Zelensky ejemplo de vil cobardía del agresor y la doble moral del poder

ZELESKY EJEMPLO DE VIL COBARDÍA DEL AGRESOR Y LA DOBLE MORAL DEL PODER.

En los últimos años, el mundo ha contemplado con horror el desgarrador conflicto en Ucrania.

Pero más allá de las banderas, los discursos patrióticos y las narrativas mediáticas, hay una historia humana que se repite con escalofriante familiaridad para quienes han padecido bajo regímenes que primero reprimen a su propio pueblo y luego lo obligan a morir por ellos.

Permítanme trazar una analogía incómoda, necesaria, crítica: lo que hoy sucede en Ucrania desde el 2014 luego de la llegada al poder de Zelesky trans el golpe de estado contra el presidente Viktor Yanukóvich guarda un eco perturbador en otras latitudes Y momentos históricos, como en estados unidos en la década de los 60 y 70, donde fue sistémica la fuerte represión a movimientos civiles (Black Panthers, activistas contra la guerra de Vietnam, indígenas en Wounded Knee).

En los 2000, vigilancia y detenciones de musulmanes tras el 11 de septiembre. Realizo Llamado a la defensa , el gobierno de George W. Bush hizo un llamado nacionalista a todos los americanos incluyendo a comunidades que un día reprimió como las musulmanas, afroamericanas y jóvenes críticos a unirse en defensa de la nación contra el terrorismo.

Tal cual ocurrió en Chile , Tras el golpe de 1973 contra Salvador Allende por parte del criminal de Pinochet, miles de izquierdistas, sindicalistas y opositores fueron encarcelados, torturados o desaparecidos.

El dictador y torturador de Pinochet hace un llamado a la defensa, En 1980, con la nueva Constitución, y luego en 1988 ante el plebiscito, la dictadura lanzó campañas de unidad nacional y defensa de Chile contra el caos marxista.

Se apeló incluso a antiguos opositores moderados o empresarios que antes habían sido vigilados, para que apoyaran el "NO" al cambio.

No era un llamado a tomar las armas, pero sí a defender el régimen que los había reprimido.

Se reclutaron soldados entre sectores que antes habían sido marginados o vigilados. No en los actores internacionales, no en las armas, sino en la dinámica perversa del poder, un Estado que reprime a sus ciudadanos, los abandona, los humilla… y luego exige que mueran por él.

En 2014, tras el derrocamiento del gobierno de Yanukóvich, estallaron protestas en regiones Ucranianas como Donetsk y Lugansk.

El gobierno de Kiev, en lugar de buscar diálogo o reconocer las demandas de autonomía de esos pueblos, optó por la represión.

Tanques, francotiradores, bombardeos sobre civiles. La respuesta de Moscú justificada o no, eso es otro debate. fue intervenir militarmente para proteger a los pobladores de estas ciudades ucranianas que estaba siendo asediados por el gobierno de zelesky .

Hoy, esos mismos civiles que fueron reprimidos por su propio gobierno dirigido por Volodimir Zelenski son reclutados a la fuerza, encarcelados si se niegan, enviados al frente de batalla donde mueren como carne de cañón… defendiendo al régimen que antes los masacro.

El régimen ha reprimido protestas pacíficas, encarcelado disidentes, asesinado jóvenes en las calles, negado medicinas, comida, futuro a sus ciudadanos .

Ha destruido la economía, ha roto el tejido social, ha convertido a millones en exiliados forzados.

Y sin embargo, cuando la crisis se profundiza, cuando el colapso amenazo su poder, ese mismo régimen que no dudó en disparar contra civiles , en torturar a opositores, en dejar morir a ancianos . se sube al balcón y grita: ¡Defiendan la patria!.

¿Qué patria? ¿La que les negó ser dignos? ¿La que les quitó la libertad? ¿La que les negó el derecho a protestar sin ser reprimidos ?

Hoy, en Ucrania, jóvenes son arrastrados de sus casas, encarcelados por evadir el reclutamiento, enviados a trincheras donde mueren bajo el fuego de las armas … por un gobierno que antes les negó derechos, que los reprimió, que los ignoró.

En Ucrania así como en otras latitudes y momentos históricos , la crisis se agudiza y militariza aún más, esos mismos jóvenes hambrientos, esos mismos muchachos que protestaron , son obligados a empuñar un fusil para defender al régimen que les negó ser libres.

La ironía trágica es esta: los Estados que más violentan a sus ciudadanos son los que luego más exigen su sangre.

No se trata de justificar intervenciones extranjeras ni la rusa en Ucrania, ni ninguna otra, sino de denunciar la hipocresía estructural del poder autoritario: primero te aplasta, luego te convoca. Primero te niega derechos, luego te exige sacrificios. Primero te calla, luego te obliga a gritar consignas. Primero te abandona, luego te recluta.

