Imperialismo en Trump fase

La República en Venezuela nace al calor de las facciones enfrentadas en 1811, eclosiona al año siguiente, tumbos que se van a extender hasta 1830, entonces la marcha ha ido pergeñada por un liberalismo, autocracias, Guerra Federal, décadas de dictadura, golpes de Estado, para culminar el siglo XX, impostura de regímenes apalancados en la economía rentista y exportadora de crudo, y en contraparte importadora del 96 por ciento de los insumos y lo que consume, a través de los puertos y aeropuertos, fuerte dependiente que cesó a partir de 1998. Cuarenta años del bipartidismo socialdemócrata y socialcristiano, donde no hubo un margen de inclusión, pero sí un incremento de la marginalidad social y espacial, con aumento de la pobreza y una migración interna abrumadora, poblando los espacios intra y periurbanos de ranchos y una mayor pobreza. Solo se desvelaron por representar los intereses de elites, de la rancia oligarquía que triplicó la miseria, violando los Derechos Humanos; corrompiendo todo a su paso por la administración pública, donde la impunidad fue su divisa. Entregados a los ídolos del norte, cedieron el territorio y lograron apertrecharse con mano militar y una maquinaria policial demoledora de cualquier insinuación humanista, progresistas, socialista o comunista. Amparados en leguleyeras leyes y agendas internacionales firmadas con el FMI y el BM, sumiendo a la República en la más oprobiosa deuda externa, impagable aún hoy. Su ineficiencia para la administración pública, y la ineficacia de sus propuestas económicas, descontextualizada de la realidad nacional y del concierto Latinoamericano, se rindieron al Departamento de Estado, desde donde recibían el visto bueno para gobernar. El resto es materia vista, y desde los exilios dorados por un sol escuálido como sus adláteres, que cantan en inglés y cuentan en dólares.

A partir de 1999, concebida la nueva Constitución Bolivariana de Venezuela, al calor de una Asamblea Nacional Constituyente, y la refundación de la nación y una V República, al rescate de los principios patrios, los ideales Bolivarianos, y la incorporación a la construcción del país con todos los sectores nacionalistas, la sociedad de indios, blancos y negros, el mestizaje, las ideas y el pensamiento político, ideológico y nuestra cultura y tradiciones en todos y cada uno de los confines territoriales. El ámbito y alcance apuntó hacia una política exterior abarcante, extensiva a toda la Patria Grande, bajo nuevos liderazgos militantes, donde civiles y militares marcharan con una sola bandera, la de la solidaridad entre los pueblos, el desarrollo de las potencialidades, con la participación y el protagonismo soberano, democrático, con garantías de respaldo por la paz de las naciones, apostando por un mundo para todos y todas, sin fronteras entre los seres humanos. Reivindicando a los pobres, al indígena, los campesinos, los obreros y trabajadores, para elevando la autoestima, el ascenso social sin clases ni explotación del hombre por el hombre, derrumbando todas las diferencias producidas por la mistificación, por el darwinismo social, por esos atavismos que retrógrados pensadores, propagaron bajo doctrinas mantuanas, criollismos de aristócratas venales, de imaginarios hijosdalgos, herederos de señoríos, los burgos y los títulos nobiliarios, enfrascados en sus fracs, bajo un clima tropical.

Estos burócratas de pacotilla, practicantes del pragmatismo y una ortodoxia excluyente, que como fin tienen sólo causas pendientes con el Estado, por los delitos cometidos contra la nación, contra cada venezolano que ha sido esquilmado, sorprendido en su buena fe, por tantos pillos con sotana prestada y cuello blanco, empeñado por un precio ajustado a su jalada de mochilas. Dos visiones, en un paradigma donde se cuecen todos los argumentos, todos los conocimientos, todos los pensamientos sobre la política, la economía, la sociedad, la cultura, campos a través de los cuales transitamos con la intención de darle coherencia a nuestro presente, ciñéndonos a nuestro contrato social. Frente los macartismos a los donaltrumpismos, a los neoliberalismos y capitalismos que nos golpean y afectan a diario, por el entreguismo rastrero de apátridas, que, desconociendo procesos y la legalidad institucional, se prestan para arreciar contra el pueblo venezolano, que es quien está padeciendo las presiones violatorias de las convenciones internacionales. Sin respetar las reglas democráticas, la no violan de la soberanía, el injerencismo, la arbitrariedad, aplicando la ley del garrote, la fuerza del imperialismo, han polarizado la política, con el consiguiente peligro, que buscan una chispa que haga volar por los aires las garantías de la convivencia en paz entre naciones y la solución de los conflictos por la vía diplomática.

La crisis que se ha generado en Venezuela tiene como fin, doblegar al país y entregar los recursos vitales para los imperialistas occidentales; que forzan el descrédito hacia el país latinoamericano, generando falsos positivos y una situación de descrédito, que siembran a través de medios y el chantaje internacional, con tácticas de guerra no convencional y apoyados en agencias paramilitares y parapoliciales en todos el mundo, mercenarios pagados por las corporaciones que apuestan a ejecutar un golpe de estado, un escrache, o la intervención con cualquier excusa preparada en los laboratorios de guerra sucia, para apropiarse del continente. La República Bolivariana de Venezuela es un obstáculo que requieren salvar, para mantener control geoestratégico del área de influencia de EEUU por antonomasia. Ya se desembarazaron de los convencionalismos y con sus caras frente al mundo han confesado su intervencionismo.



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Franco Orlando


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