Marx y su obra en el pensamiento de José Martí

Podemos afirmar, sin temor a equivocación, que Martí estuvo al tanto de cuanto trascendente suceso, lucha política y novedades del pensamiento ocurrían en su época y en todas las épocas anteriores, incluso se preocupó una y otra vez por las tendencias que prometían imponerse en el futuro tanto en lo político como en el resto de la realidad.

En el año 1844 fueron escritos los Manuscritos Económicos y Filosóficos, y el Manifiesto Comunista vio la luz por primera vez en el 1848, desde entonces, e incluso antes, las ideas socialistas y las luchas obreras se difundieron por el mundo con creciente ímpetu. Es muy difícil entonces, por no decir imposible, que a un hombre como Martí, sensible y preocupado por cuanto aconteciera en el mundo, pudieran pasarle inadvertidas las luchas obreras y la evolución del pensamiento que las guiaba y orientaba.

En una carta dirigida a su amigo Fermín Valdés Domínguez, le elogia un artículo que este escribió acerca de los acontecimientos del primero de mayo en Chicago, en ella llama al socialismo por su nombre, le señala a la idea socialista dos peligros, el de las lecturas extranjerizas e incompletas y el de los que se fingen frenéticos defensores de los desamparados con el objetivo oculto de tener hombros donde poner los pies, es decir, los oportunistas y arribistas, buscadores de fama y poder. En una misiva anterior le había adelantado: “Ya vez tú, y ya adivinabas tú, que ese puño trabajador es como el cuajo de la patria” (OC T3 P147). La referencia textual de Martí al socialismo reza así:

“Una cosa te tengo que celebrar mucho y es el cariño con que tratas, y tu respeto de hombre, a los cubanos que por ahí buscan sinceramente con este nombre o aquel un poco más de orden cordial y de equilibrio indispensable, en la administración de las cosas de este mundo. Por lo noble se ha de juzgar una aspiración: y no por esta o aquella verruga que le ponga la pasión humana. Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras: el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas y el de la soberbia y rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados... explicar será nuestro trabajo y liso y hondo, como tú lo sabrás hacer: el caso es no comprometer la excelsa justicia por los modos equivocados o excesivos de pedirla. Y siempre con la justicia, tú y yo, porque los errores de su forma no autorizan a las almas de buena cuna a desertar de su defensa. Muy bueno pues, lo del primero de mayo.” (OC T3 P168)

Esta carta tiene una significación especial, en ella trata por primera vez Martí en forma explícita acerca del socialismo y por la forma en que habla de él sin encontrarle defectos en su esencia, si no ajenos a la misma, podemos inferir que lo conoció, puesto que un hombre como él no habríase puesto a dar razones sobre cosas que desconoce. Y no sólo lo conoció, sino que se adhirió a el y lo supo hacer de la forma más efectiva y radical en que podía manifestarse entonces, si tenemos en cuenta su tarea libertadora. Aplicando sus principios de forma consecuente e inteligente.

No fue sólo en la carta a Fermín Valdés Domínguez que Martí se refiere al socialismo y declara abiertamente su admiración y adhesión a él, en otra ocasión escribe:

“Juzga Spencer como victorias crecientes de la idea socialista, y concesiones débiles de los buscadores de popularidad, esa nobilísima tendencia precisamente para hacer innecesario el socialismo, nacido de todos los pensadores generosos que ven como el descontento de las clases llanas les lleva a desear mejoras radicales y violentas” (OC T15 P389)

A la muerte de Marx escribe un artículo en el que, entre otras cosas, señala:

“Karl Marx es llamado el héroe más noble y el pensador más poderoso del mundo del trabajo” (OC T9 P389)

“Karl Marx ha muerto. Como se puso del lado de los débiles merece honor.” (OC T9 P388)

“Karl Marx estudió los modos de asentar al mundo sobre nuevas bases, y despertó a los dormidos, y les enseño el modo de echar a tierra los puntales rotos.” (OC T9 P388)

“Karl Marx que no fue sólo movedor titánico de la cólera de los trabajadores europeos, sino veedor profundo en la razón de las miserias humanas, y en los destinos de los hombres, y hombre comido de ansias de hacer bien. El veía en todo lo que en sí propio llevaba: rebeldía, camino a lo alto, lucha.” (OC T9 P388)

Y más adelante, en otro artículo, vuelve a referirse explícitamente a Marx:

“Karl Marx famosísimo cuya reciente muerte honran” (OC T13 P245)

Como según el propio Martí la verdad hay que decirla toda, en el primer artículo, en el que queda clara su admiración irrestricta a Marx, señala su criterio acerca del movimiento obrero de entonces.

Martí pensaba, con la razón que le dio la historia posterior, que aun no estaban maduras las condiciones en el mundo para emprender la revolución trabajadora. Que la insurrección era recurso a emplear cuando habían sido intentado todos los demás. En esos mismos momentos, Martí estaba organizando la revolución cubana, así que su criterio no emanaba de un horror a la violencia como procedimiento político, sino de un razonamiento certero acerca de las realidades sociales de la época.

Es más, podemos afirmar que oteaba en el horizonte histórico, con ansiedad noble y redentora, buscando el momento del triunfo de los oprimidos, del final de tanto sufrimiento cruel e innecesario.

