El reimpulso de la Revolución comienza en las "contralorías sociales"

Estimados camaradas socialistas, en esta ocasión me quiero referir, al que para mí, debe ser el ente, organismo, asociación, en fin, llamémoslo como lo llamemos, más importante de este proceso revolucionario, y no es otro que la Contraloría Social.

Todo gobierno, institución, asociación, que quiera perdurar en el tiempo, y tenga entre sus planes, dejar un legado de bienestar y justicia, necesita forzosamente estar permanentemente fiscalizada, vigilada y denunciada, en todos sus errores, excesos y fallas.

Cuando la proposición de la creación de las contralorías sociales, surgió en el seno de este gobierno revolucionario, he de confesar que sentí una profunda alegría, y por primera vez en mi vida, llegue a pensar en la posibilidad de ingresar en una agrupación de tendencia política.

Con el paso del tiempo, hemos podido ver como han surgido manuales, para la conformación de estas contralorías, han surgido hasta leyes para su formación y regulación, en fin, se le ha dotado de todo un marco, tanto legal, como operacional, para que estos organismos puedan realizar su labor, por demás tan importante, que es la fiscalización permanente, por parte de la ciudadanía responsable, de todos los fallos que se presentan en nuestra sociedad, en nuestro día a día.

Nuevamente, con el paso del tiempo he visto con tristeza, como esta gran iniciativa se ha ido diluyendo, se ha vuelto efímera y casi inexistente, en tantas partes de nuestra bella república, que difícil se ha hecho para el ciudadano común, encontrar un ente de denuncia, de petición de ayuda, para esos pequeños problemas cotidianos, que un ente, netamente municipal, estaría en la capacidad de gestionar y de lograr la solución.

Quiero hablar de solo dos ejemplos, de problemática que se presentan en mi comunidad del paraíso, aquí en la bella capital de la república, el primero, es que debido a mi trabajo, transito muy a menudo por la Av. San Martín, arteria vial ésta, muy importante, por lo populosa, y por la gran cantidad de comunidades que une, y por ende, posee un gran número de semáforos.

Es aquí, en los semáforos, donde de manera permanente, constante y diariamente, surge una malversación del tiempo profesional de nuestros integrantes del orden público, específicamente de los fiscales de tránsito, es increíble ver, como en el noventa por ciento de los semáforos de esta avenida, no se ve un fiscal a casi ninguna hora, pero en el semáforo ubicado en la iglesia de Palo Grande, nunca hay menos de 4 fiscales, yo me imagino, que ese debe ser el cruce mas peligroso de Venezuela, y de ahí, el elevado número de efectivos que lo custodia.

Con este número tan elevado e inútil de efectivos, para un solo cruce, que además, tiene semáforo, uno dirá que el tránsito fluye casi celestialmente, pues nada de eso, estos señores, a los que todos los venezolanos les pagamos su sueldo, o están debajo de un árbol por el inclemente sol, o están hablando con unas bellas niñas, que venden lotería en un kiosco de la esquina.

El otro ejemplo, para mi es mas preocupante y triste, en la Av. Páez, a la altura de El Paraíso, hay un supermercado llamado “Supremo”, en el cual, haciéndole honor a la verdad, venden en el precio marcado de los productos, y casi a diario, tienen muy buenas ofertas, pero comenten un crimen, que para mi es imperdonable: cuando uno cancela en alguna de las cajas, hay NIÑOS, encargados de colocar la mercancía en las bolsas, y en algunos casos, de llevarlas hasta el carro, entre estos NIÑOS, cabe destacar que hay uno que no tiene cédula, y que no sobre pasa los 8 años, he reclamado esta situación al encargado de dicho supermercado, ya que es una red y el dueño no se encuentra ahí, le he enviado cartas al dueño, que no se si le han llegado, lo cierto es que ellos argumentan que no están cometiendo ningún delito, pero yo dudo, que tengan un registro ante el ministerio del trabajo de estos NIÑOS, y el de 8 años, por Dios, es imposible que esta práctica tenga algún viso de legalidad.

He mandado correos a cuanta institución tiene que ver con esta problemática, y sigo sin recibir respuesta, yo ya no compro en ese supermercado, porque no me puedo hacer partícipe de esta atrocidad, pero lo triste, y es por eso, del comentario de este artículo, es que si en el paraíso funcionara una contraloría social, este sería uno de los casos a los que ellos atenderían de manera inmediata, y se corregiría en muy pocos días.

Camaradas, estén en el gobierno o no, la única manera de subsanar esos problemas cotidianos, y que tanto daño hacen a nuestra revolución, es contando con un organismo contralor, que tenga el mayor número de fiscales posibles, que se encarguen de supervisar el buen funcionamiento de nuestra sociedad, y este organismo no es otro, que la contraloría social.

De ahí que la creación y normativa, de las Contralorías Sociales sea tan importante, y deba contar con el impulso real de nuestro gobierno, ya que es solo a través de la contraloría, realizada por TODA la población, como se lograra ese anhelo tan solicitado por nuestro comandante presidente, del REIMPULSO para la revolución.

El gobierno está obligado a facilitar todo lo necesario, para que estos consejos se formen, hasta en el ultimo caserío de Venezuela, se le debe crear una plataforma a través de Internet, para no solo la recepción de denuncias, sino para la canalización de estas denuncias, a los organismos competentes, que deban solucionar el problema, claro está, posterior a la confirmación de la real existencia del problema denunciado.

Camaradas, la revolución se nos va de las manos, porque los problemas cotidianos nos van ahogando cada vez mas, pero si formamos estos entes fiscalizadores, tendremos la manera, no solo de denunciar, sino de exigir la solución, y hacer un claro seguimiento a los entes encargados de esta solución, y de su buen funcionamiento.

Estudiemos la historia, solo aquellos gobiernos que se han abierto a sus pueblos, y han permitido a éstos estar en permanente contacto con sus funcionarios, no solo han durado en el tiempo, sino que han dejado etapas de claridad gubernamental, que muchas sociedades podemos llegar a añorar.

Amigos del gobierno, el reimpulso solo se lograra con la participación DIRECTA del pueblo, solo haciendo que el PUEBLO se involucre en la solución de sus problemas, lograremos realmente calar en el imaginario social, esa ilusión de revolución que tanto tratamos de llevar adelante, y que hemos llamado, socialismo del siglo XXI.

Camaradas es hora de actuar, y recuerden siempre, que lo peor que podemos hacer, es no hacer nada.

pito0726@hotmail.com


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Alfredo Domínguez Fernández


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