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Venezuela y Nicolás: ¿Pacto de Adviento?

"Comparto a todo el pueblo venezolano un hermoso mensaje de amor, fe y esperanza. ¡Feliz Navidad!", escribió el presidente Nicolás Maduro en su cuenta de Twitter.

En el mensaje colocó un video en el cual diversos cantantes interpretan villancicos representativos de esta época. Comparto a todo el pueblo venezolano un hermoso mensaje de amor, fe y esperanza. "La Navidad es el momento más hermoso del año, el momento en que se renueva la esperanza con la llegada del Niño Dios, y su mensaje de paz y de amor, porque siempre la luz vencerá a la oscuridad, siempre el canto le ganará a la tristeza", dice el presidente Maduro en el video.

"Por eso te deseo patria mía, patria amada, junto a mi familia, una Feliz Navidad llena de amor, un amor lleno de sueños y un feliz, próspero y victorioso año 2020. ¡Que viva Venezuela!". Fin de la cita. Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) Diciembre 9, 2019.

El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el domingo más próximo al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Son los cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la Epifanía. El término "Adviento" viene del latín adventus, que significa venida, llegada. El color usado en la liturgia de la Iglesia durante este tiempo es el morado. Con el Adviento comienza un nuevo año litúrgico en la Iglesia. El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor. Fin de la cita. ACI.

El nuevo año litúrgico se inicia con el tiempo de Adviento, cuatro semanas antes de la Navidad. Aun cuando el alicaído calor de la fiesta familiar y entrañable de la Navidad en Venezuela, se mantiene un clima de volver a restablecer la fe y la esperanza en nuestro país. Porque Adviento significa precisamente eso: "La Esperanza".

En la Venezuela actual del año 2019 del siglo XXI la esperanza es algo muy difícil y fatigoso. Más bien se respira demasiada resignación, desengaño, frustración y desesperación. Debido a esta espantosa crisis económica que vivimos, que se torna muy grave y persistente de lo que parecía en sus inicios hiperinflacionarios.

Son cada día más fuertes los latigazos por el incremento del alto costo de la vida, las voces de los sobrevivientes del hambre, nos ayudan a ver que la crisis no es tan sólo financiera o económica, sino también una crisis de valores, una crisis moral. El venezolano ha de saber que sus valores no son los del siglo XX en democracia, y que ha sido obligado a vivir su fe entre contrariedades y luchas.

Adviento es tiempo de esperanza hoy, y en medio del mundo que mira nuestra tragedia. El Señor nos observa continuamente. En la celebración litúrgica del Adviento conviven tres proyecciones históricas: las historias del pasado en Belén cuando el Hijo de Dios plantó su carpa en medio de nosotros, el misterio de la Navidad que se actualiza en el presente, y la anticipación del futuro. Todo esto Fundamentado en la fe, de un Salvador que ya vino, vivimos ahora en el amor, de aquel que por nosotros se hizo hombre, y estará siempre con nosotros, viviendo la esperanza de que Cristo volverá a dar plenitud a su redención. Ante todo esto, es que las oraciones de la Iglesia, sobre todo en este tiempo de Adviento, derraman esperanzas. Y sobre todo en todas las celebraciones de la Eucaristía, cuando Jesús vuelve a nacer en el altar, le decimos: "Venid a nosotros, Señor Jesús".

Celebramos este año el ciclo litúrgico con el grito de Isaías que nos invita a reconocer y a vivir la primacía de Dios en medio de este tiempo de crisis, también de crisis religiosa.

Isaías, tan realista, no es el profeta de las calamidades, ya que confía totalmente en Dios, y por eso confiesa siempre esperanzado: "Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla, y tú el alfarero; somos todos obra de tu mano".

La iglesia recomienda, como lectura espiritual para este tiempo de Adviento, la segunda encíclica de nuestro Santo Padre, dedicada precisamente a la esperanza cristiana. Cuyo título, citando a San Pablo, es Salvados en esperanza: quien no conoce a Dios, aunque tenga muchas esperanzas, está en el fondo sin esperanza, sin la gran esperanza que sostiene toda la vida. La verdadera, la gran esperanza del pueblo venezolano que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos continúa amando hasta el extremo, hasta el cumplimiento total.

Por eso estamos celebrando el tiempo litúrgico de Adviento. Este tiempo mira al pasado, al presente y al futuro. Mira, en primer lugar, al pasado: Jesús, el Mesías anunciado por los profetas y esperado por el pueblo de Israel, ya ha venido en la debilidad de nuestra carne; el Adviento nos prepara para celebrar con gozo la Navidad, la primera venida, y la entrada en nuestra historia del Hijo de Dios, su primera venida en Belén hace dos mil años. El Adviento mira también al futuro, hacia la segunda venida de Jesucristo en gloria y majestad al final de los tiempos en que llevará a total cumplimiento su obra de salvación, y reconciliación de toda la creación. Pero el Adviento mira además al presente. Se trata de un presente continuo, es decir, de una acción que está ocurriendo constantemente. En todo momento Dios viene a nosotros.

En nuestra condición de peregrinos en esta vida, la vigilancia y la esperanza son pilares imprescindibles de la Iglesia, y de cada uno de sus fieles. La esperanza en el triunfo definitivo de Cristo nos ayuda a avivar nuestra fe en la vida eterna y en la resurrección de la carne, y, además, a no perder la paz ante las insidias de los poderes de esta Venezuela en crisis. El venezolano de hoy busca ansiosamente la felicidad, que hasta el momento a estado tentado de buscarla lejos de Dios. Por ese camino cada vez se siente más lejos de la felicidad anhelada. En Jesucristo es donde el hombre y la mujer descubren su verdadera imagen, su verdadero origen y destino, su pertenencia a un mundo nuevo. Dios viene para todos. Dejémonos encontrar por el Señor.

"Queridos administradores y publico lector nacional e internacional de www.aporrea.org no quiero despedir este año sin agradecerles antes por compartir tantas jornadas de lecturas. A todos: ¡Les deseo una Feliz Navidad, y un Próspero Año Nuevo 2020!"



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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