Los inocentitos procesados “por pensar diferente”

El terrible Jhony era un delincuente de mi pueblo que pensaba diferente a la mayoría. Estaba convencido de que para que una mujer fuese suya, sólo bastaba con que él así lo deseara. Por decenas se cuentan las mujeres víctimas de la violación del degenerado, y no fueron pocos los niños que corrieron la misma suerte.

Los bienes de los demás, sólo podían ser conservados; mientras que Jhony no “les pusiera el ojo”. Era sin lugar a dudas un hombre que pensaba diferente. Los bienes públicos y los privados eran la misma cosa para el terrible, eran objetos que podían pasar a sus manos si se elaboraba un buen plan.

Nunca aceptó Jhony la culpabilidad de ningún delito, pues el problema radicaba en que los jueces veían las cosas desde un punto de vista y él, definitivamente, pensaba diferente.

Estos recuerdos, nada agradables por cierto, vienen a mi mente al ver la campaña con la cual los medios de comunicación de la oposición, pretenden mostrarnos a unos vulgares delincuentes, como perseguidos políticos del gobierno, partiendo de la misma posición que asumía el terrible Jhony.

Como “procesados por pensar diferente” nos muestran los medios a personajes de la catadura de Manuel Rosales, Lázaro Forero, Iván Simonovis, Mazuco, Nixon Moreno, Julio Rivas, Richard Blanco, Gustavo Azocar y algunos otros que conforman ese grupo de maleantes que ha cometido cuanto delito se les ha ocurrido en los últimos tres años.

Ordenar el asesinato de inocentes como hicieron Vivas, Forero y Simonovis en aquellos días de abril de 2002, no es delito según los medios de la oposición; simplemente es una manera diferente de pensar.

Tampoco lo es abalear un policía e intentar violar a una dama como hizo el aberrado de Nixon. Ese acto es la más clara demostración de que no existe un pensamiento único.

Estafar como lo hizo Azocar, asesinar al estilo de Mazuco, robar como el filósofo Maracucho o herir policías al estilo de Blanco y Rivas dejaron de ser delitos (según los medios) para transformarse en demostraciones de que se piensa diferente.

¡Claro que piensan diferente! y claro, también, es que actúan diferente. ¿Acaso no pensaba y actuaba diferente el terrible Jhony?

Piensan diferente porque son aberrados; piensan diferente porque así no piensa y actúa la mayoría de los venezolanos.

Ahora, siempre habrá quienes piensen como el terrible Jhony y como estos sujetos, pero no porque sean respaldados por unos medios que hace rato se prostituyeron, pueden dejar de ser procesados y encarcelados.





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Alexis Arellano


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