Héroes

No es fácil ser héroe, ni lograr que así te llamen, solo que en la Venezuela de Bolívar, de tantos ídem y de Chávez, donde estamos decididos a ser libres, donde la historia es tan nuestra y especial que no se encuentra en el concierto de las naciones del mundo un caso igual, donde por la sangre de todos los que hemos tenido la suerte de nacer en esta tierra maravillosa, circulan células de las cuales no pueden otros seres humanos ufanarse, donde hemos demostrado con creces de la madera de la cual estamos hechos, sí es fácil, porque no solo encontramos héroes a cada rato, sino que producimos héroes. Claro dejando sentado que también existen los contrahéroes que ni para qué definirlos o pintarlos en esta prosa, pues todo el mundo sabe, ellos primero, y quienes les aplauden, a quiénes nos referimos.

Los últimos acontecimientos, cuando la patria llama una vez más a esos héroes, por lo general anónimos, voluntarios, empujados por el amor y sin pedir nada a cambio, han servido para volverlos a ver exponiendo su vida y respondiéndole a la madre primigenia que es la Patria, porque la vemos amenazada, en inminente peligro y queriendo ser aniquilada y robada por los modernos piratas, que durante siglos han conquistado a sangre y fuego lo que les ha apetecido a lo largo y ancho de este planeta, que nos pertenece a todos y que es nuestra casa común, pero cada quien, porque así lo quiso la Providencia y lo conquistaron nuestros antepasados, con territorio delimitado, al cual no se le puede violar su soberanía ni irrespetar sus derechos inalienables universalmente.

Son principios cuya defensa debería ser obligatoria para cada ser humano con capacidad de utilizar su físico, sus fuerzas y su resolución

Hay excepciones, son las que se registran cuando mentes débiles, sin escrúpulos, se entregan cual Judas, por unas cuantas monedas al enemigo y caen en el abismo de la traición, son los más abyectos antihéroes que a la larga concitan el rechazo de la mayoría, y que en estos días han sido enfrentados por muchos de nuestros héroes, quienes aun en minusvalía numérica lograron regalarle a la Patria y a su pueblo un triunfo más para garantizar la paz otra vez.

Problemas de salud me retuvieron en mi hogar y no pude bajar al sitio de los acontecimientos, desde allá un compatriota me informaba lo que estaba viendo y lo más que destacaba era la bravura, la decisión, la fuerza reflejada en semblantes de mujeres y hombres que no mostraban odio, sino decisión infranqueable de defender, lo más sagrado, su Patria. No se conocían entre ellos porque habían llegado al llamado de todos los rincones del país, les unía el mismo amor, los mismos principios que a todos les servían de base para estar allí, principios de los que se notaba sin mucho esfuerzo, no se veía en los rostros del enemigo a derrotar, lo cual se logró a pesar de ser menos, como en la Queseras del Medio, como en la Batalla de la Victoria, como cuando Rondón a minutos de que el Libertador ordenara retirada le dijo: "Comandante: Rondón no ha peleado" y peleó y se logró la victoria, o como Zaraza truncándole la ferocidad al sanguinario Boves.

Eso parecían, me decía el camarada desde el sitio, me contaba como las mujeres aprovisionaban de piedras y agua a los combatientes en su mayoría jóvenes.

Se esmeraban por estar en la línea de vanguardia pues bajaron hasta la frontera para ello; a ser héroes sin buscárselo y a cumplir el gran honor que significa para un patriota defender de la bota extranjera una, quizá la primera y más intima proximidad que es la Patria, pero no cualquier Patria sino esta que no es superada por ninguna en todo el globo, pues otra no puede mostrar su historia dejada pintada con sangre en otras tierras, donde a diferencia de lo que hoy pretende el imperio moderno, no fue con sus ejércitos a invadir, ni a conquistar sino a liberar, es la impronta positiva que cada venezolano puede incluso hasta incluir en su currículo de vida como heredero de liberadores de pueblos esclavizados y oprimidos.

A esos muchachos y muchachas y uno que otro ya curtido o curtida en las luchas que nos han tocado librar, la derecha sanguinaria pretendió como siempre descalificarlos llamándolos "colectivos", como si pertenecer a un grupo de personas constituido por la necesidad de defenderse de asesinos y destructores, fuese un delito o nos estuviese vedado por la Ley, la apenas lógica y la escrita, que nos da derecho a actuar en defensa propia. Es lo que en estos dos días de febrero, tenía que ser el mes glorioso y heroico del calendario venezolano, hemos hecho y que como decían algunos de los participantes en esta nueva gesta libertaria, apenas fue una muestra para nuestros enemigos y para nosotros un simple entrenamiento para lo que pueda venir.

Honor y gloria entonces a este piquete de valientes que se han ganado con creces el que les llamemos héroes.



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Saúl Molina


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