Vendo apartamento en Nueva York

Con todo el dolor de mi alma: me veo obligado por acoso chavista y perniciosas sospechas que me implican de golpista sin derecho a réplica, por lo que me veo en la nada agradable situación a vender mi apartamento de veraniego relámpago en el distrito de Manhattan en Nueva York que, por motivos privados y de seguridad no ubico su dirección hasta no dar o conseguir con el nuevo residente que disponga de 5 millones de dólares US por su valor.

Debo aclarar: antes de continuar con las particularidades que sobre el inmueble debo hacer que, en resguardo a la majestad de mi personalidad que como político recto que me he ganado dentro y fuera del país que, él mismo, es regalo de unas sobrinas que tienen demasiados bienes y, pensando que yo sería electo presidente de Venezuela antes de realizarse las elecciones presidenciales que fueron fijadas para el 7-O, y ellas –mis sobrinas-, creyeron oportuno por mi bien integral de que continuamente tendría que viajar a Nueva York por muchos motivos dentro de mi gestión, que era pertinente para mi comodidad de habitabilidad que ese sería mi mejor regalo presidencial.

Y, yo feliz y contento hasta el día de ayer que el cielo de las calumnias se precipitaron en mi contra cuando, la contrainteligencia de lo absurdo, abrió las puertas de las mentiras en que tratan de meterme cuando más sueño con el poder que lo acarició entre mis manos sin descanso.

“Ay, Nueva York, no me halagas con el oro, tu ley seca la rechazo, no me agrada y la deploro”. Todo eso lo pensé cuando recordé ese merengue: la primera noche que dormí en mi apartamento y, fue tanta la ansiedad por mi Miranda que me dije, fuera de Miranda no soy nadie y, todo lo que haga acá sea por mi querida región, aunque otros se ocupen en pensar en cosas extrañas que no han pasado por mi mente.

Acá en Nueva York siempre pongo al gobierno de Miranda como ejemplo de progreso que muchos estadistas del mundo deben copiar para el bienestar de sus pueblos, aunque yo sea parte importante de él, camina sin mí y, eso es lo importante y sensacional que no hay que perder de vista en que derrotamos los desasosiegos de la población y lo hemos dotado de sanos y ejemplares servicios en que la inseguridad la hemos desaparecido de cuajo sin ayuda de nadie y, eso es causa que preocupa al Gobierno Nacional qué no sabe cómo lo hicimos sin invertir mucho en ello que no está por demás echar una canita como mentira al aire.

Y, mi corta estadía en Nueva York que generalmente lo hago dos y tres veces al año es para darle calor al apartamentico que no vaya a ser cosa que se me llene de chiripas o, que un loco venezolano pueda invadírmelo y de vez en cuando converso con altas personalidades del Departamento de Estado que me garantizan su apoyo irrestricto a mi gestión política que en un futuro es posible que el país dependa de mí que he demostrado estar maduro a ejercer el cargo.

Eso sí: agradezco altamente que se abstengas ni molesten los pobres diablos que no posean dólares de Cadivi y, en bolívares no acepto nada y, fuera de su precio tampoco que, dentro de él hay un jacuzzi privado con todas las comodidades vivenciales de rico que el que no piensa tiene que pensar como yo que, he sacado a flote mis mejores ideas que después refuerzan los pensamientos de la oposición venezolana y de la oligarquía.

Y no crean, lo que dice la canción como: “A Nueva York yo no, no voy, allá no hay vino, no hay berros ni amor”. ¡Hombre por dios ni lo piense que Nueva York es el cielo! Es una ilusión que se toca con las manos del corazón y se ve con los ojos del alma. Acá se duerme y se sueña y esos sueños no se olvidan.

Así que si quiere vivir en paz, cómpreme el apartamento que 5 millones de dólares no es nada y usted vivirá toda la vida y se dará la gran vida sin pensarlo dos veces y, mire que lo estoy vendiendo a precio de gallina flaca sin pluma.

estebanrrojas@gmail.com


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Esteban Rojas


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