La Libertad y la Igualdad

Amamos igualmente la libertad y la igualdad; no las concibo divididas; las creo, no condiciones, esencias de la justicia. Pero separadlas y dadme a elegir una de las dos: yo opto por las dos.

No conozco un monstruo más terrible que un gobierno arbitrario. Un tigre puede rasgarnos las carnes: el despotismo desgarra la conciencia. Pero es necesario comprender que la libertad no es un don gratuito y un objeto de juego y de lujo: se obtiene con una grande madurez de juicio, y se consolida con una grande severidad de costumbres. Los pequeños sacrificios que pueda exigir en la comunidad, se compensan sobradamente con esa dignidad tan necesaria para los pueblos y tan satisfactoria como la voz de la conciencia tranquila y virtuosa para los individuos.

Una idea absorbe en tales términos la vida, que no deja espacio al corazón para pervertirse, ni tiempo material a la voluntad para ocuparse en el mal. El placer infinito del trabajo, de la elaboración lenta de una obra, de las continuas contemplaciones de esos tipos que vagan en la mente, quita en verdad todo gusto por las vagas pasiones de la materia. Así, la libertad y la igualdad hallan su contrapeso natural en la rigidez de las costumbres, que se impone sin necesidad de leyes, ni autoridades, por la fuerza social. Es dificilísimo explicar esta idea a los hombres y mujeres habituados(as) a vivir en despotismo. Las ideas más contrarias batallarán en sus cabezas y saldrán a borbotones de su oratoria.

La libertad y el despotismo no es la Bacante que imaginan los reaccionarios del mundo. Se miran desde el principio de los tiempos allí cara a cara, se acercan cual si quisieran abrazarse, y casi nunca se comprenden. Es el uno el mundo de lo infinito, de la religión, del despotismo, de la casta, de la fatalidad. Es el otro el mundo de lo infinito, de la filosofía, de la democracia, de la libertad, de la igualdad, del socialismo. Podemos padecer, pelear, morir por ella, seguros de que los tiempos por venir recogerán el fruto de todos estos sacrificios. Nuestras ideas se confunden casi con las palabras que la Patria ha puesto en nuestros labios.

Pero cuando queráis buscar la leyenda del pasado, lo que todos hemos pensado, lo que todos hemos sentido; nuestros desfallecimientos morales, nuestras cóleras en las cadenas; las esperanzas que hemos concebido por los orgullosos triunfos sobre la materia; como imaginamos la sociedad y como nos proponemos reformarla; nuestra concepción de las diversas épocas de la historia, nuestra idea del progreso, a tanta costa escrito con la sangre de todo el pueblo; nuestras dudas, nuestros temores y nuestra fe servida con la exaltación del martirio; deseamos, anhelamos marchar entre gentes con las cuales tenemos esa comunidad de origen, de sangre, de lenguaje, de vida, que constituye el ser de nuestra

Patria, dilatación de nuestro propio ser.
¡Gringos Go Home! ¡Libertad para los antiterroristas cubanos Héroes de la Humanidad!
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!
¡Patria Socialista o muerte!
¡Venceremos!


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Manuel Taibo


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