Pildoritas 75 (año VII)

¿Amnistía o impunidad, otra vez?

Ha quedado claro, por lo que se le oyó decir en la reunión de este jueves a personajes de la derecha que una de las condiciones , es la que pretenden imponer y que se refiere a una Ley de Amnistía que  disponga borrón y cuenta nueva, a los crímenes probados  que quienes están siendo juzgados han cometido, contra la vida y los bienes públicos y privados, en acciones que ya nadie duda son absolutamente terroristas y por lo tanto sin la posibilidad de que puedan recibir, ni siquiera medidas cautelares y mucho menos un perdón absoluto, que es lo que se pretende con la nombrada Ley.

Ya lamentablemente, por esa enorme bondad que siempre adornó a nuestro Presidente Eterno, existe un precedente cuando a través de la amnistía perdonó a quienes fueron autores del golpe de estado  y lo que recibió a cambio fue más conspiración, tanto que hoy estamos lamentando acciones terribles impulsadas y dirigidas por personajes que en su momento fueron beneficiarios de la decisión de perdón.

Así que, y considerando que las acciones terroristas a que ha sido sometida una parte de la población venezolana, esta vez han costado la vida hasta ahora a cuarenta y un  venezolanos y han producido pérdidas patrimoniales por una suma superior a los 15 mil millones de dólares, casi que el 50 por ciento de nuestras reservas, es imposible que a alguien con un mínimo grado de cordura, le pueda pasar por la mente que la mayoría de este pueblo, se va a calar tamaña decisión sobre la cual ni siquiera debería permitirse figurar en la agenda.

Por otro lado los deudos de las víctimas con el apoyo del pueblo no se quedarían de brazos cruzados y es imprevisible la forma cómo reaccionarían, si es que quienes deben decidir, de repente enloquecen y les da por cometer un absurdo del tamaño de una catedral.

Ello sería tan grave que bien podríamos afirmar que  se le estaría haciendo un daño irreversible a la Revolución, que bien podría ser el comienzo del fin, porque sería tanto el desencanto que sería como quitarle  buena parte de la vida a este proceso que es obra del Gigante, quien dio su vida por él y que no merece que quienes le han sucedido lo destruyan con acciones que serían una clara muestra de debilidad y pisoteo de la justicia que esta vez tiene que ser implacable.

¿Cómo sería posible, dejar sin castigo a quien pudo haber quemado vivos a más de 80 niños y niñas de un preescolar, o a quienes colocaron guayas que le produjeron la muerte a varios inocentes, a quienes incendiaron universidades, talaron miles de árboles  y han llevado a la muerte a más de 40 venezolanos, a los que han incendiado gandolas cargadas de gasolina, de alimentos y de bombonas de gas?.

Es decir cómo puede un político serio, pedir que se libere a terroristas  a quienes le han sido probados sus crímenes y sus acciones antihumanas?

Sería algo imposible de entender e imperdonable para quienes se atrevan siquiera a considerar tamaño despropósito, que si llegase a materializarse habría, con sobrada razón,  que comenzar la cuenta regresiva del fin de la Revolución y a lamentar incluso que por ejemplo el sacrificio de la vida de nuestro Comandante Eterno se haya perdido.

Él los perdonó, en su momento, Cristo en mano, luego los amnistió y todo ello sirvió para demostrar el humanismo de un ser excepcional pero también para que quedara el precedente de la inconciencia de la derecha y de que nada que se haga  va a servir para que declinen su actitud en búsqueda de atajos y de ser operadores de los planes perversos del Imperio.-



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Saúl Molina


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