El hondo conflicto que los golpistas tienen es cómo avergonzar a los revolucionarios. Con la vergüenza a su favor, los fascistas, cipayos de la oligarquía criolla, esclavos de la tiranía mundial dueña de los 6 bancos más importantes del mundo, pretenden hundir la revolución socialista bolivariana. Conocen, los poderosos del mundo, la psicología de las masas, han aprendido mucho en 50 años, y trazan sus planes con equipos fuertemente equipados por psicólogos, psiquiatras, psíquicos encargados de diseñar pautas que produzcan la vergüenza en la multitud angustiada por el hambre, la muerte, la enfermedad, la vejez y todas las formas del dolor y el sufrimiento causado por el ultraliberalismo satánico.
Los publicistas obtienen de las matrices de opinión creadas en los laboratorios del imperio las imágenes que proyectarán en las multitudes a fin de que generen dolor a través de la vergüenza. Inconscientemente la persona incorpora el dolor traducido en vergüenza cada vez que observa en los poderosos medios de comunicación masivos, la señal, el signo, la muestra que le identifica como región, raza, pueblo particular, grupo social, político, religioso, musical, ideológico, etc. El imperio mundial aborrece toda forma de disidencia, sea la forma que sea que esta tenga, venga de donde venga. La metodología imperialista persigue sistemáticamente estas formas de disidencias, muchas veces de forma sutil, otras de manera radical. Producir dolor a través de la vergüenza es hoy la forma que adquiere la manipulación mediática contra los revolucionarios del mundo.
Persistiendo en la metodología de la humillación sistemática, el imperialismo evita invadir un pueblo y ahorra soldados para atacar a otro ejército, ahorrándose también la crítica de las demás naciones. Con la política de avergonzar a los líderes, y por extensión al pueblo que lo ha lanzado como tal, el imperialismo pretende subyugar las fuerzas motrices de cambio, transformación y mutación que emerge de las multitudes. Produce un caos social que a su vez pretende controlar con la tecnología mediática a su favor. Lo que no puede controlar es el espíritu humano que busca afanosamente la liberación. Nosotros le podemos decir a los imperialistas que nuestra vergüenza es ROJA ROJITA.
La oligarquía criolla que ha desatado las más siniestras cacerías humanas que han disentido en los últimos cien años en el país pretenden avergonzarnos siempre que nos identifican con otros países que han tenido el valor de rebelarse contra la dictadura mundial disfrazada de modelo de libertad y democracia (USA). Los que intentaron matar a Chávez en el 2002 salen por los medios impunemente clamando justicia, libertad, democracia, paz. No pueden esconder tras de sus espaldas la bolsa de gatos que comienza a desgarrarles el lomo. No tardarán en volver a intentar un bloqueo a la marea popular que está defendiendo a capa y espada la reforma constitucional planteada por el compatriota comandante Hugo Chávez.
Estemos a la altura entonces de los futuros acontecimientos. Rodilla en tierra y ojo de águila. Mientras el país perdona la actuación asesina de los paramilitares colombianos traídos por los Leopoldo López para derrocar nuestro gobierno socialista bolivariano, ellos utilizan los modelos de organización comunitaria para desestabilizar la nación con dinero del imperio. Nuestro socialismo lucha por la integración y la paz con el pueblo hermano de Colombia, ellos, los golpistas, promueven el narcotráfico y la dictadura. ¡No volverán jamás! ¡Hacia la reforma constitucional! ¡Por un Estado Comunal socialista bolivariano! ¡Viva Chávez! Patria Socialismo o Muerte ¡Venceremos!
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