En Defensa de la Soberanía.
Unidad Nacional ante las Agresiones Extranjeras y la Grave Crisis Actual.
Repudiamos las amenazas de invasión militar del gobierno de Estados Unidos y la narrativa interna que pretende legitimarla.
Nadie debe propiciar una mayor fractura de la nación venezolana.
Por la paz, la constitucionalización del Estado y el imperio de la legalidad.
Cese de la represión y de las violaciones de DDHH.
Todos debemos trabajar en la superación de la crisis existente.
Las últimas amenazas estadounidenses contra Venezuela y su gobierno, caracterizadas por un discurso agresivo e insultante y acompañadas de una movilización de fuerzas navales ofensivas de gran poder, deben ser un motivo de preocupación de toda la nación venezolana. Las graves consecuencias que una invasión de este tipo tendría sobre el país deben ser tomadas muy en serio por el gobierno nacional, pues sabemos muy bien cómo actúa el Departamento de Estado contra quienes considera sus enemigos, luego de construir sin pruebas ni evidencias reales una matriz de opinión internacional favorable a sus planes agresivos. Eso lo ha logrado establecer contra nuestro país, sus nacionales y su gobierno, en los 10 años de vigencia de la declaratoria de Venezuela como “una amenaza inusual y extraordinaria para su seguridad nacional”.
Esa declaración oficial significó el inicio de la ejecución pública de un plan injerencista ya decidido y a ser desarrollado, como lo ha sido, en los años siguientes. Los hechos actuales parecen ser la parte final de esa etapa inicial intervencionista. Sin ser alarmistas, es claro que la situación del gobierno, y por ende de nuestra nación, es difícil, pues las fuerzas que lo enfrentan son muy poderosas: el Gobierno estadounidense, la dupla Inglaterra–Guyana, la Unión Europea y varios países de Hispanoamérica y el Caribe. Influyen también en forma negativa el claro enfriamiento de las relaciones del gobierno con el presidente Lula de Brasil, el distanciamiento de Gustavo Petro, las conspiraciones de una parte de la oposición y su llamado a la intervención extranjera, la ausencia de aliados internacionales que puedan actuar decididamente y la endeble situación existencial del país, víctima de problemas graves de todo tipo.
Y no se trata de generar miedo, ni de llamar a una huida cobarde, precipitada y anti patriótica, que dejaría a Venezuela inerme ante las apetencias voraces de quienes no han hecho sino conspirar contra ella y trabajar para sus depredadores de siempre. Pero tampoco se trata de subestimar las amenazas reales a la soberanía nacional, para sólo dedicarse a pronunciar discursos altivos, pero claramente irreales y demagógicos, que arrancan aplausos, pero no detendrán el desplome, no sólo del gobierno actual, sino de Venezuela como Estado nacional. Allí están, como imágenes claras de lo que puede sucedernos, los casos de Libia, Irak, Siria y Afganistán, hoy totalmente destruidos y en manos de quienes fueron siempre sus peores enemigos, llevados al poder no por sus fuerzas propias sino por la intervención del ejército estadounidense y sus aliados.
Ante la posibilidad cierta de sufrir ese lamentable destino, hacemos un llamado sincero a los venezolanos dentro y fuera del país, sin importar si son militantes opositores o del sector oficial, o si no lo son, a asumir una conducta patriótica signada primariamente por el interés de Venezuela, dejando de lado las diferencias por motivaciones ideológicas, compromisos políticos e intereses económicos. Esa unidad nacional sólo será posible, si quienes formalmente nos dirigen, es decir la cúpula del PSUV, da los primeros pasos en este sentido y pasa a desterrar todas las conductas que se opongan al necesario proceso de reunificación nacional. Entendemos que el Estado tiene derecho a defenderse, pero esto no significa que no se deban erradicar las conductas autoritario-dictatoriales, las amenazas, la represión indiscriminada, la violación de DDHH, la criminalización de la libertad de conciencia y de la protesta, el desacato al debido proceso judicial y el sectarismo gubernamental, para dar paso real al respeto de la Constitución y a la participación de todos en la construcción de un nuevo futuro.
En el enfrentamiento de las posibles acciones del agresor extranjero, “hay que unir a todos los susceptibles de ser unidos”, pero para ello, éstos deben sentirse realmente convocados a construir el país de todos. Deben ser parte real de esa empresa de construcción, que nos une, no a través de cuestiones ideológicas, sino de nuestros nexos nacionales, como venezolanos, haciendo realidad hoy para Venezuela, lo que Miranda y Bolívar plantearon en su momento para toda Latinoamérica: tenemos un mismo origen, un mismo lenguaje, una misma historia, unas mismas costumbres. SOMOS VENEZOLANOS. Y esto debe estar por encima de todo. La patria lo requiere.
Luis Fuenmayor Toro, exrector de la UCV
Gustavo Márquez Marín, exdiputado y exministro de Industria y Comercio
Enrique Ochoa Antich
Víctor Baptista, activista social Aragua
Luis Augusto Romero, diputado por AP
Aurora La Cueva, profesora universitaria
Josefina Baldó, arquitecto y profesora de la UCV
Armando Amengual, dirigente político, Carabobo
Rodolfo Magallanes, profesor de la UCV
Ricardo Ríos, profesor de la UCV, diputado a la AN
Santiago Arconada, activista social
Mariano Crespo, profesor jubilado UPEL
Miguel Vásquez, ex alcalde de Cariaco
Bruno Gallo, diputado a la AN
Carlos Aquino G., editor y divulgador político
Alonso Padrón, profesor UCV
Franklin Piccone, Secretario General de Fetrasined-Miranda
Moraima Ascanio, experta electoral
Marcos Fuenmayor Contreras, historiador
Leonardo Morales, dirigente político
Jorge Alejandro Rodríguez, diputado
José Francisco Contreras, partido Derecha Democrática
José León Uzcátegui, médico psiquiatra y profesor UC
Carlos Torrealba, economista
Jesús Vivas, profesor UPEL
Orlado Azuaje, economista
Oswaldo Guzmán
Domingo Alberto Rangel
Julio Reyes, luchador social de Caracas
Fidel Tupano, activista de ddhh en Guárico
Nota: Publicado el 26 de agosto de 2025. Avaaz.org protegerá tu privacidad. y te mantendrá informado sobre ésta y otras campañas. Puedes acompañar con tu firma esta petición. La cual ha sido creada por Enrique O. y no necesariamente representa la opinión de la comunidad de Avaaz.