Cuentos de un gobernador

¡Ay mi gabán!

Observé sorprendido a un tipo en Youtube más emperifollado que  un cow boy de rodeo y más socarrón que galán de pueblo, echando un cuento grotesco que involucraba a la inigualable Reyna Lucero, para luego aún más perplejo saber que se trataba del Gobernador de Mérida. 

Y uno se pregunta ¿Cuál será la profundidad ideológica de un individuo que es nuestro representante político y primera autoridad de elección popular de ese estado? Coño, ni siquiera puedo decir que da pena ajena porque que yo sepa, es rojo rojito. O se las da. 

Resulta grueso de tragar que un “camarada” observe dualidades doctrinarias – para llamarlo de alguna forma- en su comportamiento, de acuerdo al lugar y las circunstancias, de lo cual se desprende un pomalaquismo donde la icorosa pulpa cuarto republicana es para el Pueblo y lo rojo una simple faramalla de chaquetica. 

“Es un gabán huesito, no lo sé, es un gabán peonío volantón, o es un gabán soldado grandulón que lleva su boina y corbatón”. Yo pensé que era un desliz, pues errar es humano, pero es que son varios videos de tónica parecida, casi una serie de reality show. 

¿Le habrá entrado en la mollera a este señor de las bestias (así le decimos en el llano a los caballos) algo de lo que dijo el Líder Comandante en San Juan de los Morros? Cuando el Presidente señala rumbos y establece líneas precisas para la acción, sabe muy bien que la burra es negra porque tiene los pelos en la mano. Mire que para variar ha tenido que decir, como en una cartilla, que dejen de transar y conciliar con el enemigo capitalista. Casi siempre los contratistas conforman una cofradía, que cual tragavenados, adormece con sus vaharadas numismáticas y constriñe a los débiles morales. 

Es preocupante este mal espectáculo de proctología circense, pero más lo es que suceda en  un estado tan cercano a la frontera con Colombia y acuñado nada menos que entre Zulia y Táchira, reductos  de alimañas apátridas con ansias medio  lunáticas.  No se por qué estas acciones y actitudes recuerdan al ex gobernador Acosta Carles. Ojo pelao con este, pues es un gabancito de cabeza rara. 

La  Revolución está y estará siempre enquistada de estos especimenes, cuyos tonos bermejos se destiñen con el primer aguacero y que se cuelan, como el personaje de su atorrante cuento, a como dé lugar dentro del proceso con propósitos muy disímiles al de transferir poder al Pueblo, esencia del proceso. Así sea metiendo dedo. 

Previsión necesaria, digo yo, es tener en cuenta el destino de predecesores en ese trajín  de jorungar al Pueblo, pues indefectiblemente han quedado con un glúteo en cada mano. Provisión adecuada, también digo, un pote de vaselina, no vaya a ser que termine protagonista de una supina realidad. 

¡Ay, mi gabán, mi gabancito, si tú sigues como vas te quedarás muy solito!

pladel@cantv.net




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Plácido R. Delgado


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