¡Qué regaladera tan sabrosa!

¡Y, quién no! Sí así llueve que nunca escampe que el petróleo da para
todo y, no para todos. A menos que se meta a deportista y salga fuera
de Venezuela a jugárselas como buen atleta en busca de medallas que
cada una de ellas tiene un buen precio con carro último modelo
incluído y, así quién no se esmera en competir, sí será galardonado
por el Gobierno, aunque hay un problema discriminatorio, porque si
todos compiten con su mejor esfuerzo y preparación que también se lo
paga el Estado al igual que otros gastos, pero por ello a unos (as) se
le dé más que a otros (as) dentro del socialismo nuestro si todos se
entregan de lleno en su actividad deportiva por lograr estar en el
podio.

Pantoño, fue el primero que puso de moda el solicitar, aunque el
boxeaba por su cuenta para Rafito Cedeño, que lo premiaran o, que le
reconocieran su valentía de entrarse a golpes en un cuadrilátero con
cualquier contrincante de su mismo peso y, con ese apetito de
reconocimiento por el Estado, quería que le dieran una casita a su
maíta y, no se le ocurrió pedir su carrito, aunque para ese entonces,
teníamos un gobierno neoliberal que no le aflojaba nada a los pobres,
ya que los dólares del petróleo se compartían entre los corruptos del
gobierno y la oligarquía.

Si el que no quiere estudiar, pensando que al graduarse no va a
conseguir trabajo y si lo consigue va a ganar miseria, lo más seguro
para muchos, que más bien eso le va a permitir vivir empeñado, para
ponerse en la vivienda de la misión vivienda posiblemente, y en el
carrito, si es que le queda para comer y mantener a quien tenga que
mantener y, en vez de malandrearse o irse para Miami a idiotizarse, acá
tiene el camino de su vida abierto de orilla a orilla en este país y,
en su revolución y, sin pensarlo dos veces tiene que meterse a
deportista y, mandado hecho, que si se va por el béisbol o el fútbol
lo espera una fortuna que nunca en bolívares podrá contar que como
beisbolista amateur irá al Norte y, si es futbolista vinotinto, le
sale Europa y, si no le gustan esas dos opciones y, coge otra carrera
deportiva lo esperan las preseas, por una parte, como su exaltación a
la fama y, después sin mucho apuro logrará, vivienda, carro y, lo que
se le ocurra pedir que le sale honesta y dignamente como gloria
nacional e internacional que será que, plata es lo más que hay, pero
los problemas existenciales y de servicios están a la orden del día,
para los malos pobres, pero eso es materia de apremio ahora que sino
llegan los fascistas al poder se solucionarán algún día y, más que
todo las odiosas colas.

Mire Ud que conseguir actualmente un carrito no es nada fácil, por
escasos en el mercado y caros por demás y, sino me cree salga a buscar
uno que ya no están llegando a las concesionarias y, si llegan ya
tienen dueño que nunca se sabrá quiénes son y, lo otro es que son
desviados hacia las mafias para venderlos a como a ellos les dé la
gana y, como comprador habrá, porque siempre se venderá a lo que
pidan.

¿Entonces qué espera para ingresar a la lista de futuros deportistas
en busca de fama o rango mundial? Que su único interés es luchar por
las medallas honoríficas que resalte y magnifique el país, aunque
Colombia siempre suma más triunfos que nosotros, entre otros.

Pero, eso qué importa, se hace lo que se pueda, y. Sí. ¡Así, así es
que se gobierna!

Y, que conste que no estoy criticando, sino alabando lo que se hace
por la salud deportiva de la Nación, aunque se olvidaron de darles
a cada uno su tableta electrónica.

O, es qué acaso nuestros laureados deportistas no tienen derecho a
ellas, universitarios o no.



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Esteban Rojas


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