmó, Bolívar «fue consciente del papel crucial que desempeñó Guayana en la lucha por la independencia y, al incorporarla a la bandera, consolidó la soberanía, la identidad y la integridad territorial de Venezuela».
El reclamo venezolano se remonta al Laudo Arbitral de París de 1899, decisión que otorgó el territorio a la entonces Guayana Británica. Décadas más tarde, Venezuela declaró nulo ese laudo y firmó en 1966 el Acuerdo de Ginebra con el Reino Unido, un instrumento que preveía la creación de una comisión para resolver la controversia, mecanismo que nunca llegó a concretarse.
Camino hacia la CIJ y las tensiones actuales
Guyana mantiene su apuesta por resolver la disputa mediante el proceso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), mientras que Caracas insiste en que dicho tribunal carece de jurisdicción para decidir sobre este caso.
Actualmente, Georgetown administra la región y ha otorgado licencias a empresas como ExxonMobil para la explotación petrolera en alta mar, decisiones que Venezuela rechaza al considerar que afectan un territorio en controversia.
En mayo, Venezuela celebró unos comicios en los que eligió —por primera vez— a un gobernador para el Esequibo, al que considera su estado número 24. Esta medida incrementó las tensiones con Guyana y reactivó los temores de un posible agravamiento del conflicto territorial.