Tú no me quieres pero tu hija, sí

Oh, burgués de la clase media, dices de la boca para fuera, algo sobre justicia y derechos, y votas por Ledesma. También hablas de un extraño progreso y una tal modernidad, y la garantizas votando por los Radonski, por los Ocariz y por tantos otros.

Vemos la risa en tus labios al oír sobre la victoria de Rosales, Pérez y Feo. Ya no te robarán tus hijos, no quitarán tu casa, ni cerrarán las puertas de tu negocio.

Anda al bar con tus amigotes y tómate una fría. Ríete a carcajadas sobre algo sin ninguna gracia o que esté llena de prejuicios. Habla, y que intelectualmente, sobre las condiciones de la naturaleza en el mundo, sobre las guerras en Irak o donde sea. Habla también sobre los últimos sucesos en Mumbai. Habla.

Luego, anda a tu casa a tomar tus pastillas. Las farmacéuticas te agradecen. El perdón que buscas todos los domingos en la iglesia ya no te sirve. El cura se equivoca y alaba al demonio, menosprecia al pueblo y exhala odio, rencor y sus propias debilidades, fruto de una castración perenne. Pobre cura. Pero óyelo.

Luego ve a llenarte la panza. Arréglate para que sea fastuosa tu mesa. De preferencia, trata mal al que te sirve. En caso de que el pobre sea negro, trátalo peor. Si tienes oportunidad, o si él presenta algún defecto, búrlate. Todo eso te hace bien. Total, los domingos te perdonan. Total, ya moldearon tu cabeza: Dios hizo a ustedes para disfrutar y al pueblo para servirles.

Y no te olvides hacer tu siesta soñando con tener más, más, más, más. Lleva en tus adentros esas mentiras que te convienen y, al caminar por las calles, trata de esconder el lodo, la sangre derramada y tu bosta, creyendo que las escondes bien.

Ponponte a creer. Ya muchísimas conciencias se liberaron, y definitivamente. Tu olor a envidia y ambición, se siente. Fueron mucho más de cinco millones de votos contra tus cuatro milloncitos de siempre.

Ya el socialismo avanza con formas definitivas en todo el mundo. El camino ahora es hacia el hombre realmente inteligente. Todavía habrá algo de derrotas, es cierto. Pero ya todas ellas serán pírricas y cada vez más serán aun más pírricas.

El amor, me refiero al verdadero, señor burgués, el amor es ya indetenible. Y el socialismo está construyendo el camino que poco a poco nos llevará a ese amor. El socialismo ya empezó a construir el camino de la luz, de la inteligencia, de la participación, de la fraternidad, del amor y de la paz definitiva entre todos los que habitamos la Tierra.

Y no te extrañes cuando veas algunas de estas ideas en la cabeza de tus propios hijos. El ser humano evoluciona. Como decía Chico Buarque en una de sus viejas canciones, “você não gosta de mim, mas sua filha gosta”.




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