Llanero invencible

Compatriotas Llaneros.

¡Estoy viendo las lanzas del Diamante de Apure, las de Mucuritas, Queseras del Medio y Calabozo, las de Pantano de Vargas y Boyacá, las de Carabobo, las de Ibarra y Junín! ¿Qué podré temer? ¿Quién supo nunca resistirlas? Desde Junín ya saben que allí (en el cerro en frente donde están los españoles) no hay jinetes, que allí no hay hombres para nosotros, sino unos mil soberbios caballos con que pronto remudareis los vuestros. Sonó la hora de ir a tomarlos. Obedientes a vuestros jefes caed sobre esas columnas y deshacedlas como centellas del cielo. ¡Lanza al que ose enfrentaros! ¡Corazón de amigos y hermanos para los rendidos! ¡Viva el llanero invencible! ¡Viva la libertad!

Arengas del Gran Mariscal José Antonio Sucre antes de la batalla de Ayacucho 9 de Diciembre de 1824.

Así fue el grito profundo del oriental eterno que inmortalizó la libertad sagrada en nuestro continente. Su voz marcial perdura incansable en el tiempo y en el espacio de los valientes corazones venezolanos ganados para liberar una vez más al continente sometido por la carroñería imperial que es la dictadura sionista-norteamericana y sus sicarios y lacayos sin patria. Perdura vivificante su ejemplo glorioso de guerrero por la libertad de los pueblos oprimidos, y en su viril arenga universal, nos está estimulando a continuar en la lucha contra los tiranos modernos disfrazados de demócratas y republicanos pero que en verdad siguen una orden fundamentalista de derecha, racista y excluyente, perversa e inhumana. En Venezuela vivimos el momento histórico de recuperación de nuestras verdaderas raíces espirituales, el grito del Gran Mariscal nos conecta con esta fuente sagrada de identidad y soberanía nacional, que rompe las fronteras territoriales y se vuelve continental y universal como lo quería el mismo Antonio José de Sucre. Su vocación, su altruismo, su disciplina y su libertad revolucionarias nos siguen protegiendo durante las horas impredecibles de estos momentos de profunda confrontación política contrarrevolucionaria. Su aura de libertad está en nuestras lanzas que brillan bajo el intenso rayo de luz de un sol puro que es de soberanía y justicialismo social.

En esta hora del pueblo, del pueblo revolucionario de América, estamos una vez más frente a una gran batalla por la libertad que no se negocia. Rosales y su tribu representan a la especie más siniestra que la humanidad ha parido de mujer, la casta genocida de los Bush y sus aliados terroristas, que no dudaron en masacrar a sus propios connacionales bajo las torres gemelas para imponer un régimen fascista, ni pestañearon ante el genocidio del Líbano y Palestina, soberbios e idólatras, pretenden ser “los elegidos” de Dios, cuando en realidad son verdaderos hijos del demonio. Los medios privados de comunicación, la prensa que hostiga al movimiento popular, las radios que representan a la oposición imperialista intentan manipular la mente, el alma y la voluntad de un pueblo nacido para la soberanía. Repletos de odio a los pobres, a los tierrúos” que levantan su puño de guerra en alto, los Capriles, Radonsky, Ravell, Granier, Rosales y demás escuálidos prosionistas vendidos a la dictadura del dólar, no verán luz en nuestras tierras bolivarianas. Hagan lo que hagan, y tramen lo que tramen, desde las tinieblas de sus corazones no podrán vencer el grito patriota y viril, revolucionario y socialista de hombres y mujeres que sólo sienten la vida en una patria solidaria, orientada a la unidad popular que llevará a Hugo Chávez a la presidencia nuevamente como símbolo del poder que un pueblo tiene y no dejará que lo sometan nunca más.

El grito de ¡Uh Ah Chávez no se va! Se escuchará hasta en la cima del monte Sion y temblará el Captolio, y se sacudirá el Pentágono, y las sombras tomarán la Casa Blanca. Caminemos juntos hasta la victoria revolucionaria de Diciembre próximo y organizados llevemos profundamente en nuestros corazones este sublime grito del Mariscal ilustre hasta la cima del Bolívar. Que en el magno pico flamée gloriosa la tricolor de ocho estrellas y lleve a cada rincón de nuestro país la satisfacción haber triunfado una vez más contra el despotismo y la esclavitud. ¡Que viva Venezuela libre! ¡Fuera los imperialistas! ¡Que viva Chávez! ¡Fuera Bush!


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Mario Forti

Astrólogo, filósofo, músico, tatankisi, escritor, poeta, critico, ddhh, tarotista, taoista, lector, meditación, yoga, sanación, terapias shamánicas integradoras

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