Docente curioso y participativo no es docente ideologizado e ideologizante, sino un verdadero revolucionario

Uno de los desaciertos que tienen los docentes, en su mayoría y a cualquier nivel, es que casi nada los motiva a investigar la causal de los hechos. Platón y Aristóteles señalaron con acierto que en la base del conocimiento está la curiosidad. Es decir primero es la curiosidad y luego el conocimiento. La inquietud por los problemas genera pasión y sin ella la profesión docente es una rutina regularizada, que no recrea, que no contribuye al desarrollo tanto material, ético y espiritual, y no alegra la vida. Así como han asumido la formación y el desarrollo de su profesión, pocos son felices y están, mucho más ahora que antes, pendientes de que suene el timbre o que se acabe la clase. Por otro lado son profesionales que planifican en solitario (si lo hacen) y poco reflexionan. Trabajar en el diseño de clases en forma grupal es un gran reto por el peso cultural que impone el modelo socialista que se basa en la superación de la comunidad antes que de la individualidad. Y mucho menos se reflexiona en grupo sobre los aciertos y desaciertos de nuestra práctica educativa. Por ello la gran pregunta es ¿Cómo es posible que el sistema educativo se mantenga inamovible a pesar del vertiginoso avance de la ciencia y la tecnología y del deplorable deterioro ético y moral de la sociedad, así como del avance casi indetenible de la destrucción ambiental? Una de las razones es la de no haberle permitido a la curiosidad investigativa que ingrese a la escuela. Como decía alguien, podemos envejecer para todo, menos para la curiosidad, que es la base de una profesión y una vida más productiva y más feliz.

Los profesores, cualquiera sea el nivel o modalidad de la enseñanza en la cual desarrollen su tarea, deben poder comprender e intervenir como ciudadanos productivos en el mundo en que viven. La Actitud social de rechazo a la incorporación de miembros ajenos al propio grupo (endogamia) en las escuelas y las instituciones de formación no favorece la interacción con otros ámbitos, ni la posibilidad de plantearse preguntas o ensayar respuestas más allá del espacio comunitario y temporal de las escuelas.

Esto implica que un desafío para la formación de los docentes, es ampliar el horizonte cultural, prever tiempos y espacios diversos destinados a recuperar y a darle diferentes significados a formas abiertas de ver el mundo. Conocer más de cerca, por ejemplo, los procesos productivos ligados a su tarea académica, participar junto con las comunidades externas a la institución en la búsqueda de soluciones a los problemas institucionales y sociales del entorno académico, así como también ampliar su rol profesional como respuesta a la utilización de las tecnologías de la información y comunicación en el aula y en el ámbito comunitario y escolar.

Uno de los propósitos de la nueva Ley orgánica de Educación es el de abordar este tema complejo y de ir encontrando algunas respuestas con la finalidad de recuperar la práctica docente como objeto de formación y como espacio privilegiado de aprendizaje y reflexión, para la integración e inmersión plena del docente en la consecución de soluciones a los eternos problemas de la sociedad.


enmanuel1@cantv.net


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Luis Daza


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