Periodista o comunicador social que se identifique con el proceso revolucionario, que defiende a Chávez y al glorioso pueblo de Bolívar y desconozca a Moisés Naím, y a su trabajo como operador político internacional al servicio del imperio, mejor que deseche su título, y se dedique a otra cosa. Si Chávez ha insistido en la historia, en la revisión histórica, en la lectura del pasado con ojos limpios no es un capricho, ni un modo “intelectual”, sino porque su mentalidad y su naturaleza así lo han orientado. El ha buscado en la historia y ha encontrado en la memoria respuestas que hoy todos usamos como si la hubiéramos descubierto por nuestros propios esfuerzos. La memoria de los pueblos no está ahí para uso de las elites, de los pocos que investigan, sino para que las mayorías no volvamos a cometer los mismos errores que ocasionaron nuestra esclavitud frente al imperio yanqui hoy y al europeo ayer.
El Caracazo de 1989 fue la reacción por las medidas que este sionista internacional, ministro de Fomento, Industria y Comercio de Carlos Andrés Pérez impuso como paquetazo, sirviendo al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, órganos multilaterales de la elite que somete al mundo. De ese cerebro vendido a la CIA, que hoy nos ataca desde El País, periódico del Grupo Prisa, y de la inteligencia gringa e israelita, nació el Plan Ávila, que masacró a más de 3500 venezolanos en Febrero y Marzo, de ese fatídico año. ¿Dónde están las ONGs que denuncien este crimen de lesa humanidad y a este asesino que participa cada año en el Grupo Bilderberg?
La guerra mediática contra Chávez tiene su cuartel general en el Grupo Prisa, que controla el 100% de Iberoamerican Radio de Chile, dueño a su vez de 8 radios FM y opera sobre 140 emisoras más. Este consorcio español controla ahora 1200 emisoras en España, EEUU, México, Colombia, Costa Rica, Panamá, Argentina y Chile, abarcando un espectro de más de 28 millones de oyentes. Cuenta con emisoras en Los Ángeles y Miami, es dueña de GLR Networks, empresa productora y distribuidora de 60 emisoras afiliadas. A través de Radópolis, controla el 50% de Televisa en México, y de varios programas de radio que distribuye por diferentes cadenas a Panamá, Costa Rica, Argentina, Colombia y Chile. El grupo PRISA controla Radio Caracol en Colombia, y esta produce y distribuye hasta diez líneas de programación en diferentes formatos, todas defendiendo y propagando el capitalismo y fortaleciendo al imperio.
El ex ministro del gocho (CAP), ex profesor del IESA, es miembro de la cámara de directores de la NED (Fundación para la Democracia) chupando directamente del Congreso gringo para financiar en todo el mundo a grupos que van contra el poder popular. Dirige además al Grupo de los Cincuenta (G-50), elite de ejecutivos de las empresas y compañías más importantes del sector privado del continente americano, tiene su sede en Washington y opera bajo el amparo de la Fundación Carnegie Endowment for Internacional Peace. También dirige desde hace mas de diez años la revista Foreign Policy en 12 idiomas y para 180 países, subvencionada por la mencionada fundación, donde figura entre sus principales expertos; tiene el donativo de BP USA, Exxon Mobil, Fundación Ford, General Motors, Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, Fundación Rockefeller entre otros.
Si Chávez tiene 14 años luchando para construir un modelo de Estado para la justicia social es para revertir exactamente lo que el paquetazo de Naím-Capriles tenía escondido detrás de las cortinas de humo majunche. Globovisión no hace sino repetir las matrices que este agente del sionismo produce con los think tank (Centros de Formación Ideológica) del imperio, defendiendo a la elite plutócrata que destruye al planeta. Curiosamente en su columna del 13 de Octubre pasado (El Pais) exhorta a Lula y a Dilma (Brasil) para exigirle públicamente a Chávez “que respete los principios básicos de la democracia.” Y prepare a su sucesor. ¿Alguien se quedó sin leer lo que dijo Lula a la prensa mundial?
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