En Ucrania, el reclutamiento forzoso es hoy una pesadilla cotidiana. Un frente de guerra declarado, milicias forzadas, alistamiento de jóvenes en programas paramilitares, adoctrinamiento en cuarteles. La semilla Neonazi está plantada. El mismo patrón: reprimir, luego reclutar; oprimir, luego movilizar; destruir, luego exigir lealtad.

¿Hasta cuándo permitiremos que quienes oprimen sean los mismos que mandan a morir por ellos .

La historia no se repite, pero rima. Y en esta rima trágica, Ucrania Estados Unidos Y Chile son versos de la misma canción: la del Estado que traiciona a su pueblo dos veces primero con la bota, luego con el fusil.

Que esta analogía no sea solo un ejercicio retórico. Que sea una advertencia. Porque cuando un gobierno pierde el derecho moral de gobernar porque reprimió, porque robó, porque mintió, porque mató, también pierde el derecho de exigir que sus ciudadanos mueran por él.

Nadie está obligado a morir por quien lo ha traicionado.

Existe una patología del poder que es peligrosa para los pueblos , el gobernante que primero reprime con saña a su propio pueblo , desarmado, pacífico, exigente de derechos y luego, cuando el conflicto escala y el enemigo ya no es el ciudadano sino una potencia externa, se convierte en la voz llorosa que clama al mundo como víctima inocente.

No es cinismo. Es cálculo. Y es cobardía moral.Ese líder , un hombre de escenario, de gestos grandilocuentes, de discurso emotivo no solo no pidió perdón por la represión. La justificó. La enmarcó como defensa de la integridad nacional. Como si la integridad se construyera con balas, y no con derechos.

Pero llegó el momento en que el conflicto dejó de ser interno. Una potencia vecina como lo es Rusia con sus propios intereses , no lo niego . decidió intervenir en pro al derecho de los pueblos a ser libres y no ser asediados por sus propios gobiernos .

Y entonces, el mismo líder que antes daba órdenes de asedio, que antes criminalizaba a sus propios ciudadanos, que antes negaba negociación… sale al mundo con la voz quebrada, pidiendo armas, sanciones, intervención, lágrimas.

¿Y sus víctimas anteriores? Silenciadas. ¿Su responsabilidad en el origen del conflicto? Borrada. ¿Su culpa por haber encendido la mecha? Jamás mencionada.

Esto no es solo hipocresía. Es una estrategia de supervivencia del poder autoritario: convertir al verdugo en víctima, para que el mundo lo defienda… sin exigirle cuentas por sus propios crímenes Cometidos en este caso del cobarde de Zelenski .

A este tipo de cobardes solo queda decirles que busquen al enemigo de sus pueblos en el reflejo de sus espejos .

Y mientras, los jóvenes que antes huían de las balas de su propio Estado, hoy son arrancados de sus casas, perseguidos por evadir el reclutamiento, enviados a trincheras donde mueren bajo el fuego enemigo… defendiendo al régimen que antes los reprimió.

Más que cobardía, es un acto de inhumanidad querer enviar a jóvenes inocentes a una guerra que no es suya . Estos jóvenes que a pesar de tener más de 18 años son los niños y niñas de muchas madres y padres que no quieren ver sus tierras teñidas con las sangre de sus niños .

Estos jóvenes no están para tener en sus manos armas de guerra , deben de tener libros que les permitan construir las sociedades científicas y civilizadas que urge tener nuestra humanidad .

¿Qué clase de lealtad es esa? ¿Qué clase de patria exige sangre… después de haber negado paz?

Pero no hablemos solo de ese país , de ese líder teatral. Porque esta dinámica la del Estado que primero reprime y luego recluta, primero calla y luego grita, primero agrede y luego se victimiza se ha ensayado en otras épocas y otros lugares . En silencio.

En países donde el hambre es política de Estado. Donde la protesta termina en tumba. Donde el disidente es encarcelado, el periodista exiliado, el médico obligado a mentir. En esos lugares, el régimen ya no solo reprime. Ya prepara. Ya adoctrina. Ya moviliza. Ya recluta no con decretos, sino con hambre, con miedo, con promesas vacías.

Y cuando el conflicto ha estallado, ese mismo régimen ha salido al mundo a decir: Somos víctimas de injerencia, de agresión, sin una sola palabra por los miles que antes mandó a matar, a callar, a desaparecer.

La comunidad internacional, distraída por banderas y discursos, aplaudirá al victimizado… sin preguntarle: ¿Y antes? ¿Qué hiciste tú cuando el enemigo era tú mismo pueblo ?

Esta es la gran farsa del poder contemporáneo: el que dispara primero se convierte en el que grita más fuerte después.

Y mientras, los pueblos los mismos pueblos pagan dos veces: primero con su libertad, luego con su vida

La historia no perdona a los cobardes que se disfrazan de héroes. Y los pueblos, tarde o temprano, dejan de creerles.

No más cobardes como Zelenski en el mundo , que eclipse el sueño de sus naciones con la sangre de sus jóvenes y niños .

 

Obrero de la Patria Grande

jesuscasta2308@gmail.com



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