La mercantilización en general se refiere a la transformación de un bien o servicio en una mercancía. Antes se mercantilizaba también a las personas y se le llamaba esclavitud, lo cual está prácticamente desaparecida, ahora es el trabajo el que se encuentra mercantilizado y la persona es libre, dentro de la libertad que ofrecen las condiciones de supervivencia de la sociedad.
Como consecuencia del desarrollo histórico de las sociedades el trabajo y las relaciones laborales que ello conlleva se van transformando llegando al actual estado donde se puede comprar y vender en el mercado, esperando obtener el comprador un beneficio económico y el vendedor, ósea el trabajador, obtener su supervivencia.
Esta mercantilización genera una división social, los que viven de su trabajo por el cual obtienen un ingreso en términos de sueldos o salarios y los que viven del trabajo de los demás, que son los empleadores, con el estado en una situación aparte. Con la mercantilización el trabajo se convierte en algo objetivo, evaluado, medido, mientras que para el trabajador y su familia sigue siendo algo subjetivo, personal.
Antes de la actual era digital que es prácticamente toda la historia humana hasta hace máximo, unos 25 años, el trabajo se centraba principalmente en la fuerza física y las habilidades manuales o intelectuales, con mercados laborales geográficamente delimitados y socialmente definidos. Bajo esta lógica se crearon los sindicatos.
La Revolución Industrial inicia una modificación al incluir en el proceso de trabajo grandes sistemas de máquinas sin las cuales no se puede realizar el trabajo. Hay que señalar que también esto generó una especialización empobrecedora de la producción internacional, entre países sin máquinas y países dueños o creadores de máquinas. Venezuela se mantiene en la primera categoría y se ve difícil que pueda pasar a la segunda.
Claro situación plantea disyuntivas o complejidades para el desarrollo si no se conciben en su unidad ¿priorizo la inversión en lo objetivo o en lo subjetivo? ¿Al ser humano o a la máquina?.
Con la era digital se expande esta lógica, abarcando habilidades intelectuales, creativas y la propia atención, desdibujando fronteras y creando nuevos mercados y mediaciones entre el trabajo y el trabajador y sus productos, pues además de las máquinas aparecen las plataformas digitales y su producto más nuevo, la Inteligencia Artificial.
Es así como con la era digital se ha transformado radicalmente la forma en que concebimos y experimentamos el trabajo, que ahora se extiende a esferas antes menos expuestas a la lógica del mercado.
Uno de los pilares de esta nueva mercantilización es la proliferación de plataformas digitales que actúan como intermediarios entre quienes ofrecen servicios y quienes los demandan. Desde el freelancing en diseño gráfico y programación hasta la entrega de comida y el transporte de pasajeros, las plataformas han fragmentado tareas complejas en micro-trabajos y han facilitado la contratación bajo demanda.
Han aparecido nuevas formas de explotación no atendidas por las legislaciones laborales, como son la economía Gig, trabajos temporales en plataformas digitales, el Teletrabajo, o trabajo a distancia, Micro tareas, tareas pequeñas y repetitivas que se ofrecen a través de plataformas digitales, son solo algunas actividades sin legislación laboral. La tecnología va más rápido que la Ley.
El trabajador, a menudo clasificado como autónomo o colaborador independiente, se ve compelido a competir en un mercado, donde el precio y la disponibilidad inmediata se convierten en factores determinantes. Es necesario tener un equipo, teléfono o computadora pero no se te paga por ello.
La abundancia de oferta en muchas áreas y la transparencia de precios en las plataformas pueden generar una "carrera hacia el fondo", donde los trabajadores se ven obligados a aceptar tarifas cada vez más bajas para asegurar encargos. La falta de protecciones laborales tradicionales, como salarios mínimos, beneficios de salud o seguridad social, se convierte en una característica común de este nuevo panorama laboral.
No hay que olvidar que todos los usuarios digitales tambien tienden a ser mercantilizados, sutilmente, así la "economía de la atención" convierte la actividad en línea, los "likes", los comentarios y la generación de contenido en datos valiosos que se venden a anunciantes y empresas. Los individuos, a menudo sin plena conciencia de ello, contribuyen con su tiempo y su actividad digital a la creación de valor que es apropiado y monetizado por las plataformas. Ni siquiera pagan impuestos.
El binomio tradicional empleador-empleado se esfuma en un entramado complejo de algoritmos, plataformas y usuarios, que dificulta la rendición de cuentas y la aplicación de estándares laborales, creando desafíos para la regulación y la protección de los derechos de los trabajadores en este nuevo entorno.
Si Venezuela quiere ser vanguardia de los trabajadores debemos comprender estas dinámicas para diseñar políticas que permitan aprovechar los beneficios de la tecnología al tiempo que se mitigan sus posibles consecuencias negativas al trabajador.
Oscar Rodríguez Estrada 28 de abril de 2025