Código Escuálido

El escuálido sigue pautas que le impone el imperialismo disfrazado de gobierno democrático. En el fondo de su ser sabe que le mienten, le engañan, le usan como preservativo. El escuálido sigue a su pesar las pautas que más del 90 % de los medios de difusión (privados) reproducen las 24 horas del día, todo el año. Y digo a propósito, medios de difusión, porque no comunican nada, sólo difunden lo que viene del imperialismo como patrón esencial de la estrategia comunicacional del sistema capitalista, claramente en contra del proceso revolucionario socialista bolivariano. El escuálido está sometido a la más feroz de las dictaduras que la humanidad haya conocido porque no tiene alternativas, no ve alternativa al bloque mediático impuesto por el imperialismo mundial. Este se apoya en innumerables instrumentos tecnológicos dirigidos a “lavarle el cerebro” desde el vientre materno. Toda una cultura diseñada objetivamente orientan cada paso de su vida por la tierra, le ordenan hasta dormido. Vive engañado y confundido y reacciona como un zoombie ante palabras claves como “libertad”. Activa su mente disociada y sale a la calle pitando, golpeando cacerolas y volteando banderas, automáticamente.

El escuálido se ha automarginado de su propia identidad para poder adoptar los mecanismo de identificación que le han inyectado desde afuera. Para ello el imperialismo cuenta con Hollywood, toda la red de imprentas de libros y revistas y periódicos, y la maquinaria propagandística de radio, televisión e Internet, un verdadero monstruo mediático que es el famoso GOLIAT cibernético del presente. Vaciado de su cultura y origen natural, está listo para ser llenado de uno virtual, con esta nueva identidad reconoce imágenes, sonidos, siglas, slogan, frases que le imponen una conducta determinada, es lo que llamamos robotización mediática (véase la dinámica de OTPOR y demás ejemplos mundiales) que termina por escindirlo psicológicamente, y consumar el estado mental de disociado que el imperialismo busca para carne de cañón contrarrevolucionario. Busca frenético los productos de marca internacional como NIKE, NOKIA, MOTOROLA, NESTLE, COCACOLA, COLGATE, CNN, CBS, que le visten, comunican, alimentan, asean, educan y forman multinacionalmente. Pero cuando le informan por algún medio que estas multinacionales son las causantes de desastres ecológicos, étnicos, de genocidio, y que están vinculadas a crímenes de lesa humanidad (como golpe de estados, secuestro y muerte de presidentes) no ve, no oye, no habla. Cuando por alguna fuente le informan que estas multinacionales son las verdaderas máquinas asesinas cuyo producto actual es un niño muerto cada 4 segundos en el planeta, entonces brinca para un lado, haciéndose el psicópata. El escuálido ha desconectado sus cinco sentidos de la realidad que tiene frente a sus narices, pero abarca con abnegada precipitación afectiva la realidad que viven otros ciudadanos en alejados rincones del mundo. Sufre como un verdadero “sentimental” durante dos horas de película que le muestran un acto de injusticia internacional, o mitológico, o histórico, y frente a su propia casa es indiferente al sufrimiento de un familiar caído en desgracia. El escuálido en realidad se autodesprecia, ha abandonado el propio origen y el entorno personal, para abrazar un falso futuro y un entorno social igualmente ficticio. Políticamente no puede razonar porque su intelecto ha sido absorbido por los medios privados de difusión, que piensa por él, siente por él, razona por él, su conciencia es la que el canal de televisión le proyecta. Al igual que los juegos de videos para niños y adolescentes el imperialismo ha creado un mundo escuálido cosmopolita. Es decir, un mundo que se ve reproducido en todas partes del planeta, tanto en Tokio, como en Paris, como en Estocolmo, como en Montevideo y Rio de Janeiro. Esto le hace sentirse “universal” o como lo diría uno que habla latín “católico”. Este juego mediático funciona con las conexiones determinadas para poder activar un mundo cuyas señales y código reconoce cualquier hijo de escuálida. Gusto, visión, tacto, oído, sabor están como en el ADN codificados para constituir una mentalidad escuálida lista para “reaccionar” cuando la maquinaria asesina (capitalismo salvaje) lo ordene. El ser escuálido (una verdadera realidad virtual) vive dentro de una menta escuálida cuya intención fundamental es reproducirse cual virus por todo el territorio nacional utilizando íconos y tergiversando recursos culturales autóctonos.

Pero esto es así en Venezuela como en Indonesia, el programa se adapta a cada pueblo. El sistema operativo es siempre el mismo, desarraigar e introducir un patrón internacional que defiende los antivalores capitalistas que le han dado fundamento al imperialismo en todos los tiempos. Esta pseudo realidad que ve reproducida por doquier le confiere la posibilidad, al escuálido cosmopolita, de decir que todos piensan como él, acrecentándose así la realidad de que existe subliminalmente un adoctrinamiento unilineal, es lo que se ha dado en llamar pensamiento único. Frente a un mundo multipolar, diversificado, rico en manifestaciones culturales, políticas y sociales, se desarma, se disgrega, se disocia y reacciona frenéticamente apoyándose en su refresco negro, en su pasta dental con los colores de la bandera gringa, y rechaza la bandera tricolor de 8 estrellas, para adoptar una defensa estratégica de la tricolor de 54 estrellas. Sin origen, sin suelo, sin sangre, sin banderas, el escuálido baila al son que el laboratorio de la CIA le ponga. Este cliente del imperialismo gringo sigue las señales que la embajada más cercana a su domicilio emite. Pueden ser miembros de un sindicato, de una junta de empresarios, pueden ser estudiantes, amas de casa, transportitos, carniceros, panaderos, médicos, abogados, políticos, militares, profesores, no hay límite profesionales o de oficio para esta autoconversión escuálida. Como todo cosmos, el escuálido no carece de paraíso, ni de infierno. El cielo escuálido es Miami, y el infierno se llama Hugo Chávez.

Mforti9@cantv.net


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Mario Forti

Astrólogo, filósofo, músico, tatankisi, escritor, poeta, critico, ddhh, tarotista, taoista, lector, meditación, yoga, sanación, terapias shamánicas integradoras

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