Cuando los pueblos abren los ojos

Con los conflictos casi que simultáneos en Chile, Colombia, Ecuador, Panamá, Haití y los que vendrían si en Bolivia logra imponerse a través del fraude y la fuerza la tenebrosa ultraderecha que en tan poco tiempo ha superado cualquier estimación sobre su infinita maldad, persecución, muerte y discriminación, ha quedado bien claro sin ningún género de dudas que el capitalismo llamado también neoliberalismo ha fracasado y que se hace impostergable una alternativa que como sabemos existe y cuando ha llegado por voluntad de los pueblos ha activado no solo las alarmas imperiales y de sus aliados internos en cada país y externos que comulgan con las prácticas de explotación y de concentración de riquezas, en manos de muy pocos, con detrimento de las mayorías populares, sino que ha, de la forma más descarada, accionado medidas unilaterales contra las economías de los países rebeldes a sus pretensiones, e impuesto, limitaciones y a veces, más que limitaciones, la anulación de las capacidades para adquirir bienes de consumo, materias primas, medicamentos, insumos médicos e industriales etc., todo ha cobrado vidas y llevado a los pueblos a vivir prácticamente con las consecuencias de un estado de guerra.

Lo que han hecho con Cuba durante más de sesenta años pretenden generalizarlo con todos los países que se han negado a inclinar su cerviz, ante quienes se creen dueños del mundo. Con Cuba no han podido, no podrán pero con sus acciones es innegable que a ese pueblo le han causado terribles daños que no hubiesen podido soportar, si quienes lo integran, en su mayoría, no tuviesen una poderosa arma que no es otra que un escudo tremendo, concretado en una ideología precisamente de lo que carecen los ya innegables enemigos de la humanidad, representados por el imperio.

Las estrategias imperiales, que no debemos negar han tenido éxito en muchos países, sabemos van desde la injerencia descarada en los asuntos internos de los países para no dejarlos decidir libremente, hasta la utilización de la violencia, con elementos internos convertidos en mercenarios como lo estamos viendo en Bolivia y lo hemos vivido en nuestro país, y en última instancia la intervención armada con sus temibles marines. Aquí como en Cuba han fracasado porque no han logrado su cometido de acabar con el estado de cosas que nos hemos dado ambos pueblos, ya que como no se lo esperaban los enemigos propios y foráneos, hemos emulando a la gran Cuba resistido con éxito, entre otras cosas, porque contamos con el mismo escudo protector, contra el cual se estrellan las pretensiones imperiales, un escudo heredado de dos genios absueltos por la historia como lo son Fidel y Chávez, con quienes nos damos el lujo de haber contado estos dos pueblos y tener el honor de haber recibido de su grandeza un legado irreversible.

Lo que está viviendo Chile y Colombia, por ejemplo, no es otra cosa que la materialización del pensamiento de Allende y Gaitán, retomado, sobre todo, por las nuevas generaciones y porque han estado viviendo en carne propia los desafueros de sus gobernantes, como simples títeres o marionetas que han llegado al poder, para complacer las apetencias del gran capital y del hegemon y plagar su patria de pobreza.

El logro del pueblo argentino, de esperar pacientemente el momento para revertir una equivocación como la de haber escogido a un verdugo, que se colocó al lado y a las órdenes de los amos del Norte, es un ejemplo claro de cómo los pueblos, son agradecidos y más temprano que tarde reaccionan y rectifican pero es además la prueba demostrativa de cómo los paquetes neoliberales que trae consigo la derecha son un rotundo fracaso, que llevan al atraso, en los pueblos, de los logros obtenidos por gobiernos progresistas.

Quienes ahora, con ínfulas de conquistadores, ven cómo los pueblos se están levantando, están asustados, no reaccionan oyendo a la gente ante las justas peticiones de las grandes mayorías, sino que responden con violencia y represión, siguen haciendo lo que sus amos les ordenan sin pensar que, si el pueblo triunfa como es muy factible, quienes hoy los dirigen desde fuera, los van a tirar al cesto de la basura como un preservativo usado y los van a abandonar a su suerte como ya ha sucedido en no pocos casos.

Venezuela se ha convertido en un faro de luz, estamos resistiendo con éxito, a pesar de que los grandes medios representados por prensa, radio televisión y redes, han hecho de todo para vender una realidad ni siquiera parecida a la que pretenden venderle a sus seguidores. Han sobrado testimonios que en muchos casos han revertido las llamadas Fake News y las movilizaciones populares multitudinarias, realizadas por las fuerzas revolucionarias en contraposición a la casi que desmovilización de las fuerzas de la derecha, han sido una cuestión que luce a veces inexplicable para quienes han digerido las mentiras, pues no han podido comprender, cómo es que un pueblo que supuestamente vive en absoluta miseria, sin salud, sin alimentación, sin educación, sin esparcimiento, sin vivienda etc., es decir acorralado por una férrea dictadura, sale a cada rato a respaldar su gobierno y hasta a expresar su decisión de ofrecer su vida, para defender su soberanía y su voluntad de ser libres y no plegarse a las pretensiones imperiales.

Lo ha demostrado ante todas las intentonas con acciones del llamado golpe blando, manitas blancas, guarimbas, deserciones un número insignificante de militares venables y traidores, golpe de estado, revertido por el pueblo, en unión de la Fuerza Armada Bolivariana, algo único en la historia de la humanidad, asesinato del máximo líder de la Revolución, más guarimbas, asesinatos selectivos de líderes sociales, campesinos e indígenas, fallido ingreso, "sí o sí" de una supuesta ayuda humanitaria que no era tal, intento de magnicidio, eventos que han demostrado al mundo de lo que está hecho este país, con este pueblo, lo que en lugar de que las fuerzas que nos quieran destruir hayan logrado sus objetivos, lo que han logrado es que nuestras respuestas hayan llenado de curiosidad a otros pueblos por averiguar cuáles han sido las fórmulas que han dado al traste con las ansias del imperialismo para apoderarse de nuestras riquezas, como en Irak y Libia, para mencionar solo dos casos de la historia reciente.

Aquí no han podido ni podrán, entre otras razones porque dónde han podido, en todos los casos, bien por la vía electoral o a través de la violencia, han fracasado rotundamente por su incapacidad para ofrecerle a los pueblos, las soluciones a sus carencias, acabar con sus necesidades más sentidas y porque lo que han llevado a la gente es más pobreza, desigualdad, exclusión, menor calidad de vida y muerte, todo ello porque trabajan para cumplirle al imperio y no para servirle a los pueblos, solo una "pequeña" diferencia con los gobiernos progresistas como el nuestro.

Afortunadamente en estos tiempos estamos siendo testigos de cómo los pueblos abren los ojos y toman la iniciativa de no arrodillarse ante quienes quieren convertirnos en neo-colonias plagadas de esclavos.



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Saúl Molina


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