Socialismo y Universidad

El siguiente trabajo es una reflexión que intenta definir el rumbo de la Educación Superior en Venezuela dentro del Proceso de transformación revolucionaria que vive nuestra patria, con el pretendemos hacer un modesto aporte para generar un gran debate colectivo, honesto y democrático que contribuya a esa hermosa labor que es soñar una sociedad libre, justa y armónica, que deseche las lacras del caduco sistema capitalista.

En tal sentido hacemos nuestra la frase del gran teórico Marxista Francés Luis Althuser cuando dice… “No hay praxis revolucionaria sin teoría, ni teoría revolucionaria sin praxis”. Nos resulta evidente la profundidad de este pensamiento del Filósofo Galo, en el sentido que creemos que los Universitarios debemos jugar un papel fundamental dentro de este proceso de cambios y en la generación de su teoría.

Se puede afirmar sin ninguna duda que la Universidad como Institución nace en la Edad Media y desde su aparición, representa un baluarte de la libertad, en un mundo de opresión e ignorancia como lo fue el Feudalismo. Los antecedente de la Universidad los podemos encontrar en la civilización Griega, debido a que en esta sociedad esclavista, las élites dominantes aprovecharon la libertad que brinda el ocio y la opulencia (fundada en el trabajo gratis del esclavo) para echar las bases del pensamiento racional moderno en áreas como la biología, la física, las matemáticas, la ética, el derecho, etc. Sin embargo resulta sorprendente como ese esfuerzo intelectual tan elevado que se tradujo en libros, bibliotecas y escuelas filosóficas, no se llegase a concretar en una sola institución capaz de unificar todos los conocimientos. Pero sea en sus antecedentes griegos o en la Edad Media, lo resaltantes es que el concepto de Universidad como generalización o universalidad del conocimiento solo es posible dentro de un ambiente de libertad que en el primer caso aseguraban las élites esclavistas Griegas y en la Edad Media las castas eclesiásticas Católicas. Es de hacer notar que a pesar de ser las universidades o escuelas de pensamiento auspiciadas por las clases dominantes, era tal el clima de libertad que se respiraba en ellas que surgieron tendencias cuestionadoras del orden establecido, como en el caso de los Cínicos en Grecia, quienes negaron el oligárquico modelo de la Ciudad Estado creando el concepto de humanidad usado por Alejandro Magno en su conquista, o pensadores como Galileo Galilei que negaron en la Edad Media el esquema Aristotélico terracentrista de armonía astronómica, sustentado por la jerarquía eclesiástica donde el Papa por analogía planetaria representaba al igual que la tierra el centro del universo del poder social. Es decir podemos afirmar como corolario que una vanguardia intelectual vigorosa, es capaz de revisarse a si misma y cuestionarse más allá de los intereses y relaciones sociales de producción que la sustentan.

Otro paso importante dentro de la historia la Institución Universitaria que a grandes rasgos esbozamos en este trabajo, lo representa en lo social, la revolución burguesa francesa con su carga progresista de derechos humanos, y en lo científico, por los acelerados avances que se dieron en las ciencias naturales y sociales entre los siglos XVII, XVIII, IX, XX. La Revolución Francesa acrisolada en el imperio, introduce con Napoleón las reformas que hoy subsisten en la Universidad y que reproducen en esta institución la rígida, vetusta y vertical estructura que hoy la caracteriza; por otra parte el raudo desarrollo de la ciencias, obligo a la especialización o división del trabajo intelectual por facultades.

Sirva esta breve síntesis histórica de la Institución Universitaria para concluir a riesgo de parecer esquemáticos los siguientes aspectos:

1. Todo proceso de educación Universitario es auspiciado por una clase social específica, como los esclavistas de Grecia, las castas eclesiásticas del Feudalismo o la burguesía y su Estado totalitario de la Francia Napoleónica y de la Alemania de Bismark.

2. El ámbito de la Universidad o del conocimiento Universal es y no puede ser de otra manera que esencialmente libre.

3. El producto de una educación Universitaria de calidad es un hombre nuevo capaz de analizar críticamente su sociedad, incluso cuestionándola para vislumbrar nuevas utopías.

4. Las formas organizativas de la Universidad a lo largo de la historia, han devenido de estructuras organizacionales horizontales (Grecia) a estructuras rígidas y verticales (Universidad Napoleónica).

Se trata entonces como tarea esencial del intelectual, construir y pensar la Universidad del Socialismo (tal ves seria mejor reordenar los términos dialécticamente y utilizarlos como construir-pensando ó pensar-construyendo). Tal labor nos lleva insoslayablemente a referirnos a la sociedad socialista que se desea, debido a que toda estructura social genera su superestructura ideológica que en este caso lo constituye la Universidad.

Pensamos que el nuevo socialismo debe nutrirse en las experiencias del pasado, para tomar de ellas lo positivo y desechar los errores que se cometieron específicamente en le Europa del Este con el llamado “Socialismo Real”. Es de hacer notar que fueron muchos sus aspectos positivos, entre ellos el hecho de transformar a Rusia en solo cincuenta años de la Nación feudal mas atrasada de Europa con millones de campesinos desnutridos y analfabetos, en una potencia como la gran Unión Soviética, desarrollada en lo social, científico, deportivo, militar, etc. A pesar de los enemigos internos y externos (invasión nazi) que la asediaron. Sin embargo dentro del bloque soviético se cometieron errores graves que no enumeraremos aquí donde solo mencionaremos lo que a nuestro juicio fue el talón de Aquiles de esta Revolución, que sin duda alguna fue la presencia de un Súper Estado omnipresente y represivo que anuló la participación del ciudadano en el proceso de decidir su destino. Parafraseando a Eduardo Galiano al comparar el llamado “Socialismo Real” con la “opulenta” sociedad estadounidense, dice el escritor Uruguayo que en la primera se sacrificó la libertad en aras de la justicia social mientras que en la segunda se sacrifica la justicia social en pro de una mal entendida libertad. En todo caso estamos convencidos que el Socialismo debe ser aquella sociedad donde la justicia o igualdad social sea el resultado de una construcción colectiva, producto de un intenso y permanente debate entre la sociedad civil, más allá de los esporádicos y periódicos actos referendarios de las democracias burguesas, donde el Estado Socialista consciente de su propia auto negación en su avance hacia la etapa de una Sociedad Comunista oriente y estimule el ejercicio de la libertad entre las clases transformadoras.


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César José Burelli

Economista. Maestría en Relaciones Internacionales. Subdirector de Cultura UNESR. Profesor de la UNEFA, Universidad Pedagógica de Caracas.

 joseburelli@hotmail.com

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