¿Por qué los Constitucionalistas de la MUD tienen miedo al gran debate?

Es tiempo de aclarar verdades sobre grandes temas constitucionales de la actualidad venezolana como el Plan de la Patria y el experimento de Plebiscito intentado por cierto sector de la MUD en las últimas elecciones municipales de 2013.

Las palabras del así llamado constitucionalista Gerardo Blyde en reunión de alcaldes y gobernadores opositores con el Presidente Nicolás Maduro en diciembre pasado, generaron más dudas que certezas en las mentes de los antichavistas, porque ciertamente en el complejo panorama del Derecho Constitucional no caben las especulaciones ni las improvisaciones al margen de la ciencia jurídica. Cordialmente invitaría al flamante alcalde Blyde a un debate televisivo arbitrado, franco y sin tapujos sobre la plena constitucionalidad del llamado Plan de la Patria.

Ciertos medios de la tv opositora me han vetado de la pantalla chica luego de mi controversial debate con el respetable colega Gustavo Tarre Briceño http://goo.gl/HGswdq

No obstante no se puede postergar la aclaratoria constitucional por caprichos de la derecha intolerante, de modo que mientras llega la respuesta al desafío que hoy planteo, aprovecho esta tribuna revolucionaria para dar a conocer los criterios del verdadero constitucionalismo.

Es el caso que durante el régimen  puntofijista se suspendieron las garantías constitucionales al menos 21 veces, pero más nunca desde 1999. Por ello es falso que el Plan de la Patria violenta la Constitución imponiendo un modelo, ya que el pluralismo ideológico del artículo 2 constitucional se refiere a derechos que hasta hoy permanecen intactos como las libertades de expresión, asociación,  participación política, formación de partidos, elegir y ser elegido, etc.

Más bien tales derechos se ven ratificados por el Plan de la Patria, pues su legitimidad nace de la mayoría universal del pueblo que lo ha respaldado como programa de gobierno en las últimas dos elecciones presidenciales. Asimismo su constitucionalidad y legalidad se basan en que la Asamblea Nacional le ha dado el carácter de ley y por ende es norma de obligatorio cumplimiento.

En tal sentido cuando gobernadores o alcaldes se oponen al plan invocando la figura del Estado Federal descentralizado previsto en el artículo 4 constitucional, ignoran o esconden que ese mismo dispositivo consagra el principio de integridad territorial, es decir, Venezuela es un solo país y no un archipiélago de republiquitas (alcaldías o gobernaciones) independientes ante el Gobierno Nacional.

Siempre podremos comprobar dentro del texto constitucional, que ese artículo 4 en concordancia con el 165, aporta principios como cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad, etc. Estos son vitales para que la forma de Estado republicana posea un gobierno unificado y  coherente en su rango nacional, estadal y municipal, en materias donde esos tres niveles tienen obligación de colaborar. Ejemplo: El desarrollo del poder popular, consejos comunales y comunas que son la manifestación concreta de la soberanía ejercida directamente por el pueblo según el artículo 5.

A modo de cierre en el contexto constitucional venezolano durante 2013, una anécdota desafortunada queda para la historia: La comedia del falso plebiscito. Indubitablemente que el plebiscito no existe en la Constitución, pero lo que da pena ajena es que el dirigente farsante que lo inventó, deba ser previamente aplastado por un resultado electoral, para entonces reconocer la inexistencia de su leguleya obra.

Todo indica que la MUD pretendía utilizar una hipotética mayoría de votos para darle un uso delictivo fuera de la Constitución, es decir, la cúpula fascista no buscaba ejercer gobiernos municipales, sino un pretexto para exigir la renuncia del Presidente Chavista. En efecto, mientras millones de venezolanos nos preparábamos para elegir alcaldes y concejales el pasado 8 de diciembre, los ambiciosos líderes opositores fantaseaban con un plebiscito nacional.

La MUD terminó abofeteada por casi 60% de electores cuyos votos sentenciaron el fracaso de la contrarrevolución tanto en cantidad de alcaldías como en el total de votantes. La política es la ciencia de la realidad no visible, sólo quienes sepan interpretarla resultarán triunfantes. Es hora de que la derecha sustituya al miope que la dirige por un hombre o una mujer que se ponga los antejos.

El 8-D es una nueva lección de la democracia chavista para el mundo: una mayoría feliz que por el socialismo, mientras una minoría fue llevada al barranco por un traidor indigno de representarla, no sólo por su desgobierno regional y deudas con la justicia, sino por su incapacidad política al convertir a su partido amarillo en uno de los que ganó menor número de alcaldías dentro de su rara y autodestructiva alianza opositora.

Hay burgueses vagos y caprichosos que no estudian pero la palabra democracia proviene del idioma griego, “Demos” significa pueblo y “Cratos” quiere decir poder. Por eso el artículo 2 de la Constitución habla de democracia en referencia a la mayoría popular que tiene el poder supremo para tomar decisiones.

De allí que el pueblo decidió, con millones de votos a favor de múltiples tendencias, dar un mismo mensaje: Venezuela quiere seguir viviendo en democracia y confía ampliamente en su Consejo Nacional Electoral.

 



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Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

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