La victoria electoral del candidato de extrema derecha Javier Milei (56%) contra el peronista Sergio Massa (44%) en la segunda vuelta, o "balotaje" como dicen los argentinos, fue mucho mayor de lo que indicaban las encuestas. Milei contó con el esperado apoyo de quienes votaron en la 1ª vuelta por Patricia Bullrich, candidata del expresidente Macri, a quien agradeció en su discurso de victoria, anunciando un gobierno de coalición con esta derecha tradicional. Pero su elección se debió esencialmente a los votos procedentes de sectores populares y empobrecidos contra el mundo político oficial, considerado responsable de la profunda crisis económica y social en la que está sumido el país desde hace varios años.
Milei ganó en 20 de las 23 provincias argentinas y en la capital federal. En el bastión peronista que es la provincia de Buenos Aires, la victoria de Massa fue muy estrecha. Así, el gran perdedor de estas elecciones es el Partido Justicialista, es decir, el peronismo, que fue duramente sancionado en todas sus vertientes y entra en una crisis sin precedentes.
El gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, que sucedió a Macri hace cuatro años, profundizó la crisis económica y social que ya existía en el país, con un mayor desempleo, una inflación anual de alrededor del 140% y más del 40% de la población viviendo por debajo de la pobreza. Nivel. Esto se debe a la aplicación de la política económica dictada por el FMI para pagar la deuda externa. El operador de esta política fue precisamente el ministro de Economía, Sergio Massa, quien se convirtió en candidato presidencial. No se puede obviar que fue el peronismo el que allanó el camino para la victoria electoral del "facholibertario" Milei, que promete dolarizar la economía, privatizar todo lo posible, atacar los derechos sociales y laborales, negar incluso las atrocidades cometidas por los argentinos. Dictadura militar.
¿Tendrá Milei, a pesar de los votos que recibió, las condiciones políticas para aplicar su programa de ataque a la clase trabajadora y la soberanía de la nación como norma? Su improvisado partido, "La Libertad Avanza", no tiene mayoría en el Congreso, ni siquiera en alianza con Macri, ni con los gobernadores provinciales. Todo un sector de la burguesía local, que incluso apoyó a Massa, lo mira con recelo, dudando de su capacidad para "controlar las calles" ante el caos económico que se anuncia.
Se anuncia una "3ª vuelta" en la lucha directa de clases
La militancia de la coalición "Unión por la Patria", que buscaba ganar votos para Massa en los sectores populares, está desolada y abandonada por sus dirigentes. Massa rápidamente reconoció el resultado, pasando el balón a Milei quien es "la que debe dar respuestas ahora"; Cristina ni siquiera dijo una palabra de consuelo a los militantes de la "izquierda peronista" y Fernández, el presidente silencioso, guardó silencio.
Dirigentes sindicales vinculados al "kirchnerismo", como los de la CTA, lamentan "la división en el campo popular, aunque todos estaban a favor del voto masivo, era cada uno por sí mismo, sin unidad política y programática". El "desastre" que fue el gobierno de Fernández es citado por todos como el motivo de la derrota.
Pero el tiempo de "lamer, las heridas" debe pasar rápidamente, ya que el deterioro de la situación material de las amplias masas y de la clase trabajadora se acelerará con el inicio del nuevo gobierno a partir del 10 de diciembre. Esto requerirá cavar trincheras de feroz resistencia contra las propuestas de privatización, reformas laborales y otros ataques que supuestamente suponen la implementación de la política anunciada por Milei.
La crisis del peronismo podría provocar una reconfiguración política en Argentina que abra espacio para una verdadera representación política independiente de la clase trabajadora, que tenga capacidad de atraer a todos los sectores explotados y oprimidos de la nación, hoy divididos, desanimados y confundidos. Lo cual, por supuesto, no sucederá de forma espontánea ni natural, sino que requerirá de una acción consciente en este sentido.
En un mundo marcado por la crisis económica del sistema imperialista y las guerras que lo acompañan, de aguda inestabilidad política y conmociones repentinas, la elección de Milei en Argentina provocará un shock, una "tercera vuelta", ya no electoral, sino directa. Campo de la lucha de clases, contra su política de destrucción de la nación. La fuerza para hacerlo está en Argentina, está en los sindicatos y movimientos populares que deben, a partir de ahora, adoptar medidas de defensa y movilización que, en los próximos meses, podrían cambiar el marco político del país bloqueando las intenciones de los nuevos electos. Gobierno. ¡La lucha continua!
*Coordinadora Nacional Autónomo Independiente De Trabajadores (CAIT)
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