Comprender el momento

Una vez más las decisiones tomadas por el Comandante Hugo Chávez han agarrado fuera de base a tirios y troyanos. No es la primera vez que ello ocurre, a lo largo de su accionar político y militar Chávez ha debido enfrentar situaciones límite, donde siempre ha tenido que tomar decisiones valientes y desconcertantes, que el tiempo ha ratificado como las mejores y más inteligentes opciones. Lo hizo el 04 de febrero de 1992, cuando asumió la derrota militar y se entregó a unas Fuerzas Armadas comandadas por asesinos genocidas. Esa decisión le valió la simpatía y el respeto de su pueblo y luego le permitiría hacerse del poder por la vía democrática. Varios años más tarde, ya en el poder y siendo víctima de un golpe de Estado, Chávez vuelve a desconcertar a todo el mundo, tanto a seguidores como contrarios, entregándose a las fuerzas que lo derrocaron con una agenda inconfesable.

Esa decisión le permitiría a la postre ser repuesto en el poder en tiempo récord, dejando atónito al mundo entero. A su regreso, Chávez anunció con magnanimidad un llamado a la reconciliación y reincorporó en sus puestos de trabajo a los cuadros gerenciales de Pdvsa abiertamente golpista. Ello desembocó en el episodio del paro-sabotaje-petrolero y el lamentable episodio de Plaza Altamira, que a la postre permitió depurar y hacerse del control de Pdvsa y la Fuerza Armada Nacional. Luego, vino el episodio de las firmas planas y muchos compatriotas pensaban que no había que aceptar el llamado a Referendo Revocatorio que realizaba el CNE, por la existencia de dudas razonables. Una vez más, Chávez volvió a probar sus dotes excepcionales de curtido timonel y aceptó el reto del Revocatorio; lo ganó y dejó el camino libre para arrasar en las elecciones regionales, municipales y parroquiales. Ahora, en vísperas del inicio de 2008, Chávez ha anunciado una Ley de Amnistía que beneficia a muchas de las personas que han conspirado abiertamente contra su gobierno desde 2002 hasta la fecha.

La polémica Ley sólo favorece a las personas que se encuentran a Derecho y no ampara a prófugos de la justicia venezolana como Carlos Ortega, Eduardo Lapi y Pedro Carmona Estanga. De nuevo, las decisiones de Chávez han dejado a todo el mundo con los ojos claros y sin vista. ¿Qué pasó, Chávez se ha vuelto loco?, ¿Saltó la talanquera como han insinuado los compatriotas más osados? En esta tribuna estamos convencidos que no es así. Pensamos que se trata nuevamente de una decisión valiente e inteligente, propia de un estratega brillante con avezado olfato político. Los compatriotas que se han amoscado con esta Ley, deberían hacer un esfuerzo por comprender el momento y las acciones que demanda. Los resultados de las elecciones del pasado 02 de diciembre ciertamente no pueden ser obviados, como que si se tratara sólo de un mal recuerdo. Ésa derrota ha marcado una nueva correlación de fuerzas que ciertamente amerita un impostergable proceso de Revisión, Rectificación y Reimpulso de la Revolución. Sólo en un contexto como ese debe entenderse la Ley de Amnistía lanzada por Chávez. Que nadie se llame a engaño no estamos retrocediendo, estamos dando el paso necesario para corregir y extirpar los males internos, que es donde están nuestros más poderosos y dañinos enemigos.

A aquellos compatriotas que fueron a votar por el Sí y se sienten indignados con esta decisión, sólo nos permitimos recomendarles que tengan la suficiente madurez y entereza para comprender el momento. Nuestra tarea ahora es corregir las fallas internas que son muchas y reconquistar a esos 3 millones de compatriotas que militan o militaron en el chavismo, pero nos abandonaron en un trance tan crucial como el de la Reforma. La lucha sigue, pero se impone la autocrítica. En hora buena Comandante ¡Hasta la victoria siempre, venceremos!

dcordovaster@gmail.com


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Daniel Córdova Zerpa


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