“Ya pasamos, quizás, aquellas dos primeras eras de la historia. Desde el 79 ha pasado el mundo a realizar como efectiva la tercera... Quien sabe; nadie aun puede saber cuando la cuarta venturosa época iluminará y revivirá. (OC T21 P76)

Supo ubicar con precisión certera el lugar de la primera intentona renovadora, lo que demuestra la capacidad predictora de su filosofía, de la ciencia social creada por el. La tarea de organizar y sistematizar los descubrimientos martianos en materia política y social queda aun como tarea para los investigadores del futuro.

“Más anda poco quien anda lleno de cánceres. Y Rusia está llena de cánceres. Señaló el término del siglo anterior la revolución gigantesca del Este. Señalará el fin del siglo en que vivimos la revolución tremenda del oeste.” (OC T14 P407)

Creía pues, Martí, que la época necesitaba maduración, toma de conciencia, lucha pacífica y no aún formas violentas.

“No hay más que dos remedios” Y allí están los remedios a su lado: una mujer de terrible hermosura vestida de rojo, procura atraer la atención del trabajador, que le vuelve la espalda: es la revolución, recurso que sólo ha de tentarse cuando todos los demás han fracasado: del lado opuesto, otra mujer de belleza serena enseña la urna del voto al trabajador, que con el Monopolio encima se va hacia ella. ¡Oh! La paciencia es fácil a los poderosos: ¡Pero cuanto más meritoria no es en los infortunados! Estos son los héroes de ahora: los que doman sus pasiones.” (OC T10 P85)

Sin embargo, en ocasiones expresa sus dudas al respecto:

“este trance nuevo del hombre, del cual saldrá, como de todos los suyos, mejorado; esta entrada probablemente violenta, en un estado social amable y justiciero” (OC T11 P172)

“El mundo está en tránsito violento, de un estado social a otro” (OC T5 P109)

La lucha de clases se refiere en la obra martiana con una riqueza de matices y una belleza original y literaria que amplía su realidad y facilita su comprensión.

“¡Es la batalla de siempre! Todos los glotones de hoy, Don tierra y Don panza, contra los espíritus desinteresados y fervientes, sin mas sueldo que el placer de hacer bien, que es una sabrosísima paga” (OC T10 P393)

“¡Es la batalla de siempre! Todos los poderosos aliados con los que viven de sus migajas, contra los previsores, amigos de los débiles” (OC T10 P393)

“Estamos en plena lucha de capitalistas y obreros” (OC T9 P322)

“al alzamiento victorioso de la clase trabajadora en un partido nuevo que aprende en sus errores la manera de no volver a caer en ellos” (OC T11 P184)

“¿No es esta la batalla del mundo que los que lo edifican deben triunfar sobre los que lo explotan?” (OC T11 P345)

De paso, Martí señala una vez más su compromiso y adhesión a los pobres de la tierra.

“El trabajador que es aquí el Atlas se esta cansando de llevar a cuestas el mundo, y parece decidido a sacudírselo de los hombros, y buscar el modo de andar sin tantos sudores por la vida” (OC T11 P172)

Los análisis históricos son una constante en los escritos de Martí y una guía precisa de su filosofía de la sociedad, veamos:

“lo pasado es la raíz de lo presente” (OC T12 P302)

“¡Filosofía sin historia examinadora y concienzuda! ¿Como hemos de llegar al conocimiento de la humanidad futura y probable sin el conocimiento exacto de la humanidad presente y pasada” (OC T21 P75)

Y que nadie se equivoque, Martí no fue un soñador ni un idealista, ni un profeta. La economía ocupa en su pensamiento el lugar justo que le corresponde en la vida de los pueblos:

“En pueblos, como en hombres, la vida se cimienta sobre la satisfacción de las necesidades materiales.” (OC T6 P337)

“base cierta y única de todos los movimientos del país...sin la vida sólida económica es imposible todo progreso y toda seguridad en la nación” (OC T28 P34)

“Un país pobre vivirá siempre atormentado y en revueltas” (OC T9 P85)

Y para que no queden dudas acerca de las búsquedas martianas acerca de las ideas socialistas, veamos algunas citas al respecto tomadas de su obra:

“Socialismo.- Lo primero que hay que saber es de que clase de socialismo se trata, si de la Icaria cristiana de Cabet, o las visiones socráticas de Alcot, o el mutualismo de Prudhomme, o el familisterio de Guisa o el Colins-ismo de Bélgica o el de los jóvenes hegelianos de Alemania: - Aunque bien puede verse, ahondando un poco, que todos ellos convienen en una base general, el programa de nacionalizar la tierra y los elementos de producción” (OC T21 P386)

“No saben los nihilistas – movidos hoy a una por un objeto común – si – luego que se decidiera a su favor la gran catástrofe que esperan – se constituiría La Rusia conforme al colectivismo anárquico de Bakounine, a la asociación integral de Fourrier, al patriarcado tutelar de Comte, al comunismo de Marx o al banco de cambio de Pudhomme” (OC T21 P235)

Para terminar una frase, quizás oscura y en clave, pero que puede servir de orientación, Recuérdese la carta a Manuel Mercado, en la que le expresa que hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas:

“Hay una gran política universal, que esa sí es mía y la haré: la de las nuevas doctrinas” ((OC T7 P98).

Correos: liceadiaz@gmail.com y liceadiaz@yahoo.es





Esta nota ha sido leída aproximadamente 3939 veces.



Orlando Licea Díaz


Visite el perfil de Orlando Díaz para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Orlando Díaz

Orlando Díaz

Más artículos de este autor


Notas relacionadas

Revise artículos similares en la sección:
Ideología y Socialismo del Siglo XXI


Revise artículos similares en la sección:
Actualidad