Después
del 26-S debemos replantearnos un ejercicio: ¿Qué papel hago en el
proceso bolivariano? ¿Seremos borregos o entrompamos con seriedad o
responsabilidad?
La dinámica cotidiana nos somete a
presiones impredecibles que muchas veces nos conducen a una parálisis
reflexiva que automatiza nuestras acciones y actitudes frente a los
hechos que transitan ante nuestras miradas perplejas, ya casi sin
capacidad de asombro. El poder a través de sus diferentes órganos de
control social, cultural y psicológico va penetrando nuestros cuerpos
hasta convertirnos en seres condicionados a los dictámenes de quienes
manejan esos hilos imperceptibles que terminan, no todas las veces,
direccionando nuestras vidas.
Dos caminos: ¡Tú escoges!
Ante este contexto del poder externo y de la amenaza de la sumisión interior, nos quedan dos alternativas:
1.
La primera es fácil, rendirnos ante la maquinaria del poder y
convertimos en marionetas o ventrílocuos de lo que otros quieren que
seamos, aceptando la introyección de nuestra despersonalización, hablar
lo que el otro habla, ser el otro en la conversión del “ismo” como el
“marxismo” “catolicismo” “socialcristianismo”, en fin soy el “otro” no
soy “yo”, soy porque el otro es y no porque soy.
2. La segunda alternativa es mas compleja, pues se trata de un acto
de sublevación interna para redescubrir que soy o “somos”, que tengo o
tenemos un conocimiento, que tenemos un destino, que tenemos nuestra
propia subjetividad y por tanto soy o somos sujetos, que puede o podemos
pensar por mi mismo, por nosotros mismos y ayudar a construir un
pensamiento distinto al hegemónico, vertical y descalificador de nuestra
propia percepción y experiencia vivida, por muy mínima que sea.
Que tenemos una actitud distinta ante la vida para no seguir como
autómatas la corriente establecida ni la instituida por el poder en sus
distintas expresiones, sean políticas, religiosas, educativas,
familiares, económicas, tecnológicas… se trata en otras palabras de la
“soberanía intelectual” que existe en cada uno de nosotros y no la hemos
explorado, profundizado y detectado en sus conductos potenciales de
vida, conocimiento e irradiación cotidiana.
No a la sumisión
La soberanía intelectual
es una actitud personal autónoma de cada uno de nosotros, ante
cualquier actitud hegemónica que subestima nuestra capacidad de
pensarnos y repensarnos y llegar a nuestras propias conclusiones ante la
vorágine cotidiana. Es rechazar todo aquello que el otro, convertido en
juez, intenta descalificar de mis percepciones, mis ideas y mis
acciones, sin embargo, se pueden aceptar las críticas horizontales del
otro, consensuadas con el nosotros a las cuales seremos sensibles pero
no aceptar que otro sea juez y condene mis acciones arbitrariamente a
nombre de la externalidad del poder, llámese Dios, partido, gobierno,
padres de la patria, Estado y otras formas ficticias de la Santa
Inquisición. ¿Cuántas veces nuestra soberanía intelectual no es violada
cotidianamente? ¿Cuántas veces no es chantajeada cotidianamente desde la
relación de pareja hasta en las relaciones de trabajo? ¿Cuántas veces
no somos víctimas de la cadena del miedo establecidas por los tejidos
del poder?
CIMARRONAJE INTELECTUAL Y CORAJE
Es
ante esa cotidianidad violatoria de nuestra soberanía, ante el
silencio, muchas sabio pero otras veces cobarde que conduce al pánico
evidenciado en la parálisis de “actuar” por creer que se puede perder
“todo” o la limosna de lo que tengo materialmente, es donde debemos
subvertir lo cotidiano con actitudes de cimarronaje intelectual y
práctico que refuercen nuestro ser, nuestra juego libertario cotidiano.
La realidad no es más que las condiciones objetivas que nos rodean y
nos corresponde vivir, ante la cual no podemos evadirla, tenemos que
confrontarla por diferentes vías y transformarla para conquistar
bienestar, no solo individual sino para nuestros colectivos con una
visión amplia e inclusiva. Nuestra realidad social, política, económica y
cultural, después de 11 años de proceso bolivariano, necesita una revisión profunda. Ya no podemos seguir diciendo que todo está bien, ni achacarlo a la Cuarta República. Ni pesimismo crónico ni optimismo ingenuo.
Nos falta mucho aún por andar. Hay un tiempo concreto para esos logros.
Existen metas precisas en segundos, minutos, horas, días, meses y años
para lograr los sueños plasmado en el proyecto Simón Bolívar. Reorientar
las políticas en todas sus dimensiones, repensar la democracia
participativa, repensar la selección menos arbitrarias de los liderazgos
de la estructura política (diputad@s sin liderazgo reales y
especialistas en sobacos) así como quienes administran los poderes
públicos, no seguir repitiendo los enroscamientos (los reciclados de siempre y desmejorados en su segunda versión),
reconocer de que en este proceso existen personas capaces de desempeñar
espacios públicos y no seguir dejando que un solo funcionario o
ministro tenga dos o tres ministerios, viceministerios para no
desarrollar ninguno o rayar en la mediocridad y no satisfacer las
necesidades del pueblo. Necesitamos para ello soberanía intelectual: Mi
compromiso como militante es decir la cosas por el bien del país, o sino
para el año 2012 las cosas no estarán fácil para las elecciones a las
alcaldías, gobernaciones y hasta las presidenciales… ¡el 26 de
septiembre fue una asonada! Sinceramente… ¿a quién carajo le duele este
proceso?
Los tips barloventeños
LA GUILLOTINA DE RENÉ COLMENARES
***
A los trabajadores sociales in situ establecidos en la región de
Barlovento del estado Miranda: Desconocemos cuál es el sentido que le
dan las autoridades competentes (Cicpc, GN, Fiscalía, Alcaldía,
Gobernación) al agudo problema o fenómeno social que causan las
invasiones a esta pujante región turística mirandina. Está demostrado
que detrás de cada invasión viene adosado el flagelo de la proliferación
de hampones. Los invasores desarrollan un fenómeno social denominado
“lástima” y detrás de ellos interactúan muy astutamente funcionarios
públicos de cualquier rango. Ahora bien, si ya sabemos cuál es el origen
y la causa… ¿por qué se permite que el problema se expanda? En las
ciencias sociales, el descuido o falta de gerencia ante cualquier
fenómeno se denomina “incompetencia”.
***** Felicitaciones al alcalde Ramón Hidalgo, la Cámara Municipal del Municipio Andrés Bello, la Dirección de Interculturalidad del Ministerio de Educación y la “gentará” de cimarronaje afrodescendientes del estado Carabobo, por apoyarnos en el día de la Resistencia Afroíndigena realizado el pasado 12 de octubre en San José de Barlovento….