Yon …el triste payaso

Dicen por ahí que la ignorancia es osada y realmente es muy fácil comprobar, a diario, que tras la sentencia popular se esconde una verdad lapidaria. Sin embargo, es obligante distinguir entre algunos casos arquetípicos de “osadías por ignorancia”, ya que no todos son iguales, ni tienen las mismas causas.

Existe el ignorante prepotente, que además de meter la pata en público, lo hace con una vehemencia y una seguridad tales, que llegan a transmitir un convencimiento total y absoluto de las idioteces que piensan y dicen. Estos personajes son capaces de dejar una audiencia de millones completamente estupefacta.

Al buen decir del recordado “Musiú La Cavalerie” este tipo de payasos son más peligrosos que mono con hojilla, porque abundan en medios de comunicación social, cámaras empresariales, predios académicos y círculos de allegados. En realidad, son personajes pintorescos y muchas veces mitómanos compulsivos, que incluso llegan a granjearse el afecto de sus conocidos a raíz de los disparates que inventan. Willie Oviedo, joven comentarista deportivo, es un buen ejemplo de este tipo de bufones.

También existe el ignorante ingenuo o tímido que se cuida mucho de abrir la boca, porque no esta muy seguro de nada de lo que piensa o dice y cuando se atreve a decir algo generalmente es para soltar una burrada.

Estos sujetos no son tan peligrosos, están muy concientes de sus limitaciones y evitan correr riesgos, sin embargo a fuerza de no equivocarse poco aprenden. Luego esta el payaso malsano o mal intencionado, este tipo de personajes generalmente presta su nombre y su imagen para defender causas innobles a cambio de una gruesa tajada de billete.

No se sabe muy bien como, ni porque pero generalmente gozan de un apoyo irrestricto de los medios de comunicación privados. Es más puede decirse que, la mayoría de las veces, éstos fantoches son productos prefabricados por los dueños de periódicos, televisoras o emisoras, para ser convertidos en portaestandartes de sus intereses oligárquicos. Manuel Rosales, es el máximo representante de esta estirpe, su colección de frases célebres es ya de antología.

Sin embargo hay un joven delfín aventajado que amenaza seriamente con desplazar a Rosales del trono de la trapacería y la ignorancia. Luego de recibir la jugosa suma de medio millón de dólares por sus “logros” en la defensa de las libertades democráticas, el imberbe Yon Goicochea, no ha hecho otra cosa que superarse a si mismo en el difícil arte de decir mentiras y estupideces, cada vez que tiene un micrófono en la boca.

Éste balurdo, también conocido en la arena política como “el pequeño Nerón” y “Nariz de Hierro”, trató, infructuosamente, de encender las calles con el pretexto de las 26 leyes de la habilitante. Según Yon los decretos-leyes marcan el inicio de una brutal dictadura-castro-comunista-chavista. Además, ha tenido la santa cachaza de abogar por la candidatura del malandro Nixon Moreno. ¿Valdrá la pena decirle a esta bestia que se digne revisar la historia reciente del país? ¿Tendrá algún sentido comentarle cómo AD y COPEI masacraron decenas de miles de muchachos del heroico movimiento estudiantil venezolano, durante las décadas de los 80 y 90?

Es obvio que no, este “líder joven” no sólo es máximo exponente de esa clase media alienada, embrutecida, superficial, cursi y cortoplacista, que ha proliferado en nuestro país a la sombra de los contenidos basura de nuestra televisión, sino que recibe buen billete por el triste papel que representa. Al final es sólo eso, un vulgar y triste payaso.

dcordovaster@gmail.com


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Daniel Córdova Z.


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