El Arado y el Mar

Después del referéndum

El madurismo, con el referéndum, corrió la arruga de la crisis. El referéndum es una gigantesca operación de distracción y una pirueta peligrosa en las orillas de un enfrentamiento bélico. Debemos preguntarnos ¿cuál será la situación luego del 3 de diciembre? El madurismo intenta velar la terrible realidad, con rumba y referéndum, de esta manera tranquilizar a la masa y aumentar sus posibilidades electorales. Después del 3 de diciembre se verán los resultados de la artimaña.

La situación económica y sus consecuencias espirituales no mejorarán, al contrario, se profundizará el descontento con unos bonos y salarios que ni por asomo cubren lo mínimo de las aspiraciones navideñas, no alcanzan ni para media hallaca. Las navidades evidenciarán el desastre económico, serán un choque en la psiquis de la masa que sentirá el desamparo de un gobierno distante.

La inhabilitación de mariacoriana será un factor importante: si continúa inhabilitada el madurismo se enfrenta a los gringos y europeos, seguirá sancionada la cúpula, a la ineptitud de gobierno se sumarán las sanciones. Y, además, las elecciones pierden la capacidad de ser vía de escape al descontento popular. Si la habilita es un triunfo de mariacorina, de la derecha gringa, y se elevan sus posibilidades electorales; el madurismo quedará magullado, resentido, fraccionado.

El Esequibo pasará a otra instancia, más jurídica, perderá el poco poder movilizador. Quizá el gobierno, presionado por la campaña de propaganda, decida escalar el conflicto con acciones precipitadas, como se lo aconsejan el desespero y los aires bélicos que él cacareó. Su desprestigio aumentará.

Entonces, la realidad económica, la realidad de las elecciones, la realidad espiritual, el Esequibo, conforman un cuadro altamente explosivo, para después del referéndum y después de navidad. La crisis no encuentra vías de alivio, al contrario, se profundiza.

¿Qué hará el gobierno, qué pasará?

Alta es la probabilidad de que el gobierno tome el camino de la represión, refuerce su carácter dictatorial, arremeta contra las direcciones políticas y contra la masa rebelada. Alta es la probabilidad de que la masa acorralada por la situación económica y huérfana de dirección política, despojada de esperanza, estalle como en aquel 27 de febrero. Y esa situación de caos, de choque de una masa desesperada y un gobierno desmoralizado, forzará las medidas que no se tomaron oportunamente; entonces, el costo político, en sufrimiento de la masa, será muchísimo mayor.

El cuadro se está definiendo, se perfila difícil para todos, vienen días huracanados. El deber de los Revolucionarios, de los Chavistas, de los Justos, es dotar a la masa de una dirección política que le permita al país, a la masa, dirigir esa energía por caminos de construcción. Lo contrario, la masa sin conducción política revolucionaria, caerá en manos de la barbarie que brota en el desespero. Es ahora el momento de esa dirección, los cuadros chavistas deben agruparse y mostrarse a la opinión pública como un organismo, una organización que inspire confianza y respeto. Luego será tarde, la masa golpeada por el fracaso después del 3 de diciembre, después de las navidades, se replegará sobre sí misma durante un siglo…

¡VOLVER A CHÁVEZ!



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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