Mi propuesta de "preámbulo" para la nueva constitución

El actual Preámbulo de la aún vigente Carta Magna de 1999 tiene 214 palabras, y fue pensado y magistralmente redactado por nuestro poeta más querido, abogado, constituyentista y profesor universitario Gustavo Pereira, un margariteño de talla universal. El pueblo venezolano (y aún quienes traicionan la Constitución y la Patria, mediante juegos perversos con la potencia del Norte, en su función de lacayos y terroristas internos) sabe de las bondades de esas ideas sumarias, que en definitiva ponen en nuestras manos las bases para consolidar un Estado moderno, cuyo fin supremo debe ser la democracia participativa y protagónica, socialista y comunal. Sin embargo, un sector minoritario se ha burlado de estos presupuestos supremos, y ha asumido la quema de seres vivos mediante el odio, la violencia, el racismo, la xenofobia y el terrorismo más despreciable, como su praxis política, y no la que ha debido ser una lucha de ideas y debates de intereses y posturas, mediante un clima de tolerancia y civilidad, de paz y de respeto mutuo. Por ello, la Nueva Constitución debe establecer, desde su nuevo Preámbulo, líneas precisas que consagren el orden y la inviolabilidad territorial y gubernamental, en toda su amplitud, incluyendo el propio ejercicio político.

De ahí, que las siguientes 447 palabras redactadas por este humilde servidor, puedan contener parte de esa necesaria orientación que nos permita corregir tan caros valores de la democracia y de nuestra esencia ciudadana, tan maltratada hoy, y tan amenazada, por elementos internos y externos, no sólo de corte imperial, sino por otros tipos de injerencias político-ideológicas; así vengan éstas de otras naciones bolivarianas, caribeñas, latinoamericanas, asiáticas, europeas o norteamericanas, cuyos intereses residen en la apropiación de los recursos energéticos estratégicos que posee la República Bolivariana de Venezuela, sus bienes tangibles e intangibles, su patrimonio material e inmaterial, cuya defensa y consagración deben blindarse en la nueva Carta Magna.

Con el respeto que se merezcan Cuba y China, Rusia e Irán, Colombia y Bolivia, Perú y Ecuador, y demás naciones del mundo, la República Bolivariana de Venezuela sólo debe sustentar sus principios de nación independiente en el pensamiento y la acción bolivariana, es decir, la que adviene del Padre de la Patria Simón Bolívar; y sólo esa, ninguna otra, porque como dice el maestro y poeta amigo Lubio Cardozo, "Bolívar es lo único que tenemos y Bolívar es nuestra esencia de país, de nación y de pueblo". Por ello, el nuevo concepto de Constitución debe dejar al margen toda injerencia política externa, sin excepciones de naciones, por cercanas que sean a nuestras fronteras, creencias e ideologías, porque sólo la esencia del pensamiento bolivariano, y no otro, debe regir los destinos de la patria. Por último, agradezco las pertinentes observaciones aportadas por mi amigo poeta Arturo Mora Morales, de Mérida.

ESTE ES EL PREÁMBULO QUE PROPONGO ANTE LA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE 2017

La República Bolivariana de Venezuela, en ejercicio de su soberanía intransferible e invulnerable, así como de su identidad patria, su honor, su gloria e independencia inviolable y suprema; invoca los poderes creadores del pueblo y la protección de Dios, los valores morales y éticos del Padre Libertador Simón Bolívar, cuyo heroísmo y sacrificio junto a otros héroes nacionales y nuestros antepasados aborígenes, nos legaron una ideología sustancial para preservar nuestra nación libre y soberana, refundada en el Siglo XXI; dentro de un espíritu de pleno ejercicio democrático, representado de manera participativa y protagónica , socialista y comunal, por nuestros actores políticos y ciudadanos, y la unión cívico-militar, respetando la diversidad pluricultural y multiétnica que nos caracteriza, sin subordinación alguna, bajo el principio de autodeterminación de los pueblos; en un Estado de justicia absoluta e inclusión social, para el fiel cumplimiento de los deberes y derechos establecidos en la jurisprudencia del país; asegurando el derecho a la vida, al trabajo, a la familia, a la propiedad legítima, al crecimiento personal, a la educación libre y gratuita en todos los subsistemas de enseñanza-aprendizaje, sin discriminación de ninguna naturaleza por edad, sexo, color, religión o ideología política; con la garantía universal de los derechos humanos elementales; salvaguardando la convivencia pacífica conforme a las leyes; consagrando y defendiendo los valores de la libertad ante todo dominio imperial, el terrorismo y las injerencias internas y externas, directas o encubiertas, conforme a nuestras leyes; así como su autonomía territorial, gubernamental, económica, política, cultural, educativa, recreativa, científica y tecnológica; preservando la paz en toda su amplitud y alcance y la solidaridad como escenario de cooperación recíproca para el bien común; promoviendo igualmente la cooperación pacífica entre las naciones; consolidando la unión Nuestra Americana contra toda intervención militar e imposturas contraculturales foráneas, amenazas de guerra o ejercicios nucleares o similares, daños ecológicos y patrimoniales, medioambientales y bióticos; así como en defensa de las riquezas comprobadas y comprobables de tipo orgánicas e inorgánicas, y minerales presentes en nuestros suelos y subsuelos, áreas acuíferas y marítimas, por ser estratégicas para el desarrollo autosustentable y soberano de Estado; contribuyendo al equilibrio sostenible de la humanidad ante el deterioro global del planeta; haciendo prevalecer el poder originario del pueblo y el pensamiento bolivariano, por medio de la práctica ordinaria o extraordinaria, volitiva, irrebatible y terminante del ejercicio del voto universal, libre y secreto en elecciones, referendos o en ejercicio del poder constituyente, para consolidar su incuestionable acción en defensa de la integridad territorial y la soberanía nacional, mediante la praxis ética y moral destinada a establecer la justicia y certeza jurídica del derecho, así como combatir todo acto de injusticia, corrupción, desacato, deslealtad y traición a la Patria, Decreta:



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José Pérez

Profesor Universitario. Investigador, poeta y narrador. Licenciado en Letras. Doctor en Filología Hispánica. Columnista de opinión y articulista de prensa desde 1983. Autor de los libros Cosmovisión del somari, Pájaro de mar por tiera, Como ojo de pez, En canto de Guanipa, Páginas de abordo, Fombona rugido de tigre, entre otros. Galardonado en 14 certámenes literarios.

 elpoetajotape@gmail.com

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