Los Paramilitares extraditados ¿qué opinan los colombianos?

La decisión del Gobierno de don Álvaro Uribe Vélez de extraditar 14 paracos a los Estados Unidos de América para ser juzgados, según los leyes en que sustenta la justicia norteamericana, las cuales son diferentes a la justicia colombiana, tiene de entrada preguntas obligadas ¿será que la justicia colombiana no es fiable? ¿No hay un efecto negativo en la soberanía del Estado colombiano con tal decisión de Estado? ¿Será que la justicia colombiana se ejerce, solamente, para la parapolítica pero no para el paramilitarismo? ¿La extradición de los paracos no es, en última instancia, una violación de los acuerdos alcanzados entre los paracos y el Gobierno de don Álvaro, independiente de las causas que motivaron tal decisión? ¿Qué opinan los paracos de la traición de don Álvaro? Y, por último, ¿qué opinan los analistas políticos reconocidos de la decisión y de sus consecuencias?

Para responder a esas preguntas, nos hemos internado en el vocero oficial del gobierno colombiano, El Tiempo, en su página web www.eltiempo.com, fechado sábado, 17 de mayo, 2008; y de El Espectador, www.elespectador.com, de la misma fecha, para que no quede duda alguna de las fuentes en que sustentamos nuestro escrito. Los autores son: don León Valencia; don Plinio Apuleyo Mendoza; don Jorge Restrepo; y, don Luis Noé Ochoa, por El Tiempo; mientras que Carlos Villalba Bustillo por El Espectador.

Don León titula su escrito: “La otra cara de la extradición de los `paras`”; don Plinio: “Fariseísmo, guerra jurídica”; y, don Jorge: “El manotazo”; y, don Luis: “La remesa de `paras`”. El señor Villalba titula su artículo: “Catorce del patíbulo”.

Permítasenos precisar que no nos hemos “acercado” a la prensa nacional venezolana por dos motivos: uno, por la política editorial “uribista” de medios impresos claramente “anti-patriotas”; y la otra para que no nos califiquen como “subjetivos” al tratar con la prensa “chavista”. Visto tal, procedamos a analizar los pensamientos de los intelectuales colombianos.

León Valencia nos precisa que “…otra vez el Presidenta hacia un despliegue de audacia y una demostración de autoridad…de nuevo se enviaba un mensaje de cooperación decidida hacia los Estados Unidos…[a costa de que]…la extradición de los jefes paramilitares es la confesión clara y abierta de que la negociación entendida como proceso de paz fracasó…es [además] el doloroso reconocimiento de la impotencia de la justicia colombiana…[¿por qué ello es así?]…la desmovilización y el desarme fueron parciales: en todo el país se han activado de nuevo grupos ilegales…pero el mazazo lo recibe la reconciliación…aquí –como ayer en el Chaguan- las dos partes se sienten traicionadas…el Gobierno culpa a los paramilitares y éstos al Gobierno…el Presidente y el Comisionado de Paz cometieron un error garrafal: quisieron hacer pasar a los paramilitares como un proyecto esencialmente contrainsurgente, como una fuerza cuya misión principal había sido contener la ofensiva guerrillera…cerraron los ojos…los paramilitares eran principalmente narcotraficantes que amasaban inmensas fortunas, eran una fuerza que buscaba controlar el poder político local e influir en el nacional. Su actividad contrainsurgente era residual y apuntaba a golpear a grupos de apoyo de la guerrilla y, sobre todo, a pobladores inermes que hacían pasar como base social de la insurgencia…no hablaron [Uribe y el Comisionado de Paz] con los paramilitares de las redes de narcotráfico, de los acuerdos políticos regionales, del poder económico, no quisieron aclarar estos temas y negociarlos de frente, de manera trasparente. Solo hablaron de desarme y desmovilización de los aparatos visibles. Así llegó el proceso hasta los estrados judiciales y se estrelló con la Corte Constitucional, con la Suprema y con la Fiscalía. En el forcejo con la justicia [colombiana] se vino al suelo…”

¿Qué nos dice Valencia en su escrito de opinión? Sencillo que la negociación llevada a cabo entre el Gobierno colombiano y los paramilitares lo único que privó fue la “entrega de las armas”; que la justicia colombiana, que existe, no sirve para ser aplicada a los paramilitares presos porque los “reagrupados”…¡mìquiti que nos entregamos!; nos dice que la “justificación” del Gobierno de don Álvaro Uribe Vélez hacia los paramilitares fue “…hacer pasar[los] como una fuerza [militar] cuya misión principal había sido contener la ofensiva guerrillera…” ¡Grave, muy grave! Ésta aseveración de Valencia porque admite, según su opinión, que Uribe justificaba ¿y justifica? las acciones de los paramilitares con tal que “combatieran a las FARC y al ELN ¡insólito! ¿Cómo se conjuga esa “comandita”¨? ¿Será que existía un acuerdo tácito entre el Gobierno de Uribe Vélez y los paracos para permitir sus acciones militares? Mas grave aún ya que Valencia nos informa que “…su actividad contrainsurgente era residual y apuntaba a golpear a grupos de apoyo de la guerrilla y, sobre todo, a pobladores inermes que hacían pasar como base social de la insurgencia...” más bien las funciones llevadas a cabo por los paramilitares fueron “…principalmente…que amasaban inmensas fortunas, eran una fuerza que buscaba controlar el poder político local e influir en el nacional…” va mas allá Valencia cuando nos informa que “…no hablaron [Uribe y el Comisionado de Paz] con los paramilitares de las redes de narcotráfico, de los acuerdos políticos regionales, del poder económico, no quisieron aclarar estos temas y negociarlos de frente, de manera trasparente…” Algún “buen samaritano”, aquí, en Venezuela o allá, en Bogotá, nos pudieran explicar ¿cómo “se come eso”?

Don Jorge Restrepo, generosamente, nos trata de ayudar en nuestro “corto” conocimiento de la política interna de Colombia y la de su Gobierno presidido por don Álvaro y el “warlord” Santos. Nos dice en su artículo: “el manotazo” que “…no son claros efectos y motivos de la extradición de la cúpula paramilitar…” y se pregunta “...¿está el Gobierno desmontando la guerra sucia?...” y se contesta “…lo único claro es la confusión que provocó la medida [de extradición]…” preocupado por conocer las decisiones “detrás de la cortina” se pregunta “…si extraditar esquivó el debido proceso nacional…y si los extraditados responderán solo por droga y no por su responsabilidad en la tragedia humanitaria…duda también mayor es si el pacto con E.U. [se refiere a los Estados Unidos de América] garantiza la reparación debida y prometida a las víctimas; es dudoso que lo que no estaba consiguiendo Colombia lo logre E.U., que sigue apretando su control sobre el país…” (Que conste, no lo decimos nosotros, los venezolanos). En su ácido análisis, don Jorge nos dice que “…la debilidad del Estado se manifiesta cuando se confunden candidato y jefe de Estado, legalidad y autocracia (lean bien, señores de El Nacional). Al pragmatismo autoritario gobernante debe reclamársele que la ganancia social en medidas intempestivas como esta no permita duda entre ley, razón de Estado o cálculo politiquero…” ¡Ufff! Don Jorge se las trae. Dejamos al lector sacar sus propios análisis.

Don Luis Noé Ochoa, en su artículo: “La remesa de `paras`”, con profunda ironía ¿inglesa? nos introduce en el mundo “surrealista” de la política colombiana “…dizque los extraditó [Uribe Vélez] para buscar justicia…como hay ex `paras` acusados de matar sindicalistas, los demócratas [del Congreso de los Estados Unidos de América, doña Pelosi] pueden reconsiderar el T.L.C…¡se fueron! ¿Qué pasará con los computadores que les quitaron [a los “paracos”]? ¿Ya los tiene la Interpol? ¿Conoceremos su contenido? Del de Raúl Reyes, el secretario general de Interpol, Ronald K Noble –Chávez lo llama Ronald `doble` [K]-, dijo que no fue alterado. Según Interpol, tenía 210.888 imágenes, y como `una imagen vale más que mil palabras`, tenía 37.872 documentos, mas de 10.573 archivos multimedia; 39,5 millones de páginas…¿Le cabía todo eso al Toshiba?...Dizque se necesitan mil años para leer todo, leyendo cien páginas por día…[leerlos por] los “paras” exportados y los “parapolìticos”…van a tener tiempo…en unos 100 años nos dirán si Chávez y Correa apoyaban “a la Far” (sic)…[cuando terminen] ni Chávez ni Correa estén en el poder…Quien quita…”. ¡Sin palabras!

Carlos Villalba Bustillo en su artículo “Catorce del patíbulo” señala que “…el problema de Uribe con la parapolìtica no radica en que haya sellado o no tratos directos con las Auc [Autodefensa colombiana, los “paracos”]: radica en que su última candidatura fue respaldada por los políticos que hoy están presos, mas lo que aún faltan, y por los jefes de bloques [se refiere a los comandantes paramilitares] que antes de someterse al proceso de paz pusieron la condición de reelegirlo a cambio de que no los extraditaran…”

¡Qué dirá la política editorial de El Nacional de Caracas frente a éstas opiniones de destacados analistas colombianos que fueron impresas en el periódico del Grupo Prisa y del señor Santos, es decir, El Tiempo de Bogotá!

No le vamos a “pedir peras a…”

Según el panorama que se extrae de lo leído, Colombia está inmersa en un proceso que va mas allá de la política cotidiana; de los ataques a Venezuela y al Ecuador y, quien quita, los países que faltan para completar la lista; de los “esporádicos” triunfos sobre algunos “comandantes” de las guerrillas, sean éstas, las FARC y/o el ELN; de la “militarización foránea” aceptada por los estamentos mas antipatriotas de Colombia; porque una cosa son acuerdos militares y otras son “bases militares” donde seguro que las Fuerzas Armadas y Policiales colombianas no tienen ni arte ni parte como pasó en Vietnam, como sucede en Iraq y Afganistán como Guantánamo. La situación interna de Colombia, para la fecha, es “muy grave” para sus vecinos; sino recordemos cuando los Estados Unidos de América decidieron “invadir” Cambodia para “combatir” las “guerrillas” vietnamitas. Es que ¿no hay una “alma” sensata en los Estados Unidos de América ni en la “democracia cristiana” internacional que no sea capaz de “sentarse a conversar” con los líderes de los movimientos sociales de los Gobiernos latinoamericanos, centroamericanos y de El Caribe para alcanzar acuerdos de “mutuo beneficio”? El Gobierno de los Estados Unidos de América no debe permitir que, por su propia terquedad y torpeza, se lleguen acuerdos mundiales de “desagrado militante” contra un pueblo que ha luchado por su libertad y su democracia como es el pueblo norteamericano. “La pelota está en su cancha” Ah! ¡“guerra avisada…….”!

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Miguel Ángel del Pozo


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