Eusebio “Petit”

Alguien dijo que los revolucionarios incluso después de muertos son útiles, porque entonces se hacían consigna y bandera, esta reflexión, hermosa y objetiva, es especialmente cierta en el caso del inolvidable camarada Eusebio Henríquez Quero, mejor conocido como Petit; quien desapareció físicamente hace hoy exactamente un año pero que con su ejemplo sigue iluminando el camino de quienes tuvimos la fortuna de conocerle.

Al momento de su fallecimiento se desempeñaba como presidente del Comité Regional del PCV en el estado Bolívar y pocas horas antes estuvo, como siempre, cumpliendo con sus tareas revolucionarias; fue este grande hombre ejemplo de lucha, constancia y amor por la clase obrera y por la revolución a la cual se sumó desde muy joven allá en su natal Falcón al hacerse militante del Partido Comunista.

Sin lugar a dudas que Petit deja un importante legado para todos los hombres y todas las mujeres que hoy abrazan la posibilidad de hacer de Venezuela una patria socialista, fue un militante ejemplar que con su vida hacia realidad aquello del Che cuando dijo que la revolución se llevaba en el corazón para morir por ella y no en los labios para vivir de ella; Eusebio con su vida austera, metodológica, organizada y siempre empleada en función del objetivo supremo: hacer la revolución, fue la materialización diaria de esta reflexión del Che.

Recuerdo con especial emoción cuando en muchas tardes tuve la oportunidad de entablar largas discusiones ideológicas con este ejemplar camarada, Petit era un pedagogo del Marxismo-Leninismo por sus amplios conocimientos teóricos y sus innumerables experiencias prácticas; su dominio de la actualidad política nacional e internacional y su profundo conocimiento de las más pequeñas anécdotas históricas tanto del PCV como de todo el movimiento revolucionario venezolano hacían de él una escuela “ambulante”; su inquebrantable decisión y firmeza lo llevaban siempre a ser el primero en llegar a cualquier actividad y generalmente a ser el último en retirarse, esa actitud llena de optimismo y de constancia por la revolución, nos llevó en muchas oportunidades a decir que Petit era el más joven de los comunistas en el estado porque a pesar de su larga edad nunca escuchamos a este camarada quejarse por cansancio, por horarios ni por nada.

Hombres (y mujeres también), como Petit son los que necesita cada día el proceso revolucionario, no solo por sus inquebrantables valores revolucionarios, por su abnegada dedicación a la más noble de las causas: la liberación social, sino por su enorme formación y firmeza ideológica, por su responsabilidad, por su desprendimiento y sobre todo por su constancia.

Petit ya se hizo consigna y bandera. Petit: Presente y siempre consecuente!

P.S Hace pocos días dejó de existir físicamente otro comunista ejemplar, me refiero al escritor José Saramago a quien rendimos tributo por sus aportes en la lucha por un mundo mejor.



Militante del PCV

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Edgar Meléndez